Capítulo 14. Revelación.

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Anabel.

Hace más de veinte minutos que he dejado a Andrew para que regrese a casa con sus amigos, esta noche fue perfecta como las anteriores, cada fin de semana me acerco más y más a mi amado Andrew y pronto lograré que confié más en mí y que me entregue su corazón por completo.

Bajo del auto y dejo que uno de mis empleados lo estacione en el enorme garaje que está en la parte trasera del jardín, camino lentamente antes de entrar a casa, abro y empujo la puerta, y acto seguido me introduzco en mi enrome casa llena de pinturas y esculturas.

-María ven acá –exclamo llamando a una de mis sirvientas para que venga y me prepare algo de comer – ¡por un demonio María! ¿Dónde carajos estas?
Estoy a punto de gritar cuando veo a la chica morena de cabello en trenzas que corren en mi dirección –perdóneme señorita estaba ayudando a su hermano en…

-no me importa que mierdas hagas con mi hermano, pero cuando yo te llamo tienes que estar aquí de inmediato entiendes –digo con irritación en mi voz mientras veo a la chica disculpándose –no importa quiero que me prepares algo para cenar y me lo lleves a mi habitación, y también quiero que busques a Federico, dile que el jardín está muy desordenado y que lo arregle de inmediato.

-está bien señorita ya mismo le preparo algo para cenar –guarda silencio un segundo antes de continuar –pero el jardín se arregló ayer señorita, además Federico está dormido…

-no te estoy preguntando si está dormido o si el ya arreglo el jardín, te estoy ordenando que vallas y le digas que lo arregle de ¡INMEDIATO! –mi voz se eleva varios tonos debido a la irritación que siento cada vez que escucho a esta estúpida llevarme la contraria.

-perdone señorita –agacha el rostro levemente –ahora mismo hare lo que me pidió.

La chica sale casi corriendo hacia la cocina, entonces comienzo a subir las escaleras para llegar a mi habitación en el segundo piso, cuando llego me introduzco en la habitación y cierro la puerta de un solo golpe, me siento en mi cama y tomo la computadora.

Al encender el aparato noto todos los correos que tengo, abro los primeros dos y para mi sorpresa son de mi padre  tales correos dicen que vendrá dentro de dos semanas a visitarme y que espera que todo el plan este marchando a la perfección.

Sonrió de solo pesar que mi padre estará feliz de ver cómo he logrado  ejecutar el plan al pie de la letra y como dentro de unos meses todo lo que soñamos y anhelamos se cumpliré y nada ni nadie podrá arruinarlo.

-Anabel cariño, recibiste la noticia –exclama mi madre con voz suave al mismo tiempo que se introduce en mi habitación –que tu padre…

-si la recibí madre –la interrumpo –deberías aprender a tocar la puerta antes de entrar no crees –digo con indignación mientras la veo por el rabillo del ojo.

-no puedes hablarme así jovencita te lo he dicho miles de veces –noto la frustración en su tono de voz debido a que todo lo que hace para controlarme no funciona, ella sabe que desde que era niña nunca la escuche ya que yo solo obedezco a mi padre.
-si da igual –suspiro – ¿a qué más has venido? –pregunto debido a que no soporto que mi madre este en mi cuarto y mucho menos si no tiene algo importante que decirme.

-trata de conservar la calma con lo que te voy a decir si Ana –noto como toma una aspiración como tratando de aminorar la tensión entre nosotras –Chantal está en la ciudad, ella lego esta noche y según Alexander piensa quedarse un par de días.

Al escuchar el simple nombre de es puta,  la sangre me hierve, quiero explotar, quiero gritar, mi mandíbula se ha apretado tanto que duele, siento como se forma un nudo en mi garganta y la bilis sube a mi garganta.

PRISIONERODonde viven las historias. Descúbrelo ahora