- fuera -
- eres una mierda, por asesinar a tu madre -
- asesino -
- traidor -
- monstruo -
- basura -Caminaba por un sendero en medio del bosque recordando a sus excompañeros de manada, antes de su partida había visto la mirada en sus rostros, el enojo y el miedo a él, sin amigos ni familiares que lo ayudaran era su única alternativa, decidió irse y dejar a todo atrás. Solo, caminaba por ahí, en busca de comida, su antiguo alfa no lo había dejado sacar de la manada ni una uva el día que fue expulsado, el sonido de su estomago se lo hacia recordar, llevaba tres días sin comer, y manteniéndose de sueño siguió su camino, sucio y con sus prendas rotas por el paso del tiempo.
Recordó lo último que había probado, había sido un conejo y antes de eso restos de un caribú que alguien había dejado por ahí tirado, mirando al suelo en su recorrido encontró una manzana amarilla, a su mente llego el exquisito sabor entre dulce y acido de las manzanas rojas y verdes, levantó la mirada, a lo lejos había un manzano cargado de fruta y al lado una casita amarilla, la levantó dándole un mordisco, sus papilas bailaban ante el exquisito sabor del fruto.
- !EH¡ - oyó un grito y giró sobre sus pies asustado hacia la derecha - qué haces comiendo la fruta de ahí, ¿no ves que esas manzanas son propiedad de esta manada? -
- lo... lo siento señor - Tartamudeó muy bajo, el hombre lo analizo de pies a cabeza, claramente el chico estaba delgado, parecía no haber comido en semanas o meses. - ven - hizo con un gesto de mano, el chico se preguntó si posiblemente ese hombre lo ayudaría o lastimaría, así que se quedo quieto y negó.
- que vengas, niño, no hagas las cosas difíciles - con temor camino en dirección al hombre.
- di...dígame - hablaba bajo
- ¿Qué haces ahí? -
- solo buscaba un poco de comida -
- hace cuánto no comes, niño -
- tres días - mostró 3 dedos de su mano
- bien, ayúdame a subir estas cajas al auto y te daré algunas manzanas - dijo rápidamente, sin renegar ayudó - dime ¿Qué te trae por aquí? -
- problemas de la vida, señor, ya sabe ser así como... Yo... - fueron cinco cajas en total. cinco cajas que hicieron producir saliva en su boca, su imaginación lo llevaba a un mundo lleno de comida.
- bien, sube, iremos al mercado y ya hablaremos - subió después del hombre, empezaron el recorrido hablando trivialidades.
- bien, ahora cuéntame, así cómo tú... ¿Cómo? -
- o...omega, ya sabe - dijo avergonzado
- mmm, ya entiendo - guardó silencio y vio con detenimiento el camino de tierra - solo me ayudarás hoy, mi esposa está enferma y tengo que llevar esto al pueblo, pero supongo que no sabes conducir - negó con su cabeza, una hora había pasado desde que comenzaron la ruta. - bien, esta fruta es para el alfa así que...-
- ¿¡Qué!? -
- cómo qué qué, es para el alfa, él va a distribuir la comida al resto del pueblo, somos una manada -
Sin querer parecer tonto decidió ayudar, que tan malo sería estar ahí, en una manada extraña, probablemente lo mandarian a las mazmorras o lo expulsen sin haberlo aceptado aún, como en su manada, le hacía gracia, ¿Qué era lo peor que podía pasar? ahora después de nueve años.
En medio de sus pensamientos el auto se detuvo haciéndolo llegar a la realidad de golpe - bien, baja y sígueme - estacionando frente a la casa alfa, la costumbre del hombre de decir bien a cada momento le hacia gracia.
Al bajar del auto vio frente a él una mansión enorme y elegante - vengo a hablar con el alfa - dijo el granjero a un hombre enorme frente a ellos, era un beta por lo que podía notar, la diferencia es que tanto el granjero como el soldado eran muy altos, para él parecían todos alfas por su constitución muscular y su apenas 1,50 metros de altura
- siga, señor Sánchez - el que cuidaba la puerta lo miro de pies a cabeza - ¿el chico viene con usted?-
- sí, sí no es de esta manada así que va a hablar con el alfa - habló sin más
- los acompaño - Liam se tensó y los pelos de la nuca se le erizaron, ese hombre le pisaba los talones era el doble que él, bien sabido estaba que era un protocolo para evitar cualquier mal acción por parte de forasteros, pero le aterraba esa montaña tras él.
Llegaron hasta la oficina, el soldado tocó con tres pequeños golpes en una puerta que estaba claramente abierta - adelante - se oyó una voz fuerte desde el interior, ese hombre era aún más alto que el que los acompañaba y lo peor para Lima era el alfa de la manada.
ESTÁS LEYENDO
Esperanza
Hombres Loboser rechazado no es fácil, esta es la historia de Liam un chico quien no es aceptado desde su nacimiento por su progenitora, ella lo maltrataba de manera física y mental, haciendo que pasara por situaciones difíciles, sin embargo todo acaba cuando g...