Eres todo para mí (Gaster × Sans) Undertale

E.013

El esqueleto veía la ventana mientras tenía un libro de cuentos en sus manos. Papyrus dormía plácidamente en su cama. Bajó la mirada hacia el mismo libro, que se había convertido en una clase de carpeta para los dibujos de Papyrus. Detallados, aunque se salía de las líneas. Papyrus había estado tratando de escribir con las dos manos, ya que comentó que en la biblioteca, había conocido a un chico con varios brazos, y trató de enseñarle... Los dibujos...

Éste los miraba.

—¿Por qué siempre dibuja flores doradas?...—se cuestionó en susurros, sus dibujos habían pasado de super héroes a flores... ... Con rostro. Asumía que quizás leyó un libro y ahora soñaba con éstas.

*¡Mira, Sans!. Volví a soñar con ellas, está vez me hablo, aunque... No parecía ser muy cortés*

La voz de ese recuerdo resonó en su cabeza, una sonrisa surcó sus labios, una tranquila. ¿Por qué le daba tanta importancia?

*

Gaster estaba dibujando líneas rectas en una hoja, hasta que escuchó los pasos de Sans, éste se giró.

—¡Ah!, Sans... Creí que no vendrías, últimamente llegas tarde—masculló mientras hacía bola el papel en el que había estado haciendo garabatos.

—Ah, sí... Perdona, Doc. Sólo es qué... He estado, algo pensativo, supongo...

—Hm, debe ser importante si es que te hace pensar—dijo entre una risa y el ceño fruncido, pero notó como la mirada de Sans no cambió, tragó un poco de su café, dándole golpecitos a la mesa—¿Qué traes en la cabeza, Sans?—Preguntó serio, girandose a verlo.

Sans incluso lo dudo si contarle, eso hirió un poco al adulto, qué escondió su manos en los bolsillos de la bata.

—Doc, ahora que hay más almas para experimentar... Y con los nuevos modelos para el núcleo... Sólo me hizo pensar un poco, en que, ya sabes... Tal vez...

—¿Qué tal vez, necesite a alguien más?...—interrumpió el adulto frunciendo el ceño. Sans sólo asintió—¿Quién te metió eso en la cabeza?—gruñó.

Sans solo se sorprendió un poco y movió la mirada hacia otro lado.

—Sans, n- —se escuchó una llamada entrante, el adulto suspiró. Y tomó la llamada, dándose la vuelta. Sans sólo lo observó.