¿Escapamos?

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- Lai.- Mi padre me da un abrazo pero siento cómo examina a Santiago de pies a cabeza al dármelo.- Ya casi iba de salida.- Dice sin dejar de ver a Santiago.
- El es mi novio....Santiago.- Digo titubeando.
- Hola... mucho gusto.- Una nerviosa sonrisa aparece en el rostro de Santiago (como cada que conocía algún familiar mío).
- Así que tú eres Santiago.- Mi padre habla expectante.
- Ese soy yo.- Balbucea.
- Por poco no te alcanzo.- Digo para agilizar las cosas e irnos lo más pronto posible.- Vine por mi pasaporte.
- Ah sí, lo tiene la secretaria.- Voltea a mirarla y ella lo saca de un cajón del escritorio. De haber sabido hubiera venido en cualquier otro momento.
- ¿Ya te ibas?
- Sí, justo iba a una comida.- Voltea a mirar su celular.- Que bien, la cancelaron. No quería ir.
- ¿Por qué?
- Un amigo que es proveedor quiere vendernos material pero ya no sé cómo decirle que no quiero comprarle a él.
- Que bueno que la canceló.- Rio un poco.- Entonces... ya nos vamos, solo venía por eso.
- Hija, no te he visto, por qué no vamos a comer.- Propone viendo a Santiago.- Los invito.- Le lanzo una mirada a Santiago esperando obtener una respuesta. El me mira con incertidumbre.
- No lo sé, Santiago tiene que regresar a su casa.- Digo como excusa, sabía que mi padre no estaba muy feliz con que Santiago y yo saliéramos, también sabía que mi padre nunca haría nada para demostrarlo o hacerlo sentir mal, y también sabía que estaba proponiendo esto para conocerlo a él, como una prueba. Algo similar hizo con Erick, mi ex. Lo invitó a comer a la casa solo para ver si lo aprobaba o no. Aunque no me parecía lo mejor que hiciera esto, también entendía que yo era su única hija y que siempre iba a buscar lo mejor para mi.
- Puedo llegar más tarde, si quieren vamos a comer.- Me sorprende su decisión.
- Que bien, entonces vamos. Yo invito.
Era evidente que nos tendríamos que ir en la camioneta pues mi novio no podía viajar en otro auto que no estuviera adaptado, así que la siguiente cosa incómoda que pasó fue estar yo manejando, Santiago a mi lado en el asiento delantero y mi padre en el asiento trasero.
Decidimos ir a un restaurante de comida italiana que no quedaba muy lejos de la oficina, por su puesto previamente chequé que fuera accesible pues no quería que mi padre pensara que para salir con Santiago existían muchas limitaciones.
Pasamos el recorrido de la oficina al lugar casi en silencio, de vez en cuando Santiago trataba de hacerle plática a mi padre pero él se mantenía cerrado y sus respuestas eran muy breves.
Al llegar el mesero nos acomodó en una mesa quitando la silla restante para que mi novio pudiera acomodarse. Santiago pidió pasta Alfredo, mi padre una pasta con camarones y yo una ensalada.
- ¿Es lo único que vas a comer?- Pregunta mi padre.
- Sí, no puedo comer muchos carbohidratos hasta después de la competencia.
- Llevas mucho tiempo arrastrando esa competencia, ojalá todo lo que has hecho sirva de algo.- Su comentario me disgusta.
- Claro que servirá de algo.- Me muestro molesta.
- No lo dije de mala manera hija.
- Hmm, está bien...- Trato de no alargar sus comentarios. Miro a Santiago de reojo intentando colocarse el brazalete para los cubiertos, esta vez era pasta y con ese método se le haría más fácil comerla. Esperaba que él solo pudiera lograrlo pues sabía cómo era y si le ayudaba se sentiría intimidado por mi papá.
- Y cuéntame Santiago, qué haces, a qué te dedicas.- Dice mi padre iniciando un nuevo tema de conversación.
Santiago contó lo mismo que siempre dice cuando le preguntan de sus estudios. Que ya terminó la preparatoria, que aún no sabe qué carrera elegir después del accidente, que estaba atrasado, etcétera, etcétera.
- Es mejor que vayas eligiendo lo que quieras hacer en tu futuro, no perder tiempo en el estudio es muy importante si quieres una vida sin problemas.
- Sí, yo también he pensado eso.- Sabía como era Santiago y también sabía que había contestado así para evitar problemas.
- Yo supe que carrera quería desde la preparatoria y la mayoría de mis compañeros también, no entiendo por qué los jóvenes de ahora son tan indecisos.- Mi padre en verdad me estaba alternando los nervios.
- Bueno pues ojalá todos tuvieran el privilegio de saber que es lo que quieren desde antes de tener que elegir.- Refuto a mi padre. De pronto su atención se va a la pantalla de TV que estaba de espaldas a mi, volteé a mirar que era lo que le entretenía tanto. Se trataba del canal de deportes, televisaban una carrera de autos, de la Fórmula 1 y ese tipo de cosas.
- Kevin Miggsumasen lleva neumáticos duros, así nunca va a clasificar.-Dice el muy entretenido sin despegar la vista al televisor. Mi novio voltea a la pantalla que estaba de su lado para ponerse al tanto.
-Los americanos no son muy buenos haciendo estrategias.
- ¿Verdad? Sigue en la posición 17. -Mi padre vuelve su mirada hacia mi novio.- ¿Ya habías visto esa carrera?
- Si, hace como dos meses.
- Yo también, pero podría verla varias veces, fue bastante buena.
- Si, lo fue. Lo más emocionante de la carrera fue ver como Checo le iba recortando el tiempo a Leclerc y que por los rezagados de las últimas vueltas no alcanzó para estar en la DRS.
- Claramente le faltaron vueltas, para mi el 6.5 fue mucho.
Me quedé perpleja mirando lo rápido que habían saltado de tema, yo no entendí ni una sola palabra de lo que dijeron, pero al parecer ambos eran expertos en el ámbito de las carreras, cosa que no sabía de Santiago. Por otro lado mi padre siempre ha sido fan desde que tengo memoria, recuerdo que cuando era pequeña los domingos sacaba al patio un televisor, una silla y una cerveza y estaba ahí por horas cuando eran las temporadas de la Fórmula 1, a las cuales, nunca he compartido el gusto por ellas con él.
Fui feliz por unos minutos al ver que su conversación se extendía cada vez más, ahora más emocionados por agregar sus opiniones y datos sobre las carreras, me dejaron a un lado, por lo que pronto me aburrí demasiado. De vez en cuando preguntaba acerca de lo que hablaban para no excluirme, pero ambos se extendían respondiéndola otros eternos minutos más.
- Un amigo que trabaja en Red Bull en ocasiones me regala boletos para el autódromo, luego no se que hacer con ellos porque no puedo ir todas las veces. Cuando pase eso te los regalaré para que vayas con amigos.
- ¿Es en serio? - Santiago se extasía al escuchar la proposición de mi padre.
- Claro, después de todo eres el novio de mi hija.- Las palabras que mi padre acababa de emitir me llenan de tranquilidad, ahora sí había aceptado a Santiago como mi novio. - Ademas cuando se los quiero regalar a Lai, me los rechaza.
- Amor, como puedes rechazar un regalo así.
- No lo sé, no me gusta.
De pronto un pequeño espasmo en las manos de Santiago hace que su tenedor caiga y se manche toda la mano de crema Alfredo.
- Ups.- Dice él riendo.- Esta servilleta no será suficiente para limpiar el desastre, iré al baño a lavarme.
- ¿Quieres ayuda?- Pregunto.
- No, voy yo solo. -Da la media vuelta con su silla para dirigirse al baño.
- ¿Y bien?- Le digo a mi padre con una mirada quisquillosa una vez que quedamos solos. -¿Qué tal te ha caído Santiago?
- Bastante bien, es un buen muchacho. ¿Qué es lo que le acaba de pasar? ¿Por qué su mano se movió así?
- Son espasmos, la verdad nunca he entendido muy bien por qué pasa, pero tiene algo que ver con las conexiones nerviosas del cuerpo.
- Oh... ya. -Dice sin mucho interés en el tema.
- ¿Entonces ya no te importa que esté en silla de ruedas?
- No, creo que lo subestimé sin conocerlo. Al final no es su culpa estar así, y que tú andes con él me dice que eres una gran persona hija, si tu eres feliz yo soy feliz.
- Que bien que pienses eso.- Me acercó a darle un pequeño abrazo.
En eso Santiago regresó del baño, continuamos comiendo hasta acabar nuestros platillos pero dejamos un huequito para el postre. Santiago y yo somos fans de comer tartas, por lo que pedimos una mientras mi padre ordenó un americano para bajar la comida.
- ¿Tus papás a qué se dedican?- Mi papá inicia una nueva plática.
- Mi papá es notario y mi mamá abogada, trabajan en el mismo despacho.
- Entonces ya sé a donde ir si un día me meten a la cárcel.- Mi padre hace el chiste más básico del mundo. Santiago se ríe como cortesía.
- Bueno chicos, llegó el chofer por mi, ojalá me pudiera quedar más tiempo pero tengo una junta a las 4.- Se levanta de la mesa y deja dinero en efectivo para pagar la cuenta. -No se preocupen por el dinero, si sobra te lo quedas Lai. Un gusto en conocerte eh.- Le da la mano a Santiago y a mi me da un beso en la mejilla.
- Wow, eso fue rápido.- Dice mi novio una vez que quedamos solos.
- Acostúmbrate, siempre tiene prisa por el trabajo. -Le doy otro mordisco a la tarta.- Parece que le caíste bien.
- Yo también sentí eso.
- No sabia ese lado tan heterosexual tuyo.- Él deja escapar una risita.
- Bueno pues ese lado tan heterosexual salvó la comida de hoy.
- Eso si.
Pronto terminamos el postre, pagamos la cuenta y ahora si regresamos a casa de Santiago.
- ¡Lai!- Me recibe Rod tan alegremente al entrar. Corre hacia mi y me da un abrazo tan fuerte que casi contractura mis huesos. No había venido a su casa desde que cortamos y para ser sincera, extrañaba a Rod tanto como él a mi.
- ¿Cómo estas Rod?- Le revuelvo el pelo.
- Muy bien, te extrañé mucho. ¿Por qué no habías venido? ¿Ya no quieres a mi hermano? ¿Y si terminamos de armar el lego de Disney?- Me llena de preguntas.
- Yo también te extrañe mucho Rod, y claro que quiero a tu hermano. -Veo como Santiago nos mira con tanto orgullo de que su hermanito quisiera tanto a su novia.
- Más te vale. ¿Entonces si hacemos el lego?- Vuelve a preguntar. La verdad yo quería ir con Santiago a su habitación y dormir un rato.
- Acabamos de llegar Rod, en un rato más lo armamos ¿Si?
- Hmm, bueno.- Rod se resigna.
Diego bajó para ayudar a Santiago a cambiar los tubos ya que había estado mucho tiempo fuera de casa, también lo ayudó a transferirse a la cama para que fuera más rápido.
- Hoy saldré en la noche, tus padres me dieron permiso.- Dice Diego.- Me voy en un rato más pero si necesitas algo no dudes en llamarme.
- Vale.
- Bueno, nos vemos. Bye Lai.- Dice cordialmente y se va.
- Me cae bien.- Hablo yo mientras me siento en la cama.
- A mí también. Pero no tan bien como Violeta.
- ¿Qué es lo que acabas de decir?- Me muero del enojo.
- Es broma amor.- Se echa a reír.
- No me dio nada de risa.- Cruzo los brazos.
- Ya ven.- Me toma de la mano y bruscamente lleva mi cuerpo hacia el llenándome de besos por todos lados.- Estoy muy cansado, vamos a dormir.- Habla exhalando una vez que me deja de besar.
- Se te nota. -Acaricio sus pronunciadas ojeras. Santiago se cansaba muy rápido cuando salía de casa por mucho tiempo.
- ¿Hay alguien más en la casa?
- No, mis padres regresan hasta la noche.
- ¿Entonces quien va a cuidar a Rod?
- Cierto. Sandra hoy se tenía que ir temprano.
- Que mal hermano eres. No te puedes dormir, tienes que cuidar a Rod.
- Es cierto. ¡Rod, ven!- Le grita para que viniera con nosotros.
- ¿Qué pasó?- Llega el mirando que ambos estábamos recostados en la cama. Corriendo se sube y salta sobre ella destendiendo todas las cobijas.
- Tranquilízate.- Dice Santiago un poco molesto.- Es tarde de películas, pon algo en Disney.- Gran forma de cuidar al hermanito menor: poniéndole películas para no tener que jugar con él.
- Síiii.- Dice Rod emocionado.
Después de pasar la selección de películas miles de veces, se decidió por la de Buscando a Dori. Rod se quedó sentado en el pie de la cama. Hacia un poco de frío, así que me levanté a su armario para buscar una manta de siesta y después me acurruqué en el pecho de Santiago. Me quedé mirando la película unos quince minutos, después volteé a ver a Santiago y ya estaba en el quinto sueño. No quería dejar solo a Rod viendo la película pero por más que quise, mis ojos se fueron cerrando lentamente hasta caer dormida.
Como una hora más tarde desperté, la casa estaba en silencio y ya había oscurecido. Me recosté en la cabecera de la cama y tomé mi celular para ver la hora, ya eran casi las 9 de la noche. Sorprendentemente Rod también se había quedado dormido, traté de dormir un poco más pero fue imposible, así que me levanté de la cama, tomé otra cobija y lo cubrí, se veía que tenía frío. Tomé unas sandalias de mi novio que me quedaban demasiado grandes, pero el piso estaba muy frío y yo no me quería poner los tenis. Salí a la cocina para tomar un poco de agua, revisé mi celular un momento y ya tenia 5 mensajes de Mariano y tres llamadas perdidas. Era un screenshot de un vuelo hacia Buenos Aires para dentro de 4 semanas. No sabía que lo de la tal Martina fuera tan en serio. Rápidamente le marque para corroborar la información.
-Entonces te vas.- Digo intrigada una vez que me responde.
- El amor me llama.
- Pero si tu eres mío.- Mariano se queda en silencio sin saber que decir.- Es broma.
- No hagas eso.- Contesta agitado entre risas.
- Cuéntame bien como estará tu viaje.
- Como podrás ver me voy en 4 semanas, estaré un mes allá. Me quedaré con ella en su departamento de estudiante.
- Creí que vivía en el pueblo al que fueron.
- No, solo va allá en las vacaciones
- ¿Entonces tu si le ves mucho futuro a esa relación?
- Obvio, ya llevamos un buen rato hablando, a veces hablamos por videollamada y ella fue quien me propuso quedarme en su departamento.
- Que bien, de verdad me da gusto que hayas encontrado a la indicada.
- Sí, además con el año sabático que tomaré tendré tiempo para ir a verla más veces.
- ¿Y tu papá sabe de esto?
- Más o menos. Le dije que iría a Argentina de vacaciones pero no le dije a qué.
- Bueno pero aún así ten cuidado ¿si?
- Si Lai.
- Nos vamos a ver antes de que te vayas ¿verdad?
- Obvio, hay que vernos con Santiago.
- Justo estoy con él, pero esta dormido.
- Puto flojo, con razón tampoco me contesta.- Hace que ría.
- Nosotros pensamos en ir a Miami, a que me acompañe a la competencia.
- ¿Neta?
- ¡Lai!- Me llama Santiago, al parecer ya había despertado.
- Sí, pero te cuento bien cuando nos veamos. Me tengo que ir, Santiago me habla. Bye bye.
- Byee.- Cuelgo la llamada y regreso a la habitación.
- ¿Ya despertaste?
- Ya.- Abre sus brazos para que me suba a la cama y lo abrace. Cuidadosamente para no despertar a Rod me subo a sus piernas y colocó el trasero en sus muslos. Él aprieta mis nalgas con ambas manos y me llena de besos en el cuello.- ¿Viste lo de Mariano?- Pregunta al despegarse de mi.
- Sí, justo acabo de hablar con él.
- Me da gusto por él, ya no tengo porqué preocuparme más.
- ¿Por?- Sabía el porqué pero quería que él me lo dijera.
- Ya sabes... por todo lo que pasó entre ustedes.- Ruedo los ojos.
- Santiago, eso ya nunca nunca nunca nunca va a volver a pasar, hace mucho dejó de pasar y nunca.- Reitero.- Volverá a pasar.- Comprendía la inquietud de Santiago por Mariano, así que no me molestaba tanto que a veces hiciera este tipo de comentarios
- Esta bien.- Dice con voz calmada.- Confío en ti.- Me planta un último beso en los labios antes de que yo me levantara.
- Me tengo que ir, mañana tengo danza temprano.
- No te vayas, quédate a dormir.
- Lo siento amor, mañana es la prueba de vestuario y todo está en mi casa.
- Esta bien... entonces cuando nos vemos.
- Yo creo que hasta el fin de semana, esta semana estará muy ocupada.
- Recuerda lo del sábado.
- Sí, hoy le dire a mi madre todo lo que tenemos planeado para el viaje.
- Vale.
- Entonces ¿está bien si los dejo solos?- Miro a Rod que aún estaba completamente dormido.
- Sí, no pasa nada. Mis padres ya casi llegan.
Antes de salir le di un último beso a Santiago y un par de cariñitos a Rod para no despertarlo.
Regresé a casa feliz ya que había sido un día bastante feliz, hoy sí o sí tenía que decirle a mi madre de lo del viaje, no sabía cómo lo tomaría, espero que bien.
Subí directo a su habitación, me recosté junto a ella y le conté mi día, luego ella me contó el suyo y ahora sí, era momento de comunicarle mi pesar.
- Qué opinarías si te dijera que quiero ir con Santiago a Miami.- Me remito a hablar.
- ¿Y eso?
- Es que pensé y todas llevaran a sus novios menos yo.
- ¿Y qué quieres que haga?
- Sé que va a sonar un poco loco todo esto, pero lo que quiero es que le cedas tu boleto de avión.
- ¿Cómo crees? No, estas loca.
- Ándale ma. Desde que Santiago tuvo el accidente no ha ido de viaje a ningún lado mas que a casa de sus abuelos, además últimamente no ha estado muy bien mentalmente, le haría bien ir a la playa unos días.- Lo último lo invento un poco y agrego algo triste para convencerla más rápido.
- Y qué, tu te vas a encargar de él sola o cómo piensas solucionar eso.
- Ya revisé el vuelo y aun quedan como tres boletos más. Podemos comprar uno para su enfermero.
- ¿Enfermero? Creí que era enfermera.
- No, ella ya no trabaja con él.
- O sea, irían tú, él y su enfermero.
- Sí.
- No lo conozco,¿es de confianza? Qué tal y te hace algo.- Si supiera que estoy más a salvo con él que con Violeta.
- No lo sé Laila, es muy arriesgado. ¿Sus papás qué opinan?
- Justo eso quería decirte, quería que tú hablaras con ellos.
- Ay Laila.
- El sábado hay una reunión en su casa para que los conozcas y hables con ellos.
- ¿Así nada más?
- Sí.- La miro con ojos suplicantes esperando una respuesta.
- Pero yo quiero verte.
- Me podrás ver por internet, además me has visto en muchas competencias, no pasará nada si no vienes a esta.- Se queda pensando en silencio.-¿Y bien?
- Esta bien, pero yo solo hablaré con sus padres, si dicen que no es no, yo no los voy a andar convenciéndome porque ni siquiera yo estoy convencida.
- ¡Yei! Gracias, te amo mamá. -Le planto un beso en la mejilla pero ella se inmuta. No importaba, algo es algo.
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Ahora estaba yo junto a mi madre tocando el timbre del departamento de Santiago.
- Recuerda lo que debes hacer.- Le digo antes de que abrieran la puerta.
Nos recibió el padre de Santiago con una enigmática sonrisa mientras que su madre estaba en la cocina terminando la comida pero pronto se acercó hacia nosotras limpiando la salsa de tomate en su delantal.
- Laila.- Olivia se acerca gustosa a mi dándome un fuerte abrazo, desde la pelea entre su hijo y yo, no la había visto. Sabía lo mucho que ella me apreciaba, lo cual eran puntos a favor para el permiso del viaje.
- Ella es mi mamá.- La presento a ambos padres. Esperaba que se cayeran bien, mi madre es muy comunicativa, le gusta hablar de un tema a otro por miles de horas. Por otro lado tanto Olivia como Javier eran más reservados.
Después de presentar a todos Santiago salió de su habitación junto con Rod.
- Felicitaciones al graduado.- Dice mi madre en cuanto ve a Santiago. Habíamos ido a la plaza a comprarle un regalo, se trataba de un reloj Casio que siempre había querido.
- Felicidades amor.- Ahora me acerco yo, procuro no darle beso en los labios pues me daba pena con todos los padres viendo, aunque ganas no me faltaban pues llevaba un suéter polo azul con el cual se veía exquisito.- Toma tu regalo.
- No te hubieras molestado.- Dice sonriendo.
- Ábrelo.- Insisto. Él desempacó toda la envoltura hasta llegar al reloj.
- Te amo, muchas gracias.
- Te amo más.
- Bueno, ya está la comida. Espero les guste, hice costillas al horno.- Dice Olivia.
- Huele muy bien. ¿Cómo las preparaste?- Le pregunta mi madre a Olivia iniciando una típica conversación de mamás.
- Ojalá todo salga bien.- Le digo a Santiago en voz queda.
Pronto iniciamos la cena, nuestras madres continuaron pasándose recetas, aunque mi mamá no era buena en la cocina hacía el intento por aparentar que si.
Yo ayudaba a Santiago a partir su costilla mientras platicábamos con Rod sobre terminar el lego de Disney que llevábamos tanto tiempo armando.
Javier, el padre de Santiago era el que servía la comida y nos ofrecía de tomar de vez en cuando. Mi relación con él no era mala, pero casi no lo veía como a Olivia y para ser sincera era más reservado que su esposa, es muy callado pero siempre con una vibra que trasmite tranquilidad.
- Muy buena la carne eh.- Mi madre saborea el último bocado antes de pasar al postre.
- Que bueno que les gustó, es la última costilla que quedó del viaje a Argentina.
- Si me contó Lai que se fueron por unos días.
- Sí, hace mucho no salíamos del país.- Habla Javier después de tanto.
Miré a Santiago de reojo haciéndole saber que era un buen momento para iniciar el tema de Miami.
- Lai se irá en unas semanas a su competencia en Miami.- Mi novio se introduce en la conversación.
- Que bien Lai, ojalá te vaya súper bien. ¿Cúando te vas?- Pregunta Olivia interesada en el tema.
- En menos de tres semanas.- Como siempre tomo por debajo de la mesa la mano de Santiago.
- Laila y yo nos preguntábamos... si podríamos ir juntos.
- ¿A Miami?- Olivia se exalta.
- Sí. Estaría muy cool que viajemos juntos y me vea en la competencia.
- ¿Lo dicen en serio? ¿Ustedes dos solos?-El tono de voz de Olivia había cambiado de tranquilo a efusivo, como si le hubiéramos propuesto algo completamente descabellado.
- Estaría bien que ella y yo viajáramos solos, pero si no se puede podemos llevar a Diego.
- Es muy peligroso que ustedes viajen solos y más a otro país.- Dice Javier firmemente. Temía por este tipo de reacción así que volteé a ver a mi madre para que dijera algo.
- En realidad irían en un viaje muy seguro, todo está organizado por la academia de danza.- Habla mi madre sin mucho convencimiento. Su ayuda no me estaba sirviendo de nada.
- Sí, además solo sería una semana, no es mucho y ya está todo el itinerario súper planeado.- Agrego para darles más confianza.
- Solo tendríamos que cambiar el boleto de Victoria a mi nombre y ya está, y si va Diego compramos un boleto para él y listo.- Santiago suelta todo el plan de una vez.
- Esto es muy precipitado.- Olivia dice con cero convencimiento.- No es tan fácil planear un viaje en tres semanas y menos para ti Santiago.
- No es muy difícil, solo tenemos que hacer eso y ya, todo lo demás está arreglado.- Mi novio ahora era quien se estaba exaltando, sabía que si algo lo ponía de nervios era cuando le prohibían realizar algo por su discapacidad.
- En primera: no puedes dejar a la mamá de Laila sin boleto para que vayas tú y en segunda: aún no estás preparado para viajar solo y menos en tus condiciones.- Habla nuevamente Javier.
- Es muy peligroso que viajes sin uno de nosotros, no podemos arriesgarnos a nada. Recuerda lo que te pasó en Argentina.- Dice Olivia. No sabía a qué se refería con eso, pero esperaba no fuera algo tan malo.
- Por Dios, llevo casi dos años dependiendo de todo mundo, haciendo lo que ustedes me dicen que haga. Por primera vez quiero hacer algo por mi cuenta ¿y ustedes me dicen que no puedo?- Santiago se comenzaba a molestar pero se veía que estaba tratando de mantener la calma.- No puede pasar algo grave si llevamos a Diego.
