Vete.

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Al enterarme le dije al chofer que se dirigiera al hospital. Al llegar salí corriendo hasta subir a la habitación donde Santiago se encontraba. Sus padres estaban dentro de la habitación hablando con un doctor. Mariano y el hermanito de Santiago estaban esperando en la sala en la que siempre estábamos.
-Laila, que bueno que llegaste.-Habla estrepitosamente.
-¿Hace cuánto despertó?.-Hablo apresurada por saber todo.
-Hoy por la mañana... como a las 8 am.
-¡¿Y por qué no me habías dicho?!
-Yo te marqué en cuanto me enteré, a esa hora me dijeron sus padres.-En eso sus padres y el doctor salieron, tenían algunas lágrimas en los ojos, lo que me hizo pensar que las noticias no eran muy buenas.
-Hola Laila.-Hablan sus padres al unísono.
-Buenas tardes.-Trato de saludar lo más cordial  que pude a pesar de la situación.- ¿cómo está Santiago?
-¿Ya podemos pasar a verlo?- Mariano me interrumpe.
-No son muy buenas noticias chicos. Santiago tiene una lesión en la cervical 5 y 6.-Habla Victor, su padre, con un tono serio.
-Y eso significa que...-Dice Mariano.
-Deben estar preparados para esto...-Habla Olivia.-Santiago no podrá volver a caminar, está paralizado de la cintura hacia abajo y solo puede mover sus antebrazos, las manos igual están paralizadas.
-¿Eso no es ser tetrapléjico?-Hablo pues alguna vez había visto una película de un chico que no se podía mover del cuello para abajo.
-No Lai, el si podrá mover los brazos pero en las manos tendrá un movimiento muy limitado. Es cuadripléjico.-Dice Olivia.-Mejor
ya entren a verlo.
-Les advierto que está muy afligido, traten de no sorprenderse tanto al verlo.-Habla su padre.-Aún no le decimos lo que en realidad tiene.
¿A qué se refería la madre de Santiago con "Sorprenderse tanto"? ¿De verdad estaba en muy mal estado? Aún no entraba en conciencia al cien por ciento de cuáles eran sus condiciones, hasta que entré a la habitación.
Me quedé estática al mirarlo.
Tenía miles de tubos alrededor de él, un respirador tapaba casi toda su cara, también portaba alrededor del cuello un collarín de plástico y vendajes en la cabeza y en el pecho.
Su estado era horrible, ese no era Santiago.
-Santiago...-Hablo tímidamente, no sabía qué decir. Hace una breve sonrisa, pues aún no podía hablar.
-Amigoo, perdóname por todo lo que hice en la fiesta de verdad estoy muy arrepentido por todo.-Habla Mariano y comienza a llorar. Con esfuerzos Santiago se quita el respirador de la nariz, apenas y sus manos le respondían, parecían estar dobladas hacia delante y entumecidas. Sus dedos no le funcionaban.
-Mariano, Laila.-Dice Santiago con la voz ronca y débil.- No te preocupes amigo, me recuperaré pronto.- Hace una leve sonrisa. Mariano me voltea a ver como diciendo "no le han dicho nada de lo que en realidad está pasando".
-Santiago.-Hablo mientras tomo su mano y la aprieto precavidamente.-Quiero que sepas que voy a estar contigo pase lo que pase. En todo momento, 24/7.
-Gracias Lai, pero no te preocupes, todo estará bien y poco a poco me iré recuperando. Estoy seguro.- Mi corazón se parte cuando lo escucho decir eso pues aún no le habían dicho que su lesión era incurable. No tenía idea de cómo reaccionaría Santiago cuando le dijeran que se quedaría así de por vida. Pero decirle la verdad no era mi trabajo, seguramente sus padres se lo dirán en su debido tiempo.
Quería besarlo, quería que sintiera que estaba para él y que lo que he llegado a sentir por él era verdadero. Pero verlo así me destrozaba completamente. El chico que me ha atraído casi toda la preparatoria no era él.
-Hola chicos, perdón por interrumpir pero le vamos a hacer unos estudios a Santiago.- Habla una enfermera que se encontraba en la puerta.
-Es mejor que nos vayamos.-Habla Mariano.-Mañana vengo temprano amigo.-Hace una corta sonrisa en sus labios aún con algunas lágrimas en los ojos y sale de la habitación.
-Yo también vendré mañana, ¿está bien?-Hablo.
-Esta bien Lai.
-Nos vemos.-Me doy la media vuelta para salir pero una de sus manos trata de tomar mi mano. Volteo.
Lai...-Habla Santiago.-Gracias por estar aquí.-Sonrío y mis ojos se me humedecen un poco.
Me acerco a él, le quito delicadamente un mechón de su hermoso cabello que estorbaba su vista.
-No tienes nada que agradecer.-Le doy un pequeño beso en la mejilla y le coloco el respirador otra vez.-Te extrañé.-Salgo de la habitación sin dejar que Santiago contestara.
...................
Mariano me llevó a casa.
Estos días (que aunque no han sido los mejores) que Santiago había estado en coma, nos hemos acercado más. Cada que salíamos del hospital íbamos a un pequeño café donde siempre tomábamos un té y galletitas de chispas. Era prácticamente lo que nos reconfortaba todos los días.
Me contaba su vida y yo le contaba la mía, supongo que por lo sucedido, a los dos nos brotó la melancolía.
Su madre murió de cáncer cuando él tenía 10 años, Santiago fue el único que lo apoyó durante todo ese tiempo ya que su padre era muy desprendido tanto como de su mamá como de él, en sí, nunca les ponía atención. Entonces me confesó que no quería perder a otra persona importante en su vida. Es ahí cuando entendí el verdadero sufrimiento por el que Mariano estaba pasando, de verdad se ponía muy mal cuando recordaba el accidente, pero yo siempre trataba de tranquilizarlo.
Su padre era abogado y había estado en algunos de los casos más importantes del país. La esposa de su padre, como me lo describió él, era una señora que solo se aprovechaba de su dinero y a él lo trataba muy mal pero su padre no hacía nada al respecto. A veces quería huir de su casa y no saber nada de nadie.
Fue así cuando me explicó que el día del accidente fue el aniversario de la muerte de su madre. Me contó que él quería mucho a Santiago pero que a veces le tenía envidia porque tenía todo lo que él había deseado desde que su madre murió, una verdadera familia, pero que esa vez ahora también me tenía a mi. Fue entonces cuando explotó todo y comenzó a pelear.
No sabía cómo sentirme al respecto eran muchas cosas por procesar. Sin duda yo fui la que le dió "alas", como diría Ingrid cada que le da una oportunidad a alguien, claro que hice mal en eso, pero yo no tenía idea de todo lo que había detrás de Mariano.
También, en todo este tiempo no me ha insinuado nada como lo hacía antes, supongo que es por todo lo que acababa de pasar, sería un poco imprudente de su parte.
En fin, yo también le conté mi vida, le conté lo qué pasaba con mis padres y mi sueño de ganar el concurso de danza contemporánea. Claro que mis problemas eran nada al lado de los suyos. Pero por alguna razón teníamos una muy buena conexión para hablar de todo sin penas.
Aún teníamos dos meses de vacaciones, algunos se iban de viaje, como Mel, se fue hace una semana antes de que despertara Santiago a Madrid por un mes. Ingrid se fue a la playa con su novio por una semana y yo... yo tenía que quedarme aquí para seguir ensayando, no podía bajar la guardia ante eso.

Amarte sin condicionesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora