Capítulo 4: Matt

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Rebecca apareció en el umbral de la puerta de mi oficina, vistiendo un simple vestido rosa hasta los tobillos. La hacía ver esbelta y más alta de lo que era en realidad.
Mis ojos se quedaron en ella. Jesús, ella era hermosa. 



― ¿Quién es la chica que está con los niños y por qué no fui informada de esto? – Fruncí el ceño, la admiración quedando olvidada rápidamente. Miré a Ashton, quien estaba sentado con una pierna sobre la otra en el pequeño sofá, oculto por la puerta abierta. Vi el momento exacto en que su expresión se tornó sombría. Joder. Eso solo significaba problemas. 


―Me parece que a alguien aún no le queda claro el rol que tiene en esta casa. Eres la prometida de Matt, no la madre de nuestros hermanos, Rebecca. Espero que no olvides eso. Jamás. – El tono severo de mi hermano me molestó y al mismo tiempo me llenó de satisfacción. ¿Qué estaba mal conmigo? Probablemente estaba sufriendo de algún tipo de trastorno bipolar del cual no era consiente. Era lo más seguro. 


―Oh, Ashton. Estabas aquí. – Las mejillas de mi prometida se pusieron del rosa más oscuro existente, su cuerpo se puso ligeramente tenso. 


—Es mi casa, ¿dónde más iba a estar? 


—Ashton. – Advertí a tiempo que vi sus ojos azules brillar con malicia. – ¿No crees que deberías ir a hacerle compañía a Grace? 


Mi hermano menor me dedicó una larga mirada llena de significado, pero no dijo nada, solo movió su cabeza a modo de asentimiento y se fue de allí, dejándome a solas con mi novia. 


— ¿Quién es Grace? 


—Es la maestra de los gemelos. – Respondí con simpleza. 


— ¿Cuándo ibas a decirme que una adolescente vendría a enseñar a los chicos? – Apreté los dientes. Respiré profundo antes de responderle. Jesús, necesitaba seriamente una clase para aprender paciencia. Entre Rebecca y mis hermanos, estaba perdiendo la paciencia a pasos agigantados. 


— ¿Qué está sucediendo, Rebecca? La chica está en Brown, a punto de acabar su carrera de educación. ¿Tienes algún problema con ello? ¿De que sea una estudiante? ¿Es eso? La chica está terminando una carrera importantísima en el desarrollo de nuestro futuro. 


— ¿Siquiera la conoces, Matthew? – La reticencia y condescendencia en su tono comenzaba a molestarme.


—Es amiga de Ashton, con eso es suficiente. – Dije a la defensiva.


— ¡Ah! Amiga de Ashton... ¡claro! Porque las amistades de tu hermano dejan mucho que desear. – Enojo burbujeaba a través de mi torrente sanguíneo. Miré los ojos marrones de mi novia, ella lucía molesta, y verla así lograba que más me enojara. 


— ¿Estás escuchándote? 


— ¿Estás tú escuchándome? – Rebatió ella, cruzándose de brazos, una de sus cejas alzándose. 


— ¡Claro que lo hago! Por eso te pregunto, joder. – Una pausa para calmar mí ya caliente temperamento. – ¿Qué es lo que quieres? ¿Enseñarles tú? ¿Buscar tú una maestra para ellos? Rebecca, ellos son mis hermanos, mi preocupación. 


—Cariño, cuando nos casemos, serán mi preocupación también.


Apreté la mandíbula para mantener la boca cerrada y no decir nada de lo que luego podría arrepentirme. Había nacido con una lengua rápida, por lo que debía refrenarme siempre antes de hablar. Pensar antes de hablar, Matt. Recuérdalo. 


—De momento, son mi preocupación, Rebecca. – Ella se cruzó de brazos, sus ojos entrecerrados. Asintió con la cabeza antes de darse media vuelta y largarse de la oficina.

Enseñándole lo que es el Amor (Amor en Boston #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora