Desencuentro

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Ni bien pararon en el estacionamiento se dirigieron corriendo a emergencias. La sala de esperas estaba atestada de personas, niños llorando, personas mayores al borde del inconsciente, algún que otro chico y una chica con el brazo envuelto y al parecer sangrando. Diana fue a la recepción sin mirar su entorno, y miró a la chica que trabajaba tras el vidrio del mostrador . Parecía de apenas veinte años, y un gesto de desdén dominaba su rostro. Al verla a Diana dirigirse a ella volteo a la pantalla de su computadora, poniendo toda su atención en ella, como si no diera más de tanto trabajo.

-- Señora, disculpe. Hace unos momento llame por mi hermano.

La mujer detrás del vidrio seguía ignorándola, y Diana estaba nerviosa, preocupada y empezaba a enojarse. Mary, junto a ella, asombrada por la escena del lugar, estaba nuevamente al borde del llanto. Una pequeña niña que dormía en el suelo, entre los pies de su madre, tapada por un saco improvisando de manta, fue lo que más le llamó la atención. La niña dormía plácidamente, y un pequeño charco de saliva se formaba al rededor de su boca, expandidose por el suelo. La madre tenía a otro niño, de unos tres años aproximadamente, entre sus brazos. El niño dormía, al igual que su hermana. La madre lloraba en silencio, con su mirada perdida.

Diana ya estaba exasperada, y la insolente chica tras el vidrio no respondía. Empezó a chasquear los dedos frenéticamente para llamar la atención de la rubia grosera que la ignoraba desde el otro lado de la ventanilla. Con su voz gruesa y la mirada de enojo le reclamo a la chica.

--¡Tienes dos minutos para averiguar ya mismo donde está mi hermano, perra barata!

La chica la miró con asombro. Levantó el teléfono fijo que tenía junto a la computadora y marcó dos números. Puso su mano tapando su boca y el micrófono del teléfono Susurro algo, espero una respuesta y asintió susurrando otra cosa. Colgó y sin mirar a Dina a la cara dijo que ya vendría una médica que las llevarían con su hermano. Diana la miró con disgusto, orgullosa de sí misma y se volvió hacia Mary, que lloraba en silencio. Tenía la mirada clavada en la niña que dormía en el suelo. Diana la abrazo, pensando en la angustia que ambas tenían en ese momento, rezando al Dios con el que sólo pensaba en esos momentos, para que su hermano estuviera aunque sea vivo. Se sentaron en el único banco vacío, casi afuera del lugar. Mary se recostó en el hombro de su cuñada y cerró los ojos deseando que todo fuera un sueño.

-- ¡Señoras! -- las despertó un grito -- Despierten, creemos que tenemos a su hermano.

Se levantaron rápido, frente a ellas estaba una Doctora. La siguieron por varios pasillos. Incluso pasaron una sección de "quemaduras", el corazón de ambas estaban acelerados mientras se acercaban allí, pero suspiraron cuando siguieron de largo. Pero estaban en un hospital, la noticia que les dieran no sería buena. Siguieron por varias secciones hasta llegar a emergencia de hombres. Pasaron por una puerta henorme que las llevaba a otro pasillo levemente más angosto. Una puerta grande cada ocho metros, junto a una mas pequeña a dos metros de las grandes. Mary conto seis, seis personas que posiblemente estaban luchando por su vida. Pararon frente a la primera. La enfermera les pidio que esperaran alli, y entro por la puerta angosta. Mary ya no lloraba , estaba con la mirada clavada en un punto fijo, pensando en el estado de Brandon, en su responsabilidad en ello, y en el como pudo haberlo evitado. Todo era su culpa. Y no se lo perdonaria nunca. La doctora salio con una enfermera que llevaba tres bolsas, les indico que la siguiera. Estaba a punto de abrir la abrir la puerta grande, estaba a punto de llevarlas hacia Brandon, hacia la verdad.

Antes de habrir hiso una pausa y miro a ambas chicas.

-- La politica del hospital no permite que entren mas de dos personas, pero entendemos la situacion.

Abrio la puerta, y dejo ver una entrada de unos tres metros delante, otra puerta. Entraron las cuatro, la enfermera dejo dos de las bolsas sobre una mesa al costado, y abrio la otra. Saco una bata descartable, dos zapatos de tela, una gorra del mismo material, un par de guantes y una mascarilla.

Amigos imaginariosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora