10 "Una chispa"

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Faltaban pocos días para finalizar este año. No veía la hora de gritar "feliz año" y tratar de cumplir las metas que tenía para el próximo, aunque sabía que las olvidaría y actuaría a mi manera porque no soy bueno siguiendo lo que me trazo, soy más de dejarme llevar por cualquier cosa que me pase.

Lo bueno del fin de año era que esta vez no venía toda la familia, solo la abuela y mi tía favorita.  Los demás por cuestiones más altas no podían llegar y eso implicaba no tener que ver más a Benjamin, que por cierto, me hizo pasar una vergüenza enorme con Jace.

Todo pasó porque regresé a casa acompañado de él y Benjamin era el que estaba en la entrada, por supuesto estaba resentido por lo que había pasado en la entrega de regalos que no dudó en lanzar sus comentarios mal intencionados con Jace ahí, diciéndole que era mi novio, que por qué lo había golpeado cuando lo hacia  con él y un montón de barbaridades más. Por suerte mi amigo no fue de dejarse influenciar y pudo dejar callado a Benjamin con una sola frase.  "¿Estás celoso o qué? " me reí muchisimo cuando escuché aquello.

—Espero esa sonrisa sea por algo bueno y no porque finalmente usaste el regalo de tu primo —me dijo mamá. 

Escupí la ensalada que estaba comiendo y la miré con el ceño fruncido y netamente avergonzado.

—¿Qué te pasa mamá? —le reproché— no digas esas cosas delante de Olivia.

—¡Yo también quiero jugar con el regalo de Alan!  —Gritó ella con una amplia sonrisa.

—Tu no puedes hija, ahora comete todo que me vas a acompañar al mall —Le dijo a mi hermana la cual asintió fervientemente y siguió comiendo.

Yo decidí ignorar aquel comentario y seguir con mi comida también, veinte minutos después ya estaba lavando los trastes mientras mi mamá y Olivia se terminaban de vestir para ir a su tarde de madre e hija.

—Volvemos en unas horas Alan, cuida de la casa y por si alguna razón llegas a salir, no olvides  cerrar con llave —me dijo mientras tomaba a Olivia en brazos y se dirigía a la puerta— Ten linda tarde, nos vemos.

—Igual ustedes, adiós mamá, Olivia —me despedí con un ademán.

—Nos vemos Alan —Se despidió mi hermana.

Y así me quedé completamente solo. Terminé de fregar los platos e hice algo de orden en la casa, habían quedado algunas luces de navidad en las paredes ya que mi mamá olvidó quitarlas y luego ya le dió flojera hacerlo. Fui por la escalera y me encargué de eso enseguida, lo guardé en las cosas de navidad que por cierto, estaba lleno de polvo por lo que me causó alergia.

Estornude un par de veces antes de guardar todo y salir de aquel almacén.  

Fui a la sala pensando en poner mi película coreana favorita y verla ya que no tenía nada más que hacer, pero antes de que pudiera tomar asiento, escuché que tocaron a la puerta. Me pareció curioso ese hecho, seguramente era que mamá había olvidado algo y se devolvió a buscarlo, pero ya había pasado más de media hora, tenía que ser otra cosa. No lo pensé más y fui para abrir, con cuidado para percatarme de que no se tratara de ningún extraño. Sin embargo, mi sorpresa fue grande cuando reconocí la figura de la persona tras la puerta, abrí enseguida mirando sin entender.

—¿Qué haces aquí Jace? —Cuestioné aún sorprendido.

—Vine a visitarte —Entró a mi casa sin esperar mi permiso— Como ya sabía donde era, no podía quedarme con las ganas de pasar el rato. Después de todo ya somos amigos ¿no? Me gusta visitar a mis amigos.

—Eh... Bueno, pero pudiste avisar.

—Quería sorprenderte.

—Y vaya que lo hiciste —cerré la puerta y me adelanté— La verdad como no esperaba que vinieras, no tengo más que ofrecerte que jugo y agua...

Un tonto enamorado Donde viven las historias. Descúbrelo ahora