Una semana aburrida, eso es lo que fue su primera semana de clases.
—Así que aburrida.
—Los profesores solo repiten que debemos estudiar para el examen de la universidad —arrugó la frente—. Como si no lo supiera.
Suzuka encontró divertida su queja y sonrió.
Esa salida fue planificada un día antes de su regreso a clases, debido a que Yui ya no podría ir tan seguido a visitar a Su, además la misma chica decía que estar en su trabajo no tenía nada de interesante.
Caminar por el puente no es algo que Yui habría considerado para otra "no cita" con su amiga, quizás un café como la anterior vez hubiera sido su elección, pero la seguridad de su ángel al proponer el sitio terminó por convencerla.
El sol bañaba de rojo, naranja y amarillo las nubes en el cielo y el río debajo de ellas, como si estuvieran prendidos en fuego. Suzuka tenía razón, era hermoso.
—Lo siento, parece que solo me estoy quejando —bajó la cabeza.
—Descuida, entiendo —Suzuka regresó su vista al frente para continuar admirando el paisaje de fuego—. Es una tortura cuando... —detuvo sus palabras arrepintiéndose de lo que iba a decir— ¡Mira allá! —señaló el cielo, donde pasaba una bandada de patos en una perfecta formación en "v".
Yui apenas levantó la mirada unos segundos para divisar las aves. De manera inconsciente, su concentración fue a parar directo en Suzuka, que admiraba el vuelo de los patos como si fuese una niña pequeña. Y ahí estaba de nuevo, contemplando solo a su ángel, olvidando todo a su alrededor sin que lo pudiera evitar. Relamió sus labios y sintió el sabor dulzón de su brillo labial.
—¿Hoy planeas besar a alguien? —había preguntado Hana después de terminar una indiscreta inspección de su rostro a la salida de la escuela.
—¡Qué! —Yui cubrió su boca de inmediato—. N-n-no.
—Puedes besar a quien quieras, pero sabes, nosotras nos divertiremos más —Hana pasó sus brazos por los hombros de Moa y Yunano— ¿No es así?
Moa torció la boca.
No quería recordar eso, no en ese momento.
No pretendía besar a nadie, menos a su ángel.
—Te imaginas ser una ave —Suzuka quitó su vista del cielo.
Inmediatamente, Yui miró a otro punto para evitar que la chica notase que olvidó las aves por no quitar su vista de ella.
—¿T-te refieres a poder volar? —sopló para reducir el rubor que se hizo presente en sus mejillas— ¿Cómo una mujer pájaro? —paseó sus ojos por las estructuras del puente para evitar encontrarse con su ángel.
—¿Mujer pájaro? —la chica rió—. Eso sí sería interesante.
Aunque lo dicho fue algo tonto que cruzó por su cabeza en razón a los nervios del momento, valía si podía escuchar la risa de su ángel.
—Si fuera así, podría volar por todos los lugares —continuó su acompañante—, conocer con mis propios ojos los límites más allá de esta ciudad —Suzuka trazó líneas imaginarias con su mano sobre el horizonte, por donde el sol se iba dejando sus últimos rayos de despedida—. Incluso si fuera un fenómeno como una mujer pájaro, valdría la pena ¿No lo crees?
—¿Regresarías para contarme tus aventuras? —mordió su labio inferior.
—Mejor que eso —Suzuka sujetó su mano y una sensación electrizante recorrió su brazo— ¡Te llevaría sobre mi espalda para que lo vieras por ti misma! —la jaló para comenzar a correr— ¡Llegaríamos a conocer todo el mundo!
Yui le siguió el paso, principalmente porque estaba siendo arrastrada. Miró a las personas que dejaron atrás, ellos parecían extrañados por la escena de dos muchachas corriendo por el puente, una de ella riendo y la otra cuidando no tropezar.
En una situación común había estado muerta de vergüenza, pero estando con su ángel poco le importó tener la atención de desconocidos.
—Llegaríamos a la playa y a la montaña —Suzuka giró la cabeza breves segundos para verla.
La fricción del aire con su rostro le hizo imaginar la narración de su ángel como real: ellas dos sobrevolando por las nubes, sintiendo el viento en su cara.
Si pudiera volar...
—Los bosques tropicales serían nuestro lugar de descanso —los sonidos de los autos, del tren o de otras personas hablando fueron ocultados por la risa de Suzuka—. Conoceríamos pantanos, desiertos, la inmensidad del mar ¡Seríamos libres!
—Sin profesores, sin padres —chilló contagiada del ánimo de su ángel— Sin exámenes ¡Seríamos libres!
Llegaron al final del puente al mismo tiempo que el sol abandonaba la ciudad, cuando era momento de que las coloridas luces artificiales del lugar tuvieran su momento de destacar.
Yui se apoyó sobre una columna de concreto para recuperar el aliento, sus pulmones ardían, tanto que incluso podía llegar a confundirse con la felicidad que acumulaba su pecho.
—Y cuando... —Suzuka se apoyó sobre sus rodillas—. Cuando... —ella trató de regular su respiración—. Cuando oscurezca...
—¿Contaríamos las estrellas? —jadeó.
Suzuka asintió con una sonrisa.
—Cada noche, sin falta.
Si su ángel pudiera volar para irse a recorrer el mundo, Yui sabía que nunca podría irse con ella.
—Boo —como de costumbre fue recibida por su hermano.
Yui negó con una sonrisa mientras se quitaba los zapatos.
—¿A dónde fuiste? —Koji se acercó extrañado por no obtener su recurrente queja— ¿Y por qué tienes esa sonrisa de nuevo?
—¿Cuál sonrisa? —Yui acarició a su hermano y se alejó por el pasillo dejándolo atrás.
—¡¿Acaso saliste con tu n-o-v-i-o?! —él gritó lo suficientemente alto para ser escuchado por todo el vecindario.
Algo se cayó en el estudio de su padre y le siguió una maldición.
—¡Tú! —giró para ver cara a cara a su hermano—. Le diré a mamá que usaste mi teléfono para intentar ligar con Hana.
Era tiempo de usar su carta bajo la manga.
—¿C-cómo...? —el menor enrojeció hasta las orejas—. M-mamá no va a creerte.
—Tengo las pruebas —Yui sacó el celular de su bolsillo con una sonrisa triunfante—. Las que no borraste.
En realidad, no tenía nada más que la palabra de Hana acompañada de su risa, pero el menor no sabía eso.
—Bien, bien —Koji miró hacia la cocina—. Tu ganas —levantó las manos en señal de derrota y se alejó a su habitación—. Tu ganas.
Yui se le quedó viendo con una sonrisa.
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Escucho hablar de nosotras
FanfictionMizuno Yui desconoce lo que significa estar verdaderamente enamorada. Kikuchi Moa comprende aquel sentimiento tanto como el dolor que causa un amor no correspondido. Y Nakamoto Suzuka... ¿Qué se puede decir de ella? Su vida es un misterio, aunque e...