Capítulo 6

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Narra Gemma

Incomodidad, molestia, desilusión y muchas emociones más para nada agradables es lo que sentía en este justo momento ante la situación dada.

Sábado 12:30.

Mire hacia mi lado izquierdo y podía ver a Owen, el ser más hermoso y perfecto que podía existir en la faz de la tierra, haciéndome sonreír totalmente enamorada y tonta, pero en cuanto gire en dirección contraria mis ojos se toparon con los de Mario no pude evitar odiarlo a muerte, había arruinado mi tan esperada cita y mi regalo de cumpleaños atrasado, este chico realmente me quería volver loca y valla que lo estaba consiguiendo con su impertinencia, sumada su actitud arrogante y su sonrisa de creído.

Los 3 permanecimos callados, hasta que decidí cortar la tensión.

-¿A dónde iremos? Mi Dios.- tome su sudadera como si fuera una niña pequeña, ignorando la mirada de Mario hacia nuestra dirección totalmente desconcertada.

-Sera sorpresa, no hagas más preguntas, lo siento, pero no responderé, Diosa.- la expresión del orangután me parecía de lo más gracioso del mundo, era una mezcla entre enfado y fastidio, realmente no entendía su actitud y sobre todo su presencia aquí, ¡justo en mi cita!.

-Sabes que odio las sorpresas, dime o no iré a ninguna parte, estas advertido.- lo rete con la mirada.

-Vamos, no empieces con niñerías si no te gusta el lugar al que iremos prometo comprarte comida durante una semana no importando el costo.- me había convencido.

-Está bien, confiare en ti.- dije totalmente segura.

-Solo lo dices por qué quieres comer gratis.- susurro Mario en un intento en que yo no pudiera escucharlo pero mis oídos ya habían sido testigos de sus palabras.

-¡Claro que no! Realmente confió en él, déjate de bobadas.- me sentía ofendida.

Owen no pudo evitar reír.

-Realmente creo que él dice la verdad, pero no importa el motivo estoy muy confiado en que esta sorpresa te encantará, ya lo veras.-

-Está bien.- fue lo único que dije.

Esperamos unos cuantos minutos más, de pronto frente a nosotros se detuvo un auto color negro, rápidamente nos subimos a este, es lo único que estábamos esperando puesto que es lo que nos transportaría al lugar de nuestra cita acordaba, cita de Owen y mía, agregado un tercer pezón Mario.

No tenía la menor idea de a dónde íbamos, no reconocía las calles ni nada de lo que observaba me parecía familiar, llevábamos en el auto exactamente media hora, lo sabía porque sentía mucha tensión entre mis dos acompañantes y toda esta situación era muy incómoda así que decidí ignorarlos y revisar mis redes sociales, me sentía súper nerviosa que a cada rato me fijaba en la hora, el señor que conducía trataba de mejorar el ambiente contándonos chistes malísimos y una que otra pato aventura que había experimentado, lo agradecía mucho pero no parecía mejorar los ánimos.

-Mi diosa estamos a punto de llegar, ocupo que pongas esto sobre tus ojos,- Owen me extendía una bufanda ¿Era enserio?.

-¿para qué? No le veo sentido, al final veré el lugar de todas formas.-

-Vamos, solo hazlo y no te opongas, dale que ya estamos entrando.- tome la bufanda y me tape los ojos, aunque para mí era una acción absurda.

-Ya.-

-¿Segura que no ves nada?.-

-Segura.-

-Lo juras y lo prometes.- solté una gran carcajada.

Cuando el tiempo no se detieneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora