"Has seguido adelante, eso fue un error,
Ha pasado un tiempo así que yo también"
Me detengo frente a la gran puerta de madera, mis nervios están a flor de piel así que sujeto la mano de mi mejor amiga lo más fuerte que puedo. El edificio queda a unos veinte minutos de mi apartamento, pero preferí venir caminando despacio para lograr acomodar mi cabeza y pensar en lo que voy a contar. Mis piernas tiemblan en el momento en que la puerta se abre dejando ver a una señora con canas en el cabello corto, una mandíbula poco notable debido a su gran papada, ojos son azules y con un semblante triste. Es como si estuviera mirando a la propia tristeza en su forma real.
O al menos así piensa Sooyoung de la señora Craig.
Nos da una sonrisa y recibe a mi amiga con un abrazo corto, nos deja pasar y en el momento en que piso su casa, un olor a incienso de canela invade mi nariz. Los muebles están viejos y desgastados, salvo por el gran televisor de la mesa de la sala. Está todo en orden e impecable, excepto por un cuadro colgado en la pared izquierda que se encuentra roto en el vidrio y el marco está casi por partirse a la mitad, lo raro es que no hay ninguna foto en él.
—El incienso de canela ayuda a aclarar la mente.
Me sobresalto al escuchar la voz grave de la señora Craig detrás de mí, trato de sonreírle pero su presencia me produce unos inquietantes escalofríos, como si no quisiera decir nada porque siento que la molestaré.
Sooyoung me da un asentimiento con la cabeza como si estuviera dándome aliento y se dirige a la oficina de la señora.
La señora Janetta Craig es una reconocida psicóloga de mi ciudad. Mis amigos me han recomendado visitar a algún psicólogo para contarle todo lo que me pasa y buscar una ayuda profesional, no porque estuviera depresiva, sino porque realmente necesito una mano adulta a mi lado. Así que después de que trataran de convencerme, finalmente acepté.
Sooyoung estaba dispuesta a presentarme a su tutora. Como está estudiando psicología decidió que era mejor tener a alguien de la cual aprender y la señora Craig aceptó casi de inmediato, con la condición de un pago mensual.
Janetta se sienta con las piernas cruzadas y una postura dejando notar su joroba en el gran sofá marrón que está en el centro de la sala, me indica que me siente en el sofá pequeño que está a su lado señalándolo con su mano. Hago caso y cuando me voy a sentar, casi me hundo en él. Está tan viejo y desgastado que hasta creo que quiero regalarle muebles nuevos.
—Utilizo incienso de canela para que mis pacientes puedan abrir su mente y tener un poco más claras las cosas.
—Tiene un lindo olor.
—Me alegra que te guste, Seulgi—dice formando una sonrisa sin mostrar sus dientes.
La observo estirar su brazo para tomar una libreta y un bolígrafo de la mesa de madera consumida ubicada en el centro de la sala, vuelve a sentarse pero esta vez con una postura recta, se coloca sus lentes, me mira y sé que está esperando a que empiece a hablar.
Muevo mi pierna derecha disimuladamente para tratar de ocultar mis nervios, mis manos vuelven a comenzar a sudar y siento que he olvidado todo lo que tengo para decir.
El sonido del tic tac que emite el viejo reloj colgado en la pared me desconcentra, el silencio es presente durante unos minutos hasta que, al ver que no estoy dispuesta a iniciar por mí misma la terapia, la señora Craig decide comenzar a hablar.
— ¿Qué es lo que te inquieta estos días? —me pregunta mirándome atenta.
Estoy agradecida de que no me haya preguntado cómo estoy, creo que no lo ha hecho porque es un poco obvio, por algo he venido.
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None Of My Bussines; ꜱᴇᴜʟʀᴇɴᴇ
أدب الهواة"Comenzaron por lo alto y ahora están en el fondo pero cariño, eso no es asunto mío" [Historia corta] #16 en Seulrene #13 en Seulrene #6 en Seulrene