[Miércoles]

52 2 2
                                    

Gracias por hacerme sonreir precisamente hoy. ¿Sabes? Una parte de ese escritor oscuro se parece a ti. Espero que sepas encontrarla :)

.

¿Sabes? No quieras sabes a qué se le dice matanza por estos sitios. Lo he visto, lo he oido, y mientras todos han subido las ventanillas del coche y el mayor de ellos, sentado a mi lado, ha subido el volumen de una radio llena de bandas de rock para disminuir la sensación de ahogo, he empezado a cogerle el gustillo al tipo de música. Ya sabes; hay que reconstruir la escena del crimen. Y ahora que venga un listo y diga "venga, hombre, no seas cobarde y abre las puertas..." que ya sabré.... ya sabré que decirle...

Claudia no tenía permiso de conducir, a pesar de tener ya los dieciocho. Le gustaba todo lo relacionado con la música, aunque su pasión era el disfraz, según habló el rubio anoche (o bueno, o castaño clarísimo, qué más da), aunque esto último no lo supiese apenas nadie. Cosa que no me daba muy buena espina. Nadie podría decirnos demasiado de su vida de verdad.

--- A ver, situémonos. Ella entró aquí hace dos noches exactamente, ¿Verdad? ---Todos asintieron--- Seguramente asqueada por esos... gritos del animal. Así que entró, se sentó en el asiento del co-piloto, por que el del conductor le daba respeto... respiró hondo, y... cerró los ojos ---. Hice lo mismo---.  Y después... puso esta música, justo la pista seis... y se puso a pensar en todo lo que tenía encima. En un chico que la vigilaba en su propia casa, un sitio del que no podía salir por que le encantaba escribir ( y todo lk referente a mi, lógicamente) pero del que quisiera desaparecer, y entonces...

La guantera del Toyota se disparó en ese momento y sus luces se encendieron. Guille no tardó en arrastrar su sillón hacia atrás hasta encajonar a su amiga Lía a sus espaldas. Envoltorios de caramelos, cuernos de animales, una cola de liebre, suciedad y... facturas de ITV arrugadas y aplastadas de tal manera que las letras se redujeron a borrones con el paso del tiempo. Cáscaras de naranja secas y sobres vacíos blancos.

Espera... sobres vacíos.

--- ¿Nada más? ---Intervino Chris, el quinceañero. Guille giró los sobres para que su interior cayera sobre las marchas.

--- Nada más ---admitió, después de sacudirlo bien--- No tenemos nada.

--- No, no. Piensa un poco. Tiene que haber algo que...

--- Lo que sea que hubiese en el sobre, ella se lo llevó, así que no veo cómo podemos encontrarla nosotros sin nada más que un sobre vacío.

Eso era cierto. Después de todo, yo... nosotros, no jugábamos tan en desventaja. Teníamos chispa.

Guille tenía toda la razón del mundo al decir que un montón de polvo de papel mal doblado dentro de un sobre vacío no nos servía de absolutamente nada. Pero ella se había ido, o se la habían llevado, o sabe Dios qué, y nosotros estabamos aqui, encerrados en un todoterreno de cinco plazas cuando eramos seis, escondiendonos de los gritos de un animal al que le habían cortado el cuello a traición y lo habían dejado sobre el rellano de un cortijo en mitad de, ahora sí, NINGUNA PARTE, por que nadie tenía los cojones ( u ovarios, en caso de las tres chicas) de salir ahí fuera y poner contra la pared a nadie para que confesara. No podíamos, a decir verdad. Nadie sabría nada de quién era Claudia en realidad.

Ella no volvería a escribir y yo... yo tampoco.

--- Entonces... abrió el sobre, ¿verdad? ---Pregunté, sin esperar respuesta--- se acomodó, abrió la carta doblada en tres y se dio cuenta de que... era de él, ¿no? El que menciona en mi carta.

--- ¿Y?

--- Todos sabemos más o menos qué le dijo a ella. O... le escribió, tal vez. Tal vez fue escrito.

Comptine d'un autre étéDonde viven las historias. Descúbrelo ahora