Capítulo 3

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Narra Evan:

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Narra Evan:

Había estado caminando todo el día por la ciudad entrando y saliendo de los negocios esperando encontrar otro trabajo porque lo necesitaba. Nadie quería aceptarme por mi corta edad  y mi poca educación, que no llegaba a educación media. Me decían que no o simplemente me ignoraban y me dejaban hablando solo, es muy difícil conseguir algo cuando no eres nadie.

Estaba caminando por las calles casi obscuras, siendo iluminadas por uno que otro farol parpadeante. Cuando vi un letrero que decía que buscaban personal y me dirigí a el lugar, con todas mis últimas esperanzas ya que realmente me sentía derrotado.

Era un café de lo más normal; el jefe, me contrato temporalmente por la falta de personal, me pidió que trabajará desde hoy y así lo hice. Ahora trabajaba dos día sí y un día no, en ese día trabajaría en la floristería del pueblo para tener más dinero aunque no descansará mucho. Trabajaba lavando trastes y la verdad me sentía muy cómodo, todos fueron amables conmigo. El café era reciente pero tenía buena clientela por lo que en cierto momento deje los trastes para ayudar a Emy y Sam; dos de mis compañeras que se encargaban de apuntar los pedidos de las personas hacían.

Pensaba mientras volvía con los trastes que yo soy muy afortunado en conocer a mi ángel «jack» porque el me ayuda, me cuida aunque aveces discutamos, porque una relación puede ser genial pero no perfecta, igual es como mi segunda madre… de no ser por el en estoy momentos yo estaría drogado. Cuando era pequeño mi padre me sedaba haciéndome dormir porque le molestaba que llorará o algo parecido y mentiría si digo que a día de hoy muchas veces no uso pastillas para dormir ya que sin ellas duermo poco o mejor dicho nada.

Ya había terminado y ya ¡Me han pagado mi primer sueldo en la cuidad! Estaba muy emocionado, tenía que avisarle a Jack que me rentaría por acá y así lo hice.

— Entonces ya tienes trabajo?— Jack se escuchaba emocionado—.

—Si ratón , estoy buscando donde rentarme —. Ya eran las 10 y algo de la noche pero seguro encontraría algo donde dormir.— Además los de mi trabajo me recomendaron un lugar—.

—Esta bien enano, pero te me cuidas, no quiero que confíes en nadie fácilmente ni que compres patillas…—. Sonó triste y se escucharon sollozos, me detuve en el medio de la oscuridad.—Te extraño tanto, porque tienes que vivir allá sabes puedes vivir conmigo y de gratis—.

—Lo sé ratoncito pero acá pagan mejor, tengo pagar una deuda de mucho dinero; además yo me se cuidar no t—.Un olor a Rosas y miel llegó a mi nariz y mi cuerpo se estremeció poniéndome nervioso, había olvidado que mi celo llegaría hoy…mierda.—J…jack tengo q…que colgar—. Y así lo hice y camine rápido buscando una farmacia desesperadamente sintiendo mi cuerpo más pesado.

 Y así lo hice y camine rápido buscando una farmacia desesperadamente sintiendo mi cuerpo más pesado

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Cruelmente Destinados|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora