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C A P I T U L O  29
Oliver Jones.

Las personas que antes me saludaban con alegría ahora me miraban con recelo, todos se alejaban de mi poco a poco pero no me importaba si a ellos les molestaba mi felicidad pues que se jodieran porque ella era mi razón de vivir, en tan poco tiempo se volvió una persona indispensable en mi vida.

Cada día pasábamos más tiempo juntos, lo que me gustaba mucho em realidad. Benjamin solía decir que cuando nos casaramos y tuviéramos hijos que el quería ser el  padrino de esos lindos retoños. Ella no decía nada solo se sonrojaba y bajaba la cabeza.

—Oye Sabana ¿Que harás cuando te gradues? Digo, ¿Que estudiaras?

—Me gustaría ser psicóloga, ayudara a las personas como yo que aveces sufren mucho en la vida. Quiero ser yo la persona que los saque de el hoyo profundo en el que se encuentran, hacerles saber que tienen a alguien que los entiende y los ayudara hasta donde sea posible.

Sus intenciones siempre eran las mejores, ella era muy buena aunque aparentara lo contrario incluso creo y aseguro que daría la vida para salvar al prójimo.

—La madre de mis hijos será la mejor psicóloga de este planeta.

Ella soltó una risa tapándose la cara para después hablar —Y tu ¿Que quieres ser?.

—Bueno, creo que el destino se encargará de mi, no se que carrera elegir, tampoco que me deparara la vida, talvez me haga sufrir talvez me lleve a descubrir la felicidad absoluta, no estoy seguro de muchas cosas a excepción de que quiero pasar el resto de mis días a tu lado.

—Jones... Quiero que hoy conozcas a mi padre.

—¿No se molestará que este cortejando a su única hija? ¿Y si es un padre celoso?.

—No lo es, el ni siquiera dirá una palabra al respecto apuesto que estará muy feliz y si no lo parece pues tendrá que aceptar que su hija por fin es feliz al lado de un muchacho llamado Oliver Jones— tomo mi mano —Y espero que esta felicidad me dure toda la vida.

El timbre sonó indicando la salida, tomamos nuestras mochilas y salimos por la puerta trasera.

—Sube— me indico una vez que estábamos frente a su auto.
El auto estaba recién lavado por lo tanto se sentía un leve olor a pino en el interior, el desastre que estaba en los asientos había desaparecido. —Pasaremos por una florería antes.

—¿Porque?.

—No iremos a visitar a mi padre con las manos vacías— exclamo sonriente.

El auto arranco y anduvimos por veinte minutos hasta llegar a la florería más cercana, la fachada era muy aniñada.
Ambos bajamos de el vehículo, la campanita anuncio nuestra llegada en cuanto la atravesamos, la dependiente nos dedicó una sonrisa mientras nos miraba adentrarnos. En cuanto mi nariz percibió el olor de las flores, comencé a estornudar fue ahí que descubrí que era alérgico a las flores.

Examine con detenimiento todo el lugar, habían muchas flores todas de distintas formas, olores y colores.

—¿Cuáles son sus favoritas?— pregunté sorbiendo mi nariz.

—Las petunias pero está vez le llevaré claveles siempre que lo visito le llevo de ese tipo, debo de variar aveces.

—¿Y tú? ¿Cuál es tu flor favorita?.

Detuvo su caminar, puso una mano bajo su mentón y con el dedo índice tocó su cara varias veces.

—Creo que serían las Blue Moons, son rosas azules, aunque no sean naturales me gustan así, tiene un significado especial, representan el amor eterno y la esperanza de lograr un amor difícil o imposible.

Eleven Minutes ©️  [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora