Drabbles KSB

Lencería

Souichi había comprado un libro en una página web y cuando al fin el paquete había llegado descubrió que dentro del paquete no había libro, sino otros tres paquetes de diferentes tamaños envueltos en papel de seda negro, al desenvolver uno su mirada cambió a una de horror, tenía en sus manos ropa interior femenina, más en específico unas bragas tipo bikini color blanco con encaje sencillo. Llamó al vendedor y a la paquetería, más nadie le contestó.

Estaba sumamente molesto por la nula profesionalidad del vendedor y bastante avergonzado por tener aquello, pero algo en su mente insistía en seguir viéndolas. Con toda la vergüenza del mundo volvió a abrir la caja, sacó el último par de bolsas y las desenvolvió; la bolsa más grande resultó en un corsé blanco de estilo victoriano con encaje, la otra bolsa tenía unas medías largas de encaje blanco junto a unos ligueros, además de una imagen demostrativa de cómo el producto se vería en una mujer.

Souichi estaba rojo en todo momento, más ahora no era de enojo, algo en su mente le decía que se probara aquellas prendas; cuando examinó todas las prendas notó que claramente le quedarían. Su lado racional le decía que dejara todo en su lugar y que dejase de pensar en cosas pervertidas, por otro lado, su casi inexistente lado lascivo lo animaba a usarlo, a sentir aquello en su piel. Por una vez mandó todo al carajo y cedió a sus impulsos.

Se quitó su ropa y agarrando valor primero se colocó las bragas blancas, aquello se ajustaba bastante bien a su miembro; se sentó en la cama y colocó aquellas medias con una lentitud abrumadora, deslizando la tela poco a poco en su pierna, tardó en colocarse aquellas cintas raras, pero al final entendió como se colocaban, ahora un ligero descansaba en sus estrechas caderas marcándolas de manera sensual, aquellos triángulos de tela junto a las ligas se conectaban a las medias. Por último se colocó el corsé, deslizó la cremallera y envolvió su cintura con aquella prenda, una vez cerrada la cremallera y con la ayuda de un espejo comenzó a ajustar los cordones del corsé, fue más fácil que los ligueros ya que el corsé si tenía un pequeño manual de colocación, lo ajusto de tal manera en que pudiese respirar sin problemas.

Souichi se sentía abochornado, su cuerpo estaba caliente; aquellas prendas eran tan suaves y se ajustaban en los lugares correctos. Satisfecho, se volteó al espejo de cuerpo completo y se observó; todo en él era erótico, su cintura ahora era pequeña, aquellas medias torneaban sus piernas de manera exquisita y los ligueros le marcaban sensualmente sus caderas. Sus manos comenzaron a recorrer su cuerpo.

- Nggh..., m-maldición. - exclamó gimiendo, mientras seguía explorándose frente al espejo.

El sonido de una puerta abriéndose lo trajo a la realidad, Morinaga había vuelto.

Sus impulsos lascivos lo provocaron nuevamente, y volvió a ceder a sus encantos.

- Morinaga, ven un momento... - 

.

.

.

¿CONTINUACIÓN?...