Conociendo a Mary

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El sueño no llegaba, igual que su marido. Necesitaba tenerlo con ella, disculparse y abrazarlo toda la noche. Lo único que quería era dormir tranquila en su pecho. Brandon se había ido a las diesinueve horas, ya eran las tres y media y no sabía nada de él. Se había cansado de llamarlo por todos lados. Su cabeza imaginaba todo tipo de escenas, y la desesperación no ayudaba. Estaba ya muy angustiada, no podía dejar de llorar. Había contactado todos los amigos y familiares de ambos, pidiéndoles que por favor les dijeran si llegaban a saber algo de él, aunque sea lo más mínimo. A varios de sus amigos los llamó entre llantos, pidiéndoles que si llegaba a estar ahí pero no quería que ella supiera le dijeran que ella no estaba enojada con él, solo quería saber que estaba bien y asegurarse de que volvería sano y salvo a casa. Lo necesitaba, y un presentimiento poco a poco empezó a crecer dentro de ella. Sentía que Brandon estaba en peligro y la necesitaba. Sufrió un ataque, sola, en su casa y con el paradero de su marido desconocido. Intentó calmarse a sí misma. Lloraba, gritaba y pataleaba como una niña pequeña, y en momentos paraba para intentar respirar hondo, pero la angustia le ganaba y volvía de nuevo a su ciclo.

Las llamadas eran cortas e incluso predecibles, pero cuando llamó a su cuñada por fin consiguió una buena respuesta y real preocupación. Diana intento calmarla por teléfono, y que le explicara bien lo que sucedía. Mary respondió, explicándole su presentimiento y la falta que sentía en su corazón momentos después de que Brandon se marchara. Diana no supo que decir, así que le dijo que la esperara que ya estaba saliendo hacia allí, mientras su cuñada caía nuevamente en un ataque, rompiendo en llanto y gritos. Mary era muy sercana a su cuñada, Diana, hermana de Brandon.

Diana era una chica trans, desde niña sentía que era una mujer, que había nacido en el cuerpo equivocado, y la sociedad la había condenado a una vida solo por lo que tenía entre sus piernas. Tuvo la suerte de siempre tener apoyo de toda su familia, incluido Brandon. Brandon había sido el primero en saberlo, y quien la alentó a realizar la transición desde un inicio, había sido su refugio, su hombro para llorar cuando las. Peores cosas le habían pasado, su mayor apoyo, y lo quería como no quería a nadie más.

Diana saltó a su auto enseguida y llegó lo más rápido que pudo a casa de Mary. La encontro destrozada, tirada en el suelo en medio de llantos y desesperación. La levantó,  la llevó a la ducha y la metió dentro vestida. Fue lo único que se le ocurrió ante la ignorancia del procedimiento ante tal escena. Mary poco a poco se fue calmando, hasta volver a caer en los brazos de Diana, ella la consoló por unos momentos, hasta que logró calmarla. La tomó de los hombros y la miró fijo. Estaba muy preocupada por su hermano, y por la salud mental de Mary.

— ¿Realmente sientes que Brandon está en problemas? — Mary asintió — Entonces debemos movernos, llama a las centrales policiales y hospitales de la ciudad, sino encontramos nada aquí, empezamos con los pueblos próximos ¿si?, lo tenemos que encontrar.

Diana había pensado que si de verdad Mary sentía eso, y su hermano estaba en riesgo, probablemente estaría muy grave, y si perdían mucho tiempo sería muy tarde. Ambas se pusieron el teléfono en una mano y la guía telefónica en la otra.

— No hay rastro de él en ninguna central, ¿como vas con los hospitales?

— Me están por confirmar.

Mary esperó en el teléfono, hasta que sus ojos brillaron, un brillo que revelaba una mezcla de alegría y miedo. Diana le hizo seña, mientras Mary abría la boca para hablar, sin lograrlo. Diana le quito el teléfono de las manos y se puso a escuchar.

—¿Hola?, Hola, ¿hay alguien ahí?

—Buenas noches si, que paso.

— Buenas noches, tenemos a un hombre con su descripción. Tuvo un choque y aún no despierta. No logramos identificarlo aún, por lo que no sabemos quienes son sus familiares. Podrían pasar por aquí para confirmar. Iba en una RAM 2500 del 2020.

Amigos imaginariosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora