Capítulo 8

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Volviendo de mi consulta semanal a la señora Craig, camino en el pasillo que conecta la puerta del ascensor con mi apartamento. Siento el olor a humedad de la gotera de uno de mis vecinos al que le he repetido tantas veces que debe de quejarse con el casero.

La mañana pasó tranquila y liberadora, incluso siento como me saqué un peso de encima. No suelo llorar muy a menudo, a menos que sea una situación de extrema tristeza.

Al llegar cerca de mi puerta, veo a una persona sentada enfrente de esta en el piso.

Reconozco rápidamente los shorts de jeans azules y la blusa enrollada en la punta de Son Seungwan y me pregunto que estará haciendo a esta hora sentada frente a mi puerta.

Se pone de pie en el momento en que me ve llegar y me dedica una sonrisa.

—Hola, Seulgi—me saluda sosteniendo su abrigo negro contra su pecho.

—Hola, Wendy. ¿Qué haces aquí? —pregunto mientras me agacho para sacar la llave del apartamento de debajo de la alfombra que siempre dejo fuera.

Me río un poco ante su mirada de confusión.

—Siempre dejo la llave debajo de la alfombra—le explico.

Coloco la llave en la puerta, le doy un giro y la abro completamente. Asiento con la cabeza haciéndole señal de que pase.

—Quiero hablar contigo de algo.

Se pone firme en el centro del lugar y mira todo discretamente, el pequeño juego de living que consiste en los sofás rojos polvorientos, que me he olvidado de limpiar hoy, la pequeña televisión en la mesa de madera rústica y las plantas que adornan el gran ventanal.

Pero su vista viaja por toda la sala principal hasta caer en un porta retrato con una foto mía junto a Joohyun en un viaje a la playa que habíamos hecho hace unos años.

Bueno, tal vez no he querido borrar los recuerdos de ella de mi apartamento.

—Claro, podemos hablar de lo que quieras.

Le dedico una sonrisa tratando de romper un poco el hielo pero esta vez, no me devuelve la sonrisa. Acto que me parece extraño viniendo de su parte, así que simplemente me dedico a quedarme callada esperando a que hable.

Me recuesto en la isla de la cocina y la observo sentarse en una de las sillas de la mesa del comedor con su abrigo en su falda.

La mirada de Seungwan es una que, hasta ahora, no había notado en ella. Es fría, distante y parece que no está conmigo, está en otro lugar, como si estuviera en su propio mundo.

—Hoy me encontré con Yeri en la biblioteca—me dice mirándome fijo.

— ¿Qué ha pasado? ¿Ella está bien?

—Sí, está bien—responde tranquilizándome.

—Me la encontré y le pregunté cómo estaba su hermana—me explica— ¿Y sabes qué dijo?

— ¿Qué?

Se pone de pie y camina hacia mí.

—Me ha dicho que su hermana está perfectamente bien, ¿A caso me mentiste, Seulgi?

Trago saliva y comienzo a negar rápidamente.

—Jamás te mentiría, Wen—digo sintiendo nervios en todo el cuerpo.

— ¡Estás mintiendo justo ahora también! —grita sobresaltándome.

Me quedo callada ante su grito dándole la razón.

Da un largo suspiro y finalmente dice: —No sé a qué quieres llegar con esto. La vez pasada, ¿Estabas con ella verdad?

Noto un tono triste en su voz y veo como hace un puchero con su labio, luciendo extremadamente tierna y siento la necesidad de insultarme a mí misma.

None Of My Bussines; ꜱᴇᴜʟʀᴇɴᴇDonde viven las historias. Descúbrelo ahora