EPÍLOGO: Grace

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Había pasado un mes exacto desde el juicio de Rebecca, faltando una semana exacta para el término de clases en Brown, mientras que los demás hermanos Ainsworth ya estaban de vacaciones de verano. Pequeños afortunados. 


Hacía una semana me habían quitado los pocos puntos que tenía en la cabeza, siendo totalmente dada de alta por el doctor. 


Habíamos logrado dejar atrás el incidente que la ex novia de Matt nos había hecho vivir, dejando a Rebecca y Louisa en el pasado. Habíamos decidido hacer uso del dicho borrón y cuenta nueva y seguir adelante. Estábamos todos decididos a vivir como correspondía. A no dejar que las hermanas fueran fantasmas en nuestras vidas, en nuestro día a día; así que habíamos seguido adelante, estábamos todos sanando poco a poco, unos más lentos que otros, pero haciéndolo, al fin y al cabo. Matt era quién más estaba teniendo problemas con ello, por las noches tenía pesadillas que lo despertaban sudando y agitado, impidiéndole volver a conciliar el sueño. Lo veía durante el día mirar a sus hermanos menores con tanto anhelo y culpabilidad en sus ojos que sus hermanos solo lo habían abrazado y calmado diciendo que nada de ello había sido su culpa. Él se sentía tan culpable de haber traído a Rebecca a sus vidas, sin saber que estaba metiendo al lobo en su casa, sin darse cuenta que la mujer a su lado había sido una bruja, pero día a día iba lidiando con ello, aceptando que no podía hacer nada ahora excepto aceptar el amor incondicional que sus hermanos le estaban brindando, la segunda oportunidad de volver a ser una familia. La familia que habían sido antes que todo explotara en sus caras. 


Kayla había sido quien más fácil de deshizo del fantasma de las hermanas. Creo que nunca había visto a Kayla actuar de manera tan extrovertida como lo hacía ahora. Incluso la pequeña Diana corría y se reía por la casa nueva que tenían los Ainsworth en el distrito de Beacon Hill. Era una casa preciosa de tres pisos, muchísimo más amplia que la de South End, aunque parecía más una enorme mansión que una casa y quedaba más lejos de mi departamento en Fenway. La casa tenía el mismo estilo de ladrillo rojo que la anterior e incluso la división que existía entre casas no existía, lo que significaba que, en vez de ser dos casas individuales, era una conjunta. Matt había dicho que necesitaban el espacio si querían tener un pequeño gimnasio y una sala de cine. No entendía por qué ellos querrían una sala de cine en la casa, pero no lo comenté. No era mi dinero el que estaba pagando esa mansión, digo... casa. Pero podía ver lo felices que eran ya, habiéndose cambiado a este lugar hacía solo una semana. Podía ver lo bien que les había hecho el cambio, ya no miraban las paredes de la casa y pensaban en Rebecca. No entraban a alguna habitación teniendo miedo que Rebecca apareciera allí para seguir chantajeándolos, para seguir amenazándolos. Era una nueva casa, una nueva vida.


Una mejor, de todos modos.



*


—Corre, Grace. El juego empieza en cinco minutos. – Me gritó Kayla dos pasos por delante de mí. Matt apretó mi mano, tirando con fuerza de ella, obligándome a ir más rápido, dándome una sonrisa de oreja a oreja. Nunca me cansaría de apreciar lo hermoso que era. 

 
Ashton tenía el último juego de hockey en Brown siendo el capitán, el que decidía si ellos eran los campeones de la copa del torneo de la división universitaria de hockey sobre hielo o salían en segundo lugar, detrás de los chicos de Toronto. 


Debido a que Ashton estaba saliendo de la universidad y graduándose en una semana, él tendría que dejar el cargo de capitán del equipo y delegarlo a uno de sus compañeros de equipo. 



Estábamos corriendo por los pasillos del estadio de Brown donde estaba la pista de hielo y llegamos justo a tiempo de ver cómo todos se quitaban sus gorros y cascos para poder rendir honor a la bandera. Nos sentamos en la primera fila, justo detrás de donde se colocaban los dos equipos para lanzarse al hielo, gracias a los pases que Ashton nos había entregado. Me sentía como una estrella al tener tantas facilidades, no podía no disfrutar de algo como eso. 

Enseñándole lo que es el Amor (Amor en Boston #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora