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Desde que llegamos al pueblo he tenido una rara sensación, me sentía inquieta y ansiosa.
Disculpa... puedo usar tu baño? —Mire al chico el cual estaba hechando leña a la chimenea—
Claro, esta en el pasillo de la izquierda — Señaló y siguió en lo suyo—
Camine hasta el bañó y me encerré en él, sentía una sensación rara y justo cuando iba a sentarme en el suelo caí en un raro sueño.
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Me encontraba en un bosque y de los grandes árboles de pino salió Charlotte.
—¡Hey! ¡Estoy aquí! —Ella se acerco a mí y me abrazo—
—Lograste llegar, ahora sólo queda encontrar una cosa más, pero esta vez no irás sola. —Caminó hasta una cabaña—
—Es una cabaña? pero que tiene que ver en esto? —Me acerque a ella y me detuve a su lado—
—En este lugar encontrarás a alguien, esta persona te ayudará, pero como dije no irás sola— De la nada apareció el chico que me ayudo— este chico te ayudará, es la clave en esto.
—Pero... ¿es alguien de confiar?
—Confiaste en él cuándo subiste al caballo, tranquila.
—Bien... yo confío en ti Charlotte.
—Y yo en ti.
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Abrí mis ojos tan lento como si hubiera despertado de una siesta, miré a mi al rededor y me di cuenta que no estaba en el baño.
