1: 𝐶𝑎𝑚𝑏𝑖𝑜.

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Anne se encontraba en su apartamento refunfuñando tirando todo a su paso. La presencia de aquel idiota la había hecho enloquecer. Quien era aquel desgraciado que osaba tocarla sin permiso?

No sabía nada, solo que aún que le costaba reconocerlo, el chico era muy atractivo. Pero además de eso nada más, solo que se hizo pasar por un tal Marc. Una llamada despertó a la pelirroja del trance viendo el número de su jefe en la pantalla.

<<Mierda, la has cagado hasta el fondo, Anne.>>
<<Tu calla, si ese imbecil no me hubiese tocado no hubiese pasado nada.>>

Exasperada, ella cogió el teléfono atendiendo bien a lo que decía el jefe pero impacientándose al solo escuchar una respiración al otro lado de la línea.

-Anne, no tienes algo que decirme?-Dijo Marcus con un tono monocorde.

-Que te echo de menos?-Soltó ella haciendo que su conciencia empezara a fomar varios escenarios de un suicidio en el que Anne fuera la protagonista.

-Anne, las bromitas para otro momento. Mañana te quiero a primera hora en mi oficina.-Y colgó.

Si estaba frustrada, ahora estaba por perder el oremus. Miraba la habitación intentando buscar algo que la pudiera ayudar a salir de ese apuro.

<<Mira, allí hay una ventana, es muy bonita, por que no te tiras por ella?>>
<<Ahora, no, como te llames.>>
<<Carrots. Me llamo Carrots. Me ofende que no sepas el nombre de tu propia conciencia. Inculta!>>
<<Necesito un psiquiatra.>>

Anne se fue a su cuarto mientras se quitaba los tirantes del vestido y lo tiraba por el pasillo quedando en ropa interior. Sin molestarse en buscar el pijama o desmaquillarse se tiró al lecho de la cama boca abajo.

Sin importarle nada cerró los ojos para sumirse en un sueño profundo del que se apoderaban distintos momentos en los que se jefe la llevaba a tomar vientos.

Después de unas horas de sueño el despertador sonó marcando las 7 de la mañana. Anne levantó la mirando encontrándose con toda la luz solar pegándole en la cara haciendo que ella se estremeciera en la cama.

Después de mirar durante 10 minutos una zapatilla que se encontraba en el suelo Anne decidió levantarse para ir a la cocina a por su desayuno. Con pasos lentos entró y se hizo un café con leche.

Tras un rato desayunando dejó la vajilla en el fregadero y se dirigió a la ducha. Entró y rápidamente se despojó de su ropa interior dejándola en el bidé de al lado de la bañera. Con lentitud se colocó bajo la regadera y activó la manilla del agua caliente.

Una sensación placentera la embriagó haciendo que cerrara los ojos mientras se esparcía el shampoo por el cabello dándose un leve masaje en la cabeza para despejarse. Cuando terminó de ducharse se envolvió en una toalla lila y se dirigió a su habitación donde tenía un mensaje de su abuela Marilla.

Marilla❤️_07:34
Hola, Anne. El sábado después de este vamos a hacer una comida con la gente de Avonlea, además te quiero presentar a alguien, y a su hijo, creo que es de tu edad, te vendrá bien a volver a ver a tus amigos también. Espero que vengas.

Yo_07:35
Contad conmigo, llegaré a las 7.

Tras responde el mensaje, Anne se vistió cogiendo una blusa blanca y una falda de vuelo negra de cuadros. Después colocó su bolso en el hombro y metió sus cosas en él.

Cogió las llaves del coche en la entrada y salió del apartamento para irse al aparcamiento. Llegando a la planta de abajo saludó a algunos vecinos. Después de llegar, meterse en el coche y arrancar se dirigió al edificio de D.I.A.

𝐋𝐄𝐓𝐇𝐀𝐋 𝐋𝐎𝐕𝐄 | awaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora