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—Mi Reina... —El hombre de armadura se acercó a su soberana a pasó firme— Le traigo buenas noticias.
Aquella mujer de cabellos negros como el carbón, de ojos felinos y el color de estos del mismo de aquellas hebras de cabello que se dejaban mecer por una ligera brisa que entraba por el balcón donde ella estaba asomada.
Volteó lentamente sin ninguna expresión y sin ninguna prisa, miró como aquel hombre se quitaba su casco de hierro y daba una reverencia ante ella.
—Por favor no hagas esperar a tu Reina. —Caminó a cortos pasos hasta el hombre—
—Lo lamentó majestad, no quería ser descortés ante usted. —Esté le sostuvo la mirada con su semblante más serio— hemos matado al último mi Reina.
—¡Esas son excelentes noticias capitán! —Exclamó la mujer—
—¿cuáles serán sus siguientes ordenes mi Reina?
—Hacer una reunión con los conserjes reales y gente de alto rango capitán. —Caminó hasta su tronó—
—Pero Reina, no se le olvidé que no podemos hacer eso.
—¿Y eso porqué? —Tomó los border de su vestido para no arrastrarlo por el suelo y bajó aquellos escalones que lo separaban del capitán de la guardia real—
—Que no se le olvidé que matamos a todos. —Miró como la mujer pasó por su lado—
—Oh, cierto. Ya se me había olvidado lo de esos bastardos.
—Solo los capitanes del Sur, oeste y este saben de esto, son los que por ahora pueden ser informados.
—Bien, que siempre anden alerta con el reinó, nunca sabes si un forastero quiere entrar.
—Si mi Reina. —Esté se iba a poner el casco de nuevo pero se detuvo cuando sintió la delicada mano de la mujer—
—¿Tienes vigilados a los príncipes?
—Si, ellos solo hacen lo que usted ordena, sabe que ellos ya no tienen el poder aquí.
—Bien, prepara mi carruaje que iremos al pueblo a dar las últimas noticias.
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En el caminó al pueblo dos carruajes iban en el sendero de piedras, a su alrededor iban guardias del castillo de la parte Norte.
—Mi reina hemos llegado. —Un caballero se acercó a la puerta del carruaje y se la abrió a su monarca—
Está bajo con cuidado, miró al rededor como aquel pueblo estaba en malas condiciones, todo descuido, ya ni recordaba como era antes.
Un guardia se puso en frente de la Reina he hizo chocar su espada con su escudo para hacer un fuerte ruido para llamar la atención de toda la gente de su pueblo.
—¡HOY A LLEGADO SU REINA! ¡ARRODÍLLENSE ANTE ELLA!
Todos se arrodillaron a excepción de un hombre quien fue tomado por dos guardias y puestos en frente de su Reina.
—¿A casó no has escuchado idiota? ¡muéstrale respeto a tu Reina!
Iba a ser golpeado pero el hombre fue detenido por la mujer de vestido color lila, tan caro como mostraba hasta sus accesorios.
—No hace falta tanta violencia capitán —Esta se puso a la altura del hombre y lo miró a los ojos— ¿Porqué desobedeces ordenes de tus soberanos?
Esté no dijo nada, solo la mantuvo la mirada.
—Te hice una pregunta, no hagas que esto termine mal.
—Usted jamás será mi Reina.
Se escuchó el sonido de las personas sorprendidas al escuchar tal osadía de ese hombre al hablarle a la Reina.
—Ya veo, entonces... —Esta rodeó al hombre y miró a sus pueblerinos— ¡HOY VENGO A DARLES UNA NOTICIA! Una noticia que tal vez no creerían posible... ¡EL ÚLTIMO A CAÍDO! Y eso nos dice que ya nadie está protegido, mucho menos gente como ustedes. Desde hoy todo será distinto, nadie comerá hasta que yo lo diga.
Se dio vuelta encontrándose con el hombre el cuál aún lo miraba, sonrió y vio a los príncipes directamente.
—Esté hombre será expulsado del reino, no lo mataré, porque que mejor castigo que no volver a ver lo que siempre amaste.
Se arrodilló frente a el y tomó su mentón para que lo viera aún mejor, solo río en su cara y se alejó para ir directo a su carruaje.
—...Verdad.
No se dijo nada más y la Reina se fue al igual que los príncipes. Los guardias se encargaron del hombre y sin más este fue expulsado de lo que una vez fue su mundo, su hogar más amado y prometió volver. Si, con ayuda para ayudar a su gente, sus amigos, vengaría a sus hijos he esposa... lo haría.
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Lptmr, estoy sufriendo para saber como se decían en aquellos tiempos a sus guardias reales xd
