La Reina

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Zul se despertó sintiéndose un poco rara. A su cabeza se le había dado por recordar a todos sus examores, e incluso al único gato con quien sí había tenido una relación: Uhnm. El problema es que después de un mes de ser pareja él la engañó con otra. Hasta ahora no lo podía perdonar.

Levantó la cabeza y vio a Cek y Teny quienes también comenzaban a despertarse. Parecía que Cek no había dormido bien. A Teny no se le notaba tanto como a él, pero ella tampoco había dormido bien.

-Buenos días- Zul se dio cuenta que esa era la voz de Azule y se alegró un poco. Luego vio que Cek se sonrojaba levemente y apartaba la mirada. ¿Qué sucedió entre estos dos?

-Oh, sí, buenos días...- comenzó diciendo Teny con una sonrisa. Zul presentía que iba a decir algo sarcástico-...para ir a ver a la reina de una especie totalmente diferente y que tal vez terminen matándonos- y ahí está su típico sarcasmo.

-Ella no hará eso- le dijo Azule.

-¿Cómo estás tan seguro?

-Ariyi Cei, una antigua Dragona de Ensueño convertida en espíritu, nos salvará si se presenta algún inconveniente- no era la primera vez que escuchaban ese nombre. Aquella dragona es quien se encarga de que su profecía se cumpla tal y como debe ser-. Además haremos un trato que la reina no va a desaprovechar.

¡Otra vez dejándoles con la intriga! Azule siempre hace lo mismo.

Azule se asomó por la puerta y les dijo a los guardias que los llevaran con la reina.

Ambos guardias eran machos. Uno tenía el pelo rosado y muy corto junto con unos ojos rojos amenazantes como los de ella, y marcas del mismo color en las patas. El otro tenía el pelo un poco más largo que su compañero y de color marrón, y marcas negras por toda la piel, y este también parecía un tanto más amigable que el otro.

¿Pero que ayer no tenían una guardia hembra? Tal vez cambiaron de puesto en la noche.

-Hola, soy Noah, seré su guardia- dijo el de cabello marrón. La verdad es que tenía voz como de hembra... bah, tal vez sea trans, igual que el mejor amigo de la infancia de Zul: Jeindoe. Él antes era ella.

-Idiota, no son tus amigos, son prisioneros- le dijo el de cabello rosado.

-Pero mi hermana Maize dice que...

-Maize es una idiota, igual que tú.

-Oh, vamos- le dijo Zul a ese shistir mala onda-, no seas tan malo con la gente, prueba sonreír un poco y verás todo más divertido.

El shistir solo hizo una mueca parecida a una sonrisa forzada mostrándole todos los colmillos. Zul se arrepintió de su comentario.

-¡Mi hermana no es una idiota!- le dijo Noah, bastante enojado.

-Todos en tu familia lo son- dijo el de cabello rosa, dejando de sonreír forzadamente (¡gracias a Maher!) y rodando los ojos.

Noah hizo un puchero infantil, mientras seguía con el seño fruncido.

-Deberíamos llevar a los prisioneros con la reina de una buena vez en lugar de payasear como haces tú- le reprendió el de pelo rosa.
Ambos shistires guiaron a los Elegidos y su Guardián a través del campamento. Llegaron a una gran guarida de piedra en el centro del claro.

-La reina los espera del otro lado- dijo Noah con una sonrisa, mientras corría la cortina de tela grisácea.

Azule entró primero, seguido por Zul, luego Teny y por último Cek. ¿Por qué estaba intentado poner distancia entre él y el Lightwood? ¿Qué sucedió entre estos dos? ¿Lo estaba pensando demasiado? Tal vez... Debería dejar de meterse en asuntos que no le corresponden. Uh...

Tres Deseos 1: Los ElegidosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora