𝐉𝐊 𝐬𝐡𝐨𝐨𝐭𝐬

𝒕𝒉𝒊𝒓𝒕𝒆𝒆𝒏

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' Eres una hechicera, pero al estar cerca de el, tus poderes se debilitan ,

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- ¿Y que piensas hacer, bebé? - Tu novio te preguntó respecto a la materia que pensabas que ibas a fallar, mientras ambos entraban al pasillo principal de vuestra universidad.

- No lo sé, supongo que me quedaré hasta tarde hoy haciendo las actividades que hacen falta. - Jungkook te abrazó en señal de confort.

- ¿Por qué no mejor pides algún consejo a la profesora primero? Tal vez te deje algo extra, antes de que dediques toda esta noche a trabajos. - Lo pensaste y asentiste.

- Tienes razón. - Suspiraste y te recargaste en los casilleros que estaban a un lado de el de tu novio.

Mientras tu chico sacaba algunas cosas de su mochila y las metía al rectángulo de metal, viste como unos chicos intentaban colocar algunos carteles del baile de navidad cerca de las columnas del pasillo. Al ver como tu compañero Minho se estiraba bastante para colgarlo, la escalera en la que estaba parado se comenzaba a deslizar, abriste tus ojos ampliamente al ver como el artefacto se deslizaba completamente, así que rápidamente moviste tu dedo disimuladamente para amortiguar la caída del chico, pero no sucedió absolutamente nada, haciendo que cayera fuertemente al piso. Soltaste un grito y corriste a ayudarlo junto con Jungkook.

- Por Dios, ¿Estas bien? - Jungkook lo ayudó a levantarse y a sacudir el polvo en su espalda.

- Si, creo que si. - Minho sobaba su cuello adolorido.

- Minho, deberías ir a la enfermería, no podrás pasar el día así. - Tu asentiste a la idea de tu novio.

- Creo que es buena idea. - Jungkook pasó su brazo por el cuello y lo ayudó a caminar.

-Toma, nena. - Te dio su mochila y un beso en la mejilla. - Te veo en clase, ¿De acuerdo? - Asentiste aun algo consternada.

Viste como se alejaron y te acercaste a cerrar el casillero de tu novio, que por haber ayudado a Minho olvidó cerrarlo, te recargaste y suspiraste. ¿Qué diablos te pasaba?, ¿Por qué tus poderes estaban fallando tanto últimamente?

- ¿Qué pasa, chica? - Giraste tu cabeza y viste a tu amiga Hyejin, siempre te saludaba en español por el hecho de que eras latina, era lo único que sabía decir, y tu se lo habías enseñado.

- Hola, Hye. - Frunció el ceño al verte tan decaída.

- ¿Qué sucede? - Te miró preocupada, así que suspiraste lista para contarle lo que había sucedido últimamente en tus días. Hyejin era la única persona que sabía sobre tus poderes, ella y tu tía, que cuidaba de ti después de tus padres fallecieran en un coche de auto, tu tía también era hechicera y te guiaba en todo para saber controlar tus poderes y usarlos para el bien. - ¿O sea que solo de vez en cuando funcionan? - Asentiste tristemente.

- Y la verdad es que no sé por qué. - El pasillo se había vaciado ya, las clases no tardaban en empezar y todos se había ido ya. - Mira, vamos a intentar, hace un momento intente que la escalera se detuviera pero no funcionó. - Pensaste en el conjuro y moviste tu dedo apuntando a la escalera metálica que yacía en el piso. De pronto, la escalera se levantó por arte de magia, abriste tu boca asombrada.