Drabbles KSB

Calidez

Morinaga estaba sentado en el sofá de la sala, se encontraba llenando un reporte que la farmacéutica le había enviado de último momento. Hacía unas horas que había llegado a Nagoya con el fin de disfrutar un fin de semana largo junto a su senpai; Souichi estaba en la cocina, preparando algo caliente, ya que el clima estaba absurdamente frío.

Bebiendo su café, observó a la distancia a su ex kohai, cuyo sereno semblante estaba concentrado en la laptop; aquel perfil tan masculino era atrayente para Souichi, quien se limitó a observar a Morinaga, grabando cada mínimo detalle que aquel hombre, queriendo o no, se había ganado un lugar en su corazón.

Pasaron los minutos hasta que Morinaga cerró finalmente la laptop, la dejó en la mesita de la sala y terminó por acostarse en el respaldo del sofá, dejó salir un suspiro de alivio y cerró los ojos para descansar unos segundos.

- Al fin... - murmuró Morinaga.

Aunque Morinaga tenía una idea diferente de como pasar la noche en casa de su senpai, aquel trabajo de último momento lo había dejado exhausto como para proponerle algo a Souichi. El frío ambiente y su ahora cansada mente solo rogaban por dormir en una caliente cama ya sea solo o acompañado.

- Deberías irte a acostar. - dijo Souichi mientras se acercaba a la sala.

- No estoy tan cansado... siéntese junto a mí, senpai. A pasado un mes desde la última vez que pasamos un tiempo así de tranquilo. - Morinaga palmeó el sofá.

- Yo paso, ya quiero dormir. - Souichi ignoró aquel gesto.

Morinaga abrió los ojos y ladeó la cabeza para mirar a Souichi, quien temblaba ligeramente por el frío; le sonrió y volvió a cerrar los ojos.

- Esta bien, senpai. No se preocupe, hasta mañana. - Morinaga volvió a relajarse en el sofá.

Souichi rodó los ojos con enfado, precisamente no quería dormir solo aquella noche, de alguna forma, Morinaga era una especie de almohada que irradiaba calor. Así que, en uno de sus pocos momentos de atrevimiento, caminó hasta donde su ex kohai y, cosa increíble, se sentó en el regazó de Morinaga, apoyándose la espalda por completo en el cuerpo ajeno, escondiendo su rostro en el cuello de su ex kohai, se cruzó de brazos.

Mientras esto ocurría, Morinaga se sobresaltó por aquel inesperado movimiento; ¿acaso estaba soñando? ¿Realmente Souichi estaba sentado en su regazo? Morinaga, primero tenso, se relajó al instante que sintió un cálido aliento en su cuello.

- ¿Sen...? -

- Tengo frío, cállate - dijo Souichi con agresividad. El cuerpo de Morinaga era sumamente cálido y estaba bastante cómodo en ese momento.

Morinaga sonrió por aquella respuesta; pasó sus brazos en la cintura de su senpai y lo abrazó con poca fuerza; buscó los labios de Souichi, encontrándose en un beso lleno de dulzura y calidez. Finalizado el beso, ambos se limitaron a compartir calor en un inocente abrazo, sintiéndose dichosos por estar nuevamente juntos.