- No es que si vaya Diego o no vaya, es por tu seguridad, si te pasa algo nosotros no estaremos cerca.
- ¿Y por qué creen que me pasará algo en un simple viaje a la playa?- La discusión se había tornado solo entre los padres de Santiago y él. Tanto mi madre como yo permanecíamos en silencio evitando meternos a la discusión.
- Tu sabes lo que implica viajar contigo, no es nada sencillo y es complicado.- Olivia se veía muy alterada. Sabía lo mucho que protegía a Santiago desde su accidente, por un lado la entendía pero por otro sentía que lo estaban sobre protegiendo demasiado.
- Entonces qué, ¿nunca voy a poder viajar sin que vayan ustedes? Para que me dices que vaya a la fisioterapia todos los días si cuando quiero hacer algo por mi cuenta no me dejas. Y no es la primera vez que te lo pido.- No sabía a qué otras veces se refería.
- Pero esto es muy diferente Santiago. Ya te lo dije, no podemos arriesgarnos a que te pase algo y menos con esos dolores que has tenido últimamente en las noches.- Tampoco sabía de qué dolores hablaba ni porqué Santiago no me había comentado nada de eso.- Y si quieres una respuesta para esto la respuesta es no, antes de que me insistas, antes de que me digas cualquier otra cosa la repuesta es no.- Olivia termina por decir rotundamente.
- Bien, entonces estaré aquí encerrado como siempre, como todos los días. ¿Así te gusta no?- Santiago en verdad se veía molesto. -Yo solo quería hacer algo por mi cuenta, sentir que no dependía de tanta gente para poder hacer mi vida o algo tan simple como un viaje a la playa. Pero al parecer con ustedes eso es imposible.- Santiago da la media vuelta con su silla y se dirige a su habitación cerrando la puerta en cuanto entra.
La mesa permaneció en silencio por unos segundos, tanto Olivia como Víctor se veían impotentes. Yo no quería que esto llegara a una discusión.
- Iré con Santiago.- Me levanto de la mesa y corro hasta su habitación abriendo la puerta lentamente antes de entrar.
Mi novio en verdad estaba furioso, su respiración se escuchaba agitada, así que acaricio su brazo para tranquilizarlo.
- Odio a mis papás, en serio.
- Ellos te quieren mucho, solo te quieren cuidar.
- Es que su puto afán de cuidarme a veces me asfixia. Solo estoy en silla de ruedas, tampoco es como que tenga retraso mental.- Eso último me da risa.
- Por qué a tus papás les da tanto miedo que viajes ¿Qué te pasó en Argentina?- Comienzo a preguntar todas las dudas que me habían surgido.
- Estar tanto tiempo sentado en el avión y en una sola posición me ocasionó disreflexia, nada serio pero me mantuvo en cama un día. Pero después descubrí qué hay muchas formas de evitar que mi culo se incomode. Así que eso no es problema.
- Que tu culo se incomode.- Repito entre risas.- ¿Y los dolores? No me habías dicho nada.
- Ah, eso es nuevo. A veces en la noche tengo algo que se llaman dolores fantasma.
- Y eso es...
- Me duelen todas las parte del cuerpo que no siento.
- Pero si no sientes ¿por qué te duele?
- Porque mi cerebro cree que aún sirven. Es un intento del cerebro por reorganizar la información sensorial, he buscado mucho del tema. No es nada peligroso, antes me pasaba y luego me dejó de pasar, pero últimamente han sido más intensos.
- Wow, que increíble es el cerebro.- Nunca había escuchado algo igual.
- ¿Verdad?- Amaba cuando Santiago usaba sus términos médicos.- Agh, en verdad quería ir contigo amor.- Regresamos al tema principal.
- Hay que escaparnos.- Bromeo.
- No te atreves.- También dice él bromeando. Se queda en silencio por unos segundos.- No es mala idea.- Dice como si sus neuronas hubieran hecho sinapsis.- Laila, hay que escaparnos.
- ¿Lo dices en serio?
- Lo digo muy en serio, hay que escaparnos.
-  Amor pero...
- Pero qué, hay que escaparnos.- Insiste.
- De acuerdo.
- De acuerdo.
- Iremos a Miami.
- Iremos a Miami.
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Espero les haya gustado, se vienen capítulos muy muy padres ❤️
Lxs quiero ⭐️

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