Cuando el tiempo no se detiene

Capítulo 12

Sobre la banqueta una chica camina distraída leyendo un libro, lo que hace el momento cómico, es que lleva tenis de diferente marca así como opuesto color, sus calcetas se observan primos y su sudadera esta al revés, cuando estoy por hablar con la simpática chica alguien llega interrumpiendo el acto.

—Hola, preciosa, hoy te vez más primorosa y majestuosa que otras veces —me da un beso en la mejilla y toma asiento a mi lado.

De pronto, me siento extraña y acalorada.

—Hola Mario, ¿qué haces aquí?

—Iba de paso, te vi y vine a saludarte, ¿tú que haces aquí sola?

—Tengo una cita con Owen, espero su llegada.

— ¡Qué casualidad! Voy también para allá.

¿Que?

—Mencionaste que solo vas de paso además nunca mencione a donde iremos, serás chismoso.

—No importa a donde ustedes vallan, yo iré, para ser sincero no me afecta el lugar.

Esta vez no me opongo, en realidad me siento tranquila que nos acompañe, una gran paz me inunda al saber que no estaré a solas con Owen.

—Por primera vez en tu vida eres útil, me siento muy orgullosa de ti mi pequeño orangután tonto —digo cariñosa.

Tomo su rostro y comienzo a besar el mismo por todas partes, mientras él cierra los ojos sonriendo por mi acción, no obstante, cuando le doy un beso en la barbilla quedo estática, mis ojos se desvían a sus labios y pienso que se ven tan apetecibles, voy subiendo la mirada de a poco y me encuentro a Mario con los ojos ya abiertos también observando mis labios, me siento avergonzada, aun así bajo la mirada y esta vez tiene los labios entre abiertos, la acción me parece una invitación a la cual quiero corresponder positiva.

Duramos unos cuantos segundos más en esa posición y cuando siento que Mario por fin va hacer algún movimiento, como en todo cliché alguien llega rompiendo la fantasiosa burbuja.

—Hola mi diosa, ¿llevas mucho tiempo esperando? —bochorno siente todo mi cuerpo por lo ocurrido segundos antes junto con Mario, le respondo con la cabeza viendo en dirección contraria donde se encuentra él recién llegado —bien, ¡oh! Hola Mario, ¿qué te trae por aquí?

—Yo lo invite espero no te enoje —comento antes que al orangután se le ocurra decir la verdad y arruine las cosas.

—Está bien, no me enoja en absoluto princesa —contesta mi ¿novio? Ahora la palabra me suena ofensiva.

—No sé si sea correcto, ustedes ahora son novios y deben querer tener privacidad en su cita.

Para ser sincera cuando leo un libro y sale la típica escena donde la protagonista adivina como se siente su amado a través de la mirada se me hace algo digno de brujas, adivinas o que se yo. Por más que vea una mirada nunca logró identificar como se siente, como piensa o su estado de ánimo, justo lo que me pasa ahora, por tener años conociendo a mi orangután podría jurar que está enojado, aun así se fue por varios años y eso me hace dudar conocerlo tan bien como yo pensaba.

Para estar segura añado.

— ¿Estás enojado?

—No, solo tengo el presentimiento de que aquí sobro, ya sabes soy el tercer pezón.

Estoy confundida, ¿qué está mal? Él fue el que llego y se invitó soló, ahora me sale con que esta cabreado, no lo entiendo, ¿entonces que hace aquí?

—No, no sobras, dijo Gem que ella misma te invitó además ya estás aquí, ya no estás en posición de escapar, vamos.

Mire al bipolar con enojo sin embargo no hice ningún comentario y solo seguí a Owen, su bipolaridad me está superando.

Los 3 caminamos hacia una parada de taxis, a continuación, subimos al auto y comienza el recorrido más incómodo de toda mi vida, solo la radio se escucha dentro.

— ¿Hacia dónde vamos Owen?

—Para ser sincero no tengo idea a donde ir, le pedí al conductor que nos llevará al centro de la ciudad pero de ahí ya no tengo ningún lugar en especial donde ir.

—Comprendo, Mario ¿Algún lugar que recomiendes?

—No me pregunten, se supone que la cita es de ustedes yo solo los acompañó.

Me sorprende su descaro y la normalidad como lo dice, comienzo a sentirme agitada que como siga en esa actitud terminaré soltándole tremenda bofetada.

—Tú mismo lo has dicho, que es una cita de DOS, entonces ¿Qué demonios haces aquí de metiche? — solté enojada.

—Soy de chocolate, no soy nadie, no valgo nada, sólo finjan que no estoy aquí —este chico más ridículo no podía ser.

—Ja, ja, ja. Mario eres imposible amigo —Owen comento.

—Ridículo y estúpido es lo que es —escupo con fastidio, por el retrovisor veo la mirada furiosa de Mario.

Desde que había cambiado de opinión y trato de huir, me sentí de mal humor, no quería estar a solas con Owen y él mismo había decidido acompañarnos ¿por qué cambio de opinión? Justo ahora nos acompaña, sin embargo, no logro sentirme mejor, odio esta situación.

El orangután se había sentado entre Owen y yo, y no paraba de hacer preguntas y comentarios fuera de lugar respecto a nuestro noviazgo, ambos ni siquiera sabíamos si íbamos a continuar con esto o si regresaríamos a simples amigos, eso lo habíamos decidido un día después que regresamos del campamento.

Había sido nuestro primer beso en el campamento en nuestra supuesta boda, todo fue tan divertido y emocionante, hasta que sucedió lo del besó, otra vez, para mí no fue especial, lindo o romántico, al contrario lo sentí como besar a Joshua, un beso entre hermanos, pensé que era mi imaginación y que la incomodidad solo la sentía yo, no obstante, cuando vi el rostro de mi ahora supuesto esposo comprobé que no era la única que pensaba lo mismo, decidimos ignorar ese echó el resto de la noche y disfrutar con la fiesta. Al día siguiente lo platicamos pero llegamos a la conclusión que seguiríamos con la relación, una especie de prueba, tal vez sea porque llevamos siendo amigos por años y es cuestión de tiempo en hacernos a la idea que ahora somos pareja, es cuestión de adaptarnos y seguir adelante.

¡Holaa! los ultimos capitulos pasaban de 1200 palabras, me sentia orgullosa por eso, aunque tengo claro que es muy corto, pero al principio me costaba mucho que un capitulo llegara a las 800, este capitulo tan solo tiene 950, lo lamento no tuve mucha inspiración, aun así diafrutenlo. xc