EL LABERINTO

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El ninja que quería ser un héroe.

El laberinto.

Kushina Uzumaki, una de las mujeres más poderosas del continente ninja. De alguna manera había parado en un mundo completamente distinto, luego de su inesperada muerte. Una Diosa, llamada Eris, le ofreció un trato... un alma, por un deseo. Ella no era tonta, y aceptó aquel trato... al comienzo, Kushina lloraba cada noche en aquel pueblo, llamado Axel. Ya no estaba cerca de aquellos que amaba, ni cerca de aquel al que amó. Ella estaba sola, solo que con una nueva determinación.

14 años atrás.

— Sun, esto es algo molesto, te he dicho que no tengo ni la más mínima idea de cómo mezclar estas bebidas. No soy una bartender. — Nos encontramos en el gremio de Axel, detrás de una gran barra. Ahí estaba nuestra gran heroína, Kushina. Y, a la par de ella estaba una chica de rubia cabellera y ojos azules. Su gran figura era increíble, aunque sus arrugas en la cara, eran un tanto notables debido a su edad.

— No te preocupes Kushina. Al inicio puede ser un poco difícil, pero poco a poco irás aprendiendo. Además, esto es mejor que salir a luchar en pleno invierno. — Habló Sun, Kushina dio un gran suspiro. Ya ha pasado un mes desde que llegó a este mundo.

— Lo sé...

Kushina miró al frente. Ahí había una gran fiesta, los aventureros celebraban y bebían como si no hubiera un mañana. Las chicas hasta se les unían y bebían sin cuidado.

— Iré a atender algunas mesas. Quédate aquí Kushina. — Sun se alejó de la barra lentamente. Kushina notó la naturalidad y facilidad con la que Sun hablaba con los aventureros. Por algo ella era la mejor.

— Hombre. — Kushina suspiró fuertemente. Ella no era una jodida bartender, ella era Kushina Uzumaki, una de los mejores ninjas del mundo... ahora, siendo reducida a una simple bartender. — Daría lo que fuera por no estar aquí.

Lentamente, un chico joven, de al menos 17 años, se acercó a Kushina. Esta, al notarle, se irguió y puso una sonrisa falsa.

— Hola, me podrías dar un dirty Harry.

La mente de Kushina divagó durante unos segundos.

— Dirty... — Susurró Kushina. Esta agarró una botella azul, de las tantas que había, y echó un poco del contenido, en un vaso. Dejó la bebida azul en su lugar, para luego tomar una botella de color verde, y repetir el mismo procedimiento. El tipo le sonreía, esperando su bebida, mientras Kushina hacía lo que podía. — Toma, — Dijo Kushina dándole la bebida. — Un dirty Larry.

— Muchas gracias señorita. — El tipo tomó su bebida y se alejó.

Kushina suspiró, no tenía ni idea de lo que había echado en aquel contenido. Sun volvió de nuevo hacia Kushina.

— Ya atendiste a tu primer cliente. — Sun le sonrió y Kushina le asintió.

— Algo así...

— Te daré un consejo, cuando los aventureros se pasan de copas, intentarán "cosas" temerarias sobre ti o cualquier otra chica. Si lo hacen, tienes el derecho de responder como quieras.

Kushina sonrió ampliamente, y se imaginó golpeando a un aventurero en las bolas.

— ¡Eso es genial! — Kushina rio y Sun solo agitó su cabeza en negación mientras daba un suspiro. Su nueva amiga, era un tanto temeraria.

— Por lo que más quieras, — Le recalcó Sun a Kushina. — ¡No dejes que te toquen! Algunos son pervertidos. — Kushina rio un poco al notar la sobreprotección con la que Sun le trataba. Kushina golpeó su pecho con fuerza y le dice a su amiga.

El ninja que quería ser un héroeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora