•Capítulo Veintiuno

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Diez minutos después, todo mi ser seguía temblando, arrinconado en una pared, con la cabeza escondida entre mis piernas y llorando, desesperada y rezando para no volver a ver jamás a Eunhyuk, pero me había encerrado en el piso. No podía huir de allí de ninguna manera. Estábamos bastantes altos y no tenía intención de suicidarme, ni mucho menos.
Puse todos mis sentidos alerta cuando escuché un ruido tras la puerta de entrada al apartamento. Apreté más mi espalda contra la pared, Eunhyuk estaba de vuelta. O eso fue lo que creí hasta que vi a Taemin entrar. No sé cómo logró apañárselas para abrir la puerta, pero allí estaba él, con la preocupación comiéndoselo lentamente. Me levanté con una llama de esperanza gigante en mi interior y corrí hacía él, llorando más. Abrió sus brazos y me estrechó contra su cuerpo cuando pudo rodearme por completo. Comencé a llorar más y más, llenando toda su camiseta de lágrimas. Sollocé en su cuello, me aferré más a él.
Había venido a salvarme.
-Tranquila... Tranquila...-Susurró besándome en la coronilla-Ya estoy aquí.
-Sácame de aquí, Taemin. Vámonos, por favor...-Sollocé.
Volvió a dejar un beso en mi frente, y me apretó más fuerte contra él.
Pasaron veinte minutos, y Taemin volvía a tenerme entre sus brazos. Acabábamos de entrar en su casa, yo seguía llorando, aunque trataba de calmarme. Pero costaba.
Cogió mi rostro entre sus manos y ladeó mi cabeza hacía un lado, observando la mejilla.
-¿Te duele?-Me preguntó en un tono de voz demasiado dulce.
Negué con la cabeza.
-Ya no....-Respondí después, dejando caer una lágrima por mi mejilla.
Taemin la vio resbalarse por mi piel y se le partió el corazón. La limpió con su pulgar, me miró a los ojos fijamente, con amor, y después de susurrar mi nombre volvió a abrazarme.
Como había extrañado estar pegada a su cuerpo. Todos sus abrazos me habían transportado a un mundo nuevo. Sentir su calor sobre mi piel hacía que mi corazón latiera a mil por hora y que la sangre que corría por mis venas acelerara su velocidad. Era simplemente una sensación bellísima.
-¿Has cenado?-Me preguntó después.
-Sí... Solo... Quiero descansar.
-Está bien. Subamos a mi cuarto. Miraré de encontrar algo que te sirva para que estés cómoda y puedes dormir en mi cama. Yo dormiré en el sofá-Comenzó a subir escalones, pero fui tras él para cogerle de la mano. Se volteó mirándome a los ojos, confundido-¿Qué?
-...No quiero dormir sola, Taemin. Quédate conmigo. Estoy asustada...
A él se le dibujó una endeble sonrisa, sus labios se curvaron pocos milímetros. Bajó los dos escalones que había subido segundos antes y se pegó a mí. Me sonrió con dulzura y me acarició la mejilla.
-Está bien-Dijo después, tierno-Si eso es lo que quieres, dormiremos juntos.
Su tono de voz me hizo esbozar una sonrisa graciosa. Me cogió de la mano, apretó con cuidado y subimos a su habitación.

(Taemin y Tú) Promesas Rotas - TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora