Disculpas poco conviencentes pt.2

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Escogí un vestido corto lleno de lentejuelas y las espalda descubierta y unos tacones bajos negros. Mi pelirrojo cabello lo hice un chongo despeinado por que sí lo dejaba suelto iba a terminar todo sucio.

Una vez lista agarre mi pequeño bolso donde eche mi celular y un poco de dinero por sí las moscas, baje las escaleras y me encamine hacia la salida donde me esperaba Diana en un taxi y partimos.
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Yo vivo en la ciudad de Chicago, la ciudad de los vientos.
En el camino me gusta ver los grandes edificios con su iluminación nocturna.

Cuando llegamos a la casa de Pauli ya había un alboroto, donde podías escuchar la música a 2 manzanas, pagamos el taxi y nos adentramos en el gentío de gente.

Estuve bailando con quien sabe cuantos chavos, uno que otro se sobré pasaba poniendo las manos donde no deben, hoy no tenía ganas de ese tipo de cosas.
Me dirigí a la barra con Gwendolyn, que había llegado unos pocos minutos después de nosotras, y empezó la verdadera fiesta.

Iba por el décimo shot cuando vi a un muchacho súper guapo con lentes, me acerque y le hablé:
-Hola guapo- le sonreí

-Hola Elizabeth- dijo muy serio

-¿Cómo sabes mi nombre?- después de que dije esto se dio la vuelta. Cris.

-¿Tu que haces aquí?-

-Soy el primo de Pauli e insistió que viniera- Y se volvió a su bebida dándole un largo trago.

-¿Qué tomas?-

-¿Cuándo dejarás de hacerme tantas preguntas?- dijo levantando una ceja.
Me quede muy seria y baje la mirada a mi trago.

-Refresco- continuó

-Jajajajaja- no podía parar de reír- hay perdón, pero ¿cómo que tomas refrescó en una fiesta?-

-Porque no quiero chocar el auto-

-¿Y porque no pides un taxi?

-Porque no quiero y ya ¿vale? Sólo déjame tomar mi refresco agusto como antes de que llegarás tu a la barra-

Disgustada me di media vuelta y volví con mis amigas.
......
Ya eran las 3 tres de la madrugada y no paraba ningún tonto taxi para llevarme a mi casa.
Cuando volví a ver esa estúpida camioneta.

-Sube Elizabeth- me ordeno Christopher

-No-

-Sube, son las tres de la mañana, estas parada en una esquina desierta muy obscura donde cualquier taxi que parará por ti probablemente te secuestraría, sube-

-¡YA LARGATE! A ti que te importa de todos modos, veté a tomar tu tonto refrescó- Trate de caminar al lado contrario, pero el alcohol en mi organismo no me dejo, y caí directo al suelo.
Oí el sonido de la camioneta apagarse, sentí unos brazos cargándome, después, me acomodo en el asiento trasero.
-Lo siento Cris- le dije con una voz queda.

-¿Porque?

-Por reírme de tu refresco, jajajaja- y eso el lo último que recuerdo.

Alto a lo cursiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora