Capítulo 4: La sorpresa

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Cuando Pedro se arrojó al suelo a sostener la cabeza de Ana y a comprobar que estaba aún respirando, llamo con urgencia al resto del personal de Turquesa y Asociados y les pidió que llaman un médico.
En menos de 5 minutos pudieron asistir a Ana quien estaba dormida aún. La presión de ella estaba demasiado baja y también el ritmo cardíaco. Debieron trasladarla al hospital por cualquier complicacion que pudiera presentarse.
Al despertar, Ana no entendía donde se encontraba ni por qué. Todo en su cabeza le daba vueltas y sentía deseos de vomitar.
Vio a Pedro a su lado casi llorando y sosteniendole la mano.
No se ánimo a preguntar que había sucedido.
Lo último que recordaba era el rechazo de el y entonces soltó su mano como un impulso.

-¿Qué haces aqui? ¿Cómo es posible que no estés ya en la presentación del nuevo edificio?
-Cuando vi como te desvanecías me sentí tan culpable por tratarte así. Fui un desconsiderado.
-Estamos a mano. Yo fingi el desmayo. Parece que no sólo tú eres bueno mintiendome.
Los ojos de Pedro se tornaron fríos y helados. No entendíó que eran aquellas palabras que acababa de escuchar de los labios de Ana. Pero sabía en el fondo de su alma que el secreto que le ocultaba algún día sería revelado y tal vez ese día llegaría pronto.
Ana intento incorporarse y busco salir de allí. Aunque Pedro fue tras ella no logro alcanzarla.

Esa misma noche mientras miraba las estrellas Ana sintió la necesidad de los besos de Pedro. Unos minutos después se quedo dormida poco antes de sentir que la puerta de departamento se abría.
-¿Qué es esto? ¿Cómo lograste entrar?
-Querida vives en un edificio que diseñe yo mismo y Turquesa y Asociados tiene copia de tu llave.

Luego de esto Ana lo beso dulcemente mientras acariciaba con sus manos la espalda de él y le decía que lo había deseado toda la noche.
Cuando miro el reloj estaba ya amaneciendo y ambos debían volver a la oficina.

Tentada Por El CeoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora