CRUEL INTENTIONS

Capítulo I : inocencia

Era sábado por la mañana, Jeon Jungkook se encontraba en el consultorio de la doctora Kim Hee Sun, una hermosa mujer que a pesar de ser bastante mayor conservaba una radiante belleza sin igual, su rostro apenas estaba marcado por los signos de la edad, además de poseer una estilizada y envidiable figura, recordó que antes de comenzar a ir a terapia con ella, había leído un artículo que habían publicado sobre su gran trayectoria, se sabía que es una excelente psicoterapeuta además de que es una persona muy respetada en ese campo, incluso ha sacado varios libros de auto ayuda que han tenido un gran record en ventas, y mucha gente le agradece por sus tan valiosos consejos que ha plasmado en ellos ya que ha mejorado la vida de muchos adolescentes, cualquiera que la miraba podía decir que aquella mujer no podía tener un solo ápice de imperfección en su vida, se le veía plena, llena de sabiduría y con una gran pasión por su profesión, nada podía ir mal en su vida perfecta, o al menos eso era lo que ella creía.

-Jungkook dime ¿cómo te has sentido?- la doctora Kim hablaba con el pelinegro que estaba recostado en el diván.

-a veces me siento bien, otras no tanto, ha sido muy difícil doctora, ha sido más difícil de lo que imaginaba, no me siento completamente capaz de superar esto, eso sin contar que la gente habla mal de mi, sin conocerme, un niño mimado que no sabe hacer nada más que vivir de los lujos de su padre divorciado no sé qué más decir, solo sé que soy un estúpido- respondió el pelinegro en tono de resignación

-no eres un estúpido- replico la doctora colocándose sus anteojos mientras hacía anotaciones en su cuaderno

-oh sí que lo soy, aun así ya no quiero tenerme lastima solo por ser un pobre niño rico- respondía el joven de manera insistente.

-no es tu culpa Jungkook, sé que estas en una etapa difícil de tu juventud, y a pesar de que lo tienes todo, aun así no te sientes pleno, y a veces al no tener la compañía y comprensión de tus padres, puedes irte por el camino incorrecto, pero sé que tu podrías resurgir y superar sus errores, mírate, estas aquí, y es un gran paso- la terapeuta saco un libro del pequeño buró que estaba a su lado y se lo entrego al peli negro

-toma, es mi libro titulado, "como criar hijos perfectos" ha tenido grandes reconocimientos y sé que será de gran ayuda para ti, es tuyo- se lo entregó mostrando una cálida sonrisa en su rostro, claro estaba que era tan falsa como su senos operados ya que anotó en la cuenta de sus honorarios el costo de éste.

-gracias doctora Kim, que lindo gesto de su parte, nadie se había preocupado tanto por mí-

El joven pelinegro tomo el libro mostrando una amplia sonrisa y mostrando una extraña amabilidad

-tienes que ser benevolente contigo mismo, ya lo pasado, pasado- alegaba la doctora con gran entusiasmo.

-tiene razón, ya no soy el mismo chico, inmaduro con complejo de superioridad que solo piensa en sexo-

-Exacto eso no es todo en la vida- inquirió la mujer.

-lo sé, piense en usted, por ejemplo, es una mujer muy atractiva, tiene lindas piernas, no tiene idea de cómo me gustaría fotografiarlas-

-¿Qué dices?- la doctora se incomodó ante las repentinas palabras del muchacho - suspiró -no me mal entienda, eso lo diría el yo de antes, un tipo osado que no sabe medir sus palabras y que no le importaba los sentimientos de las personas con las que tenía encuentros sexuales, ahora ya estoy curado, y es gracias a usted- el joven pelinegro se levantó y la miró a los ojos mostrando una media sonrisa.

-sí... sí, estoy muy orgullosa de ti- la doctora miro su reloj de pulso comenzando a mostrarse un poco impaciente, en el fondo sabía muy bien que Jungkook solo era un niño rico mimado y sin escrúpulos, sabía que solo perdía su valioso tiempo, sabía muy bien que el fingía, algo traía entre manos, tampoco tenía idea de porque insistía en seguir yendo a terapia pero debía recibirlo ya que podía exprimir a su antojo la tarjeta de crédito de su padre.