Sin Luna Llena

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-¿Ellos serán nuestro transporte?- le preguntó Cek a Azule.

-Sí, pero eso no es lo importante ahora- le dijo Azule, dándose vuelta para mirarlo a los ojos-. Me gustaría saber más de ti.

-¿De mí?

-Claro. Si los voy a acompañar durante su largo viaje debería saber la historia que cada uno tiene para contar.

Cek se había sentido especial por un momento, pero eso desapareció al instante. Ni siquiera sabía por qué se emocionó por las palabras del Lightwood.

-¿Y cuál es la tuya?- le preguntó al Greenhood.

-Pues... digamos que no tiene un final feliz.

-¡Claro que no! Tú aún no has muerto.

A Cek le resultaba lindo que Azule le diera ánimos a pesar de su pasado. También le resultaba linda su sonrisa.

-Pues, mi hermana es Nika, mi padre era Zender y mi madre era una gata ciega llamada Dirnha.

-Espera, ¿quieres decir que "eran"?- Azule cambió su rostro a uno de preocupación.

Cek solo suspiró antes de comenzar su triste historia.

-Una noche, sin razón alguna, me desperté y, al instante, mi nariz captó el olor a sangre. Salí de la cama y miré hacia la entrada. Yo-yo era solo un cachorro entonces.

Azule abrazó a Cek ni bien este empezó a tartamudear. Él se calmó un poco gracias a ese cálido abrazo.

-¿Qué sucedió?- le pregunto el Lightwood.

-Mi madre había matado a mi padre sin razón.

Cek se calmó un poco y se separó del abrazo del híbrido.

-La exiliaron, ¿verdad?- le preguntó.

-Sí- le respondió el Greenhood-. Pero mi hermana y yo supimos salir adelante, y ahora vivimos perfectamente bien.

-Me alegro por ustedes- la cálida sonrisa de Azule regresó.

-Ay por las Diosas, ¡YA BÉSENSE!- les gritó el guardia de cabello rosa.

Al escuchar eso, Cek solo escondió su rostro con la capucha de su padre. Azule caminó hacia el guardia.

-¿Qué dijiste, idiota?- le preguntó en tono amenazante.

-Dije que se tienen que besar- le repitió el guardia-. Y mi nombre es Irion.

-Tienes suerte de ser un guardia.

-Creo... creo que volveré a dormir- dijo Cek, mientras caminaba de vuelta a la guarida de los shistir. Irion lo acompañó. Azule no tenía otra opción más que seguirlos.

Tres Deseos 1: Los ElegidosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora