Enseñándole lo que es el Amor (Amor en Boston #1)

Extra 3: Grace

AVISO: Este extra sucede después de Conociendo lo que es el amor (historia de Abby y Josh). Si no la has leído, te recomiendo leer las siguientes dos historias y evitar un mega spoiler. NO DIGAS QUE NO TE LO ADVERTÍ <3

Respiré profundamente cuando tía Maggie cerró el último broche de mi vestido de novia. Me temblaban las manos y creí que, por un momento, podría desmayarme debido a la felicidad inmensa que me embargaba en esos momentos. 

Finalmente había llegado el día. 30 de abril. Había llegado el día en que daría el sí frente a mi encantador y amado prometido, frente a un montón de nuestros amigos y seres querido. Había llegado el día en que uniría mi vida a la de él de todas las maneras posibles. 

Ya vivíamos juntos, ya habíamos estado juntos íntimamente un montón de veces, Matt sabía todo de mí y yo sabía todo de él. Sabía de memoria cada parte de él, sabía que tenía una pequeña cicatriz en su ceja debido a que se había caído de pequeño. Él había dicho que había tenido suerte en no arruinar todo su rostro, yo, como buena novia, le había dicho que había resultado aún peor de lo que había esperado. Conocía de memoria los ruidos que Matt hacía cuando estaba enojado, cuando estábamos juntos, los suspiros que lanzaba cuando los chicos lo sacaban de quicio. Conocía a la perfección su risa, su tono de voz grave cuando recién despertaba o cuando apenas le salía la voz cuando no podía dejar de reír. 

Conocía los gemidos ahogados cuando tenía pesadillas, cuando se despertaba todo sudado debido a los recuerdos que tenía en relación a Rebecca y habíamos ido paso a paso para superar eso, incluso con ayuda de un psicólogo. Habían sido tiempos oscuros y difíciles, pero ambos habíamos salido adelante. 

Sabía que no habría ningún otro hombre para mí y estaba bien con eso, porque sabía que Matt era el indicado para mí, sabía que nunca amaría a otro hombre como lo amaba a él. Y sabía que él sentía exactamente lo mismo por mí.

Le sonreí a las cinco mujeres que estaban allí conmigo. Tía Maggie, Kayla, Faith, Maddie y Abby. Las cuatro últimas siendo mis damas de honor, vistiendo hermosos y largos vestidos de color rosa oscuro. 

Mis ojos se llenaron de lágrimas cuando vi mi reflejo en el espejo de cuerpo completo de aquella habitación. Era un vestido precioso que me habían ayudado a escoger cuando había tenido tantas dudas sobre qué quería. Había decidido usar un vestido clásico con escote en forma de corazón con lazos de encaje justo por debajo de mis hombros. El vestido era ajustado hasta mi cintura, donde todo era encaje con diseños florales, incluso a medida que el vestido iba ensanchándose había algunas flores de encaje para crear una especie de cascada que se desvanecía. La tela no era blanca completamente, sino que tenía un subtono rosa que hacía que el encaje blanco resaltase. Era clásico, pero increíblemente romántico. 

—Ni se te ocurra llorar, Grace. – Espetó Kayla con cariño, poniendo sus manos en su cintura de un modo que me hizo reír. 

—Perdón, enana. – Le sonreí y ella tomó mi rostro entre sus manos cuando se puso por delante de mí. Su rostro era una versión femenina y delicada de Matt, sus ojos azules brillaban por la emoción. Su cabello negro iba arreglado con un montón de delicados bucles y pequeñas flores blancas lo adornaban. 

—Estás hermosa. Y Matt se va a volver totalmente loco cuando te vea caminar por ese pasillo, Gracie. 

—Creo que yo podría estar volviéndome loca justo ahora. – Las presentes rieron, pero Kayla mantuvo su mirada en mí.

—Eres mi familia, Grace. No podría ser más feliz por haberte conocido, por haber ayudado a mi familia cuando más lo necesitó. Agradezco al cielo por el momento en que ustedes dos se conocieron y cambiaron la vida de todos nosotros. Nos salvaste de la bruja y jamás podré dejar de agradecerlo.