Capítulo 1

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El omega pelinegro abrió sus ojos sintiendo su cuerpo en extremo cansado al punto de doler, debido a las horas de trabajos no le daban chance a descansar adecuadamente

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El omega pelinegro abrió sus ojos sintiendo su cuerpo en extremo cansado al punto de doler, debido a las horas de trabajos no le daban chance a descansar adecuadamente.

Se levanto y miro mi reloj viendo que apenas son las 4:35 a.m, carraspeó con frustración revolviendo su despeinado cabello para luego dirigir la vista como cada día el retrato de su madre y sonrió; ver su simple imagen le da fuerza para seguir adelante.

Sin esperar más se levanto y me dirijo al baño para hacer sus necesidades, salio del baño con la toalla envuelta en su cuerpo. Rápidamente voy hacia las cajas donde están mis trapos que algunas vez fueron ropas. Luego de vestirme salgo de mi habitación y bajo las gradas encontrándome la sala hecha un desastre con botellas de alcohol por doquier, ignorando eso me dirijo a la cocina donde abro la nevera en busca de alimento encontrándome con más botellas.

Su madre murió hace un poco menos de 7 años por cáncer estomacal, el cuál no pudo ser atendido correctamente ya que estábamos en bancarrota y su padre era un Alfa que solo piensa en beber y apostar. Le duele saber que su madre se dejó morir ya que no tenían la economía suficiente para sus tratamientos, luego de su muerte dejó la escuela y empezó a trabajar para pagar las deudas de su padre y-.

—¡Evan!—Escucho la irritante voz de mi padre y camino desganado hacia la sala encontrándome con él todo golpeado, desaliñado y con su típico olor a alcohol — Tráeme una cerveza y ayúdame a curarme—.

Me quedo mirando fijamente a su rostro sucio y ensangrentado sin decir una palabra, ya estaba cansado de esto.

— Quien de esos hombres a los que le debes te hizo eso viejo? -- Digo con desinterés sacando el botiquín de abajo del sillón; sí lo tenía escondido por que era capaz de venderlo para comprar más alcohol o aportarlo— Cuanto debes ahora eh?—.

—Cállate y curarme de una vez y termina rápido si no quieres que te de tu merecido por insolente — dijo mientras le curaba su mejilla; tenía un moretón. Al escuchar su amenaza deje todo y me alejé guardando el botiquín, jalando mi cabello enredado mientras un grito de frustración se escapa de mi garganta.

—¡Ya estoy harto de tí y tus cosas papá!— Digo con enojo sintiendo la rabia calar mis venas mientras miró sus los ojos fríos y desinteresados, ya no puedo más.—¡Me la pasó trabajando todo el tiempo para pagar tus deudas y mantener lo que queda de este lugar y tu solo puedes apostar y beber las 24h— lágrimas de rabia corren por mis mejillas y la impotencia llena mi ser. No entiendo cómo alguien puede ser así de cruel con su propio hijo.—¡Mis manos están llenas de cicatrices y heridas de tanto trabajo, mi cuerpo duele al igual que mi cabeza y tu no eres capaz de hacer nada!—.

—¡Omega insolente te recuerdo que es tu trabajo y yo no tengo culpa que seas un inservible igual que la puta de tu madre!— Su expresión cambiá a una de enojó y camina rápidamente a hacia mi molesto agarrando mi camisa para quedar cerca de mi rostro—.

Cruelmente Destinados|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora