Capítulo 11: Una visita inesperada

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Hermione se acercó y antes de poder ver el cuerpo del herido, un charco de sangre empezaba a rozarle el zapato, de inmediato se echó las manos a la boca y noto como se le iban humedeciendo los ojos, Harry no podía ni hablar, ambos, temerosos se acercaron a donde estaban los chicos, Harry tenía miedo de volver a ver la escena que tuvo con Draco, se le parió el alma al verlo, y temía profundamente encontrarse a mi amigo en esa situación. Cuando se aproximaron Hermione se quedó inmóvil, y fría como un tempano de hielo, y de su rostro se empezