Capítulo 12: Al Descubierto...

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" ¿Por qué me tiene que pasar todo esto a mi? Te odio Alejandro Acosta, te odiooo!!!"
Así piensa Elena mientras corre a refugiarse en un baño de señoras en el lugar donde se encuentra. Al cerrar con seguro se detiene delante de los lavabos y observa atentamente la imagen que le devuelve el espejo. No se reconoce. Observa con detenimiento a la mujer llorosa y destruida que opaca totalmente la belleza y juventud que transmiten sus poros.
- Cómo pude dejarme engañar... como fui tan estúpida al creerte. Debí imaginar que ya eras de alguien más. Eras prohibido para mi y no lo supe ver. Pero a partir de ahora así será Elena - dijo mientras le hablaba a su reflejo - No vas a volver a engañarme. Será una guerra en contra de mis sentimientos, pero venceré.
Después de lavarse las manos y su cara y retocado su maquillaje salió en busca de su acompañante al que encontró totalmente confundido y mirando hacia todos lados en busca de ella.
- Elena, ¿dónde estabas?
- Fui un momento al baño pero ya estoy aquí.
- Llevo rato esperando...
- Eduardo quiero irme ya ¿si?
- Pero, aún no respondes mi pregunta...
Elena recordó el motivo de la cita entre ellos y luego le dijo...
- Vayamos a otro lugar, es que estoy un poco cansada y todavía tengo que llegar a estudiar e Isabela me está esperando.
- Isabela está en tu depa?
- Si y no quiero dejarla sola por más tiempo.
- Ok vamos. Hablemos en el auto, te parece?
- Si, está bien, vamos.
Una vez que Eduardo y Elena estaban dentro del coche, Elena se voltea hacia él y le dice...
- Eduardo, no te voy a mentir, amé que me trajeras a este lugar, nunca había estado aquí. Todavía no puedo creer que hayamos tomado el helado más caro del mundo - dice ella sin poder evitar sonreír y Eduardo que también la escucha también curva su boca hacia arriba en señal de una sonrisa - pero, aunque no ha pasado mucho tiempo desde que estamos separados... yo...
- Elena no tienes que...
- Escúchame por favor, lo que quiero decir es - Elena toma un leve suspiro tratando de encontrar la forma de explicar que se sintió bien con él hasta que pasó todo lo demás, pero ella no quería romper su corazón - que todavía debo pensar bien y tomar una decisión respecto a nosotros.
- Pero mi amor...
- Si, yo necesito tiempo...
- ¿Tiempo?
- Si...
- Yo más bien pienso que ya no me quieres, que estás tratando de buscar una excusa porque no quieres estar conmigo...
- Pero...
- Basta Elena, no voy a insistir más. Si en realidad me amas como yo a ti, vendrás a mí por ti misma.
Y sin más Eduardo puso en marcha su coche en el más incómodo de los silencios. Una vez que llegaron al edificio de Elena, él se bajó, rodeó el auto y le abrió a ella. Se vieron a los ojos y Elena sintió pena de él y aunque sabía que lo que iba a hacer no era lo correcto, subió sus manos, lo tomó por las mejillas y lo besó. Sintió como Eduardo enseguida la rodeó por la cintura mientras sus lenguas se saludaban en un baile sincronizado. Elena pudo sentir que ya no era lo mismo, que no sentía con la misma intensidad que cuando Alejandro la había besado, que ese beso era más de amistad de toda la vida y sin embargo con Alejandro sentía pasión y que sus pies temblaban de deseo. Se regañó a sí misma por haber pensado en ese maldito profesor que la había engañado de la manera más traicionera y miserable y puso fin a aquel beso tan falta de todo. Eduardo confundido no sabía que hacer y preguntó...
- Este beso... ¿qué significa?
Elena vaciló en contestar y dijo...
- Significa que vamos a intentarlo de nuevo, digo si aún tú quieres...
- ¡¡¡Pero claro que siii!!! - dijo Eduardo abrazándola - No sabes lo feliz que me haces mi amor...
- Y tú a mi,... - Dijo Elena abrazada a Eduardo con la mirada totalmente perdida y carente de emoción.
Eduardo la soltó y la miró a los ojos.
- Voy a hacerte muy feliz, está vez no me voy a equivocar. Te lo prometo mi amor.
Elena asintió, sintió como su móvil vibraba en su bolso y le dijo a Eduardo.
- Ahora debo subir porque Isabela me está esperando, mañana nos vemos en la uni, si?
- Lo que tu digas mi amor. Te amo no lo dudes nunca...
Elena lo volvió a abrazar. Trataba de aferrarse a que con el cariño y el amor de Eduardo podría olvidar todos aquellos sentimientos nuevos y descontrolados que sentía por el mayor embustero que había conocido en su vida.
- Ok, ya me voy.
- Si. Descansa mi amor.
- Eso haré- dijo Elena tratando de despedirse de una vez.
Mientras Elena se acercaba a la puerta del vestíbulo de su edificio Eduardo la observaba hasta que finalmente se subió a su coche y se fue. Justo en ese momento comenzó a soplar un viento fuerte y frío que estremeció su cuerpo  ya que estaba como estatua perdida en sus pensamientos. Se sintió desprotegida y sola mientras el frío de la noche daba paso a una lluvia repentina y fuerte que abrazaba toda la ciudad. En ese momento mientras intentaba entrar para no mojarse, un auto pasó tan rápido que mojó  por completo. Retrocediendo sólo logra ver un auto oscuro a toda prisa.
- ¡Maldita sea! - dice totalmente ofuscada. Finalmente sube y al llegar Isabella la asalta a preguntas que Elena ni siquiera piensa contestar. Al menos no por el momento.
- Hola Ele... ¿ pero qué te pasó?
- Un estúpido que arruinó un poco más mi vida de mierda...
- No entiendo...
- Isa, es serio necesito una ducha urgente. Ya es muy tarde y quiero dormir, por favor... - dijo Elena bajando el tono de su voz y dos lágrimas salieron de sus ojos tristes.
Isabella inmediatamente y sin importar que estuviera toda mojada y llena de lodo la abrazó. Pasaron varios minutos en lo que Elena pudo llorar y sacar un poco la rabia que sentía.
- Llora, te va a hacer bien... - dijo Isabella dándole consuelo a su prima.
- En algún momento me contarás que pasó? - le dijo un poco confundida.
- Si, pero...
- Entiendo, ve a bañarte. Si quieres mañana podemos conversar.
- Gracias Isa, eres la hermana que nunca tuve... - dijo Elena rompiendo en llanto volviendo a abrazarla.
Una vez calmada Elena se fue a dar una ducha mientras que Isabella se cambiaba de pijama ya que el que tenía estaba sucio y mojado.
Elena tardó un poco en el baño, como si con el agua pudiera irse también todo lo sucedido y poder salir como nueva. Decidió cerrar la ducha y se sentó dentro del jaccuzi y abrió la llave hasta que el agua caliente cubría su cuerpo lo suficiente para poder relajarse, pero...

"Entre Dos Amores"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora