Drabbles KSB

Lencería #5

Si seguían de manera ruda se vendrían en cuestión de minutos, Morinaga decidió ralentizar las cosas; rompió el húmedo beso, regulando su respiración. Souichi no estaba mejor, pues el beso lo dejó mareado, cerró los ojos y trató de regular torpemente su respiración, dejando salir pequeños gemidos, pues aún sentía un cosquilleo en la entrepierna; si Morinaga hubiese tocado sus zonas erógenas, seguramente habría llegado al orgasmo.

Morinaga recargó la frente con la de su senpai, Souichi ladeó un poco el rostro para encajar de manera cómoda; sus labios estaban tan cerca, sus alientos se entrecruzaban, el calor corporal era intenso. Estuvieron así un par de minutos, disfrutando de la cercanía del otro. Un dedo travieso tomó un mechón de cabello rubio y lo peinó detrás de la oreja del tirano, no se quedó quieto y delineó con delicadeza aquella oreja.

Esto logró que Souichi gimiera, sus orejas eran muy sensibles. El dedo pasó detrás del lóbulo, su senpai tembló de gusto; continuó bajando con lentitud, delineando la mandíbula.

- Tienes tantas zonas sensibles, me pregunto si... - su mano acunó la mejilla de Souichi, el pulgar rozaba sus labios.

­- Abre. - ordenó. Souichi estaba demasiado embriagado de placer que obedeció.

Morinaga deslizó su pulgar en la cálida boca de Souichi, su lengua instintivamente retrocedió, aunque por falta de espacio constantemente lo lamía. Su pulgar acariciaba el interior de las mejillas, la boca de su senpai se sentía más húmeda, increíblemente Souichi no lo mordió; algunos quejidos salieron de Souichi.

- Succiona. - ordenó Morinaga.

Souichi cerró la boca y succionó. Morinaga sintió la presión en su pulgar, pero lo sintió hasta la cabeza de su polla, gruñó por aquella exquisita sensación. El tirano notó aquello, así fue que siguió intercalando succiones con lengüetazos en aquella falange.

-Suficiente. - Souichi abrió la boca y Morinaga retiró su pulgar, compartieron un beso rápido y el ex kohai continuó su camino. El dedo garabateó el cuello expuesto de su compañero, le excitaba que su senpai temblara por sus toques. Cambio su dedo por sus manos, tomó con firmeza los costados de su senpai, apretando su pecho sin rozar sus tetillas.

Apretó, masajeo, pellizcó.

Unos suaves gemidos escapaban de Souichi, las manos fueron bajando hasta las caderas de su senpai, aunque su piel era estorbada por aquel corsé. Algo irritado, se ensaño con un muslo.

Ambas manos recorrían el muslo derecho de su senpai, una mano apretaba una nalga, mientras la otra acariciaba la zona interior de manera suave, rozando los testículos de manera ocasional. Souichi se rindió ente aquel toque, escondiendo su cara en el cuello de Morinaga, quería abrazarlo para sostenerse, pero sus manos estaban prisioneras.

- Mori... ¡carajo! - una mano estaba masajeando su entrepierna.

- Guarda silencio. - nalgueó con fuerza la nalga de su senpai, quien chilló de sorpresa.

Algo hizo "click" en su cerebro, y se llenó de nervios... acaso, ¿acababa de nalguear a su senpai? Era un idiota cachondo, pero no suicida; antes de tan siquiera formular una disculpa, sintió una mordida en su cuello, una mordida juguetona.

Souichi se alzó a la altura de la oreja de Morinaga

- Otra... - 

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No estoy bien... pero es un comienzo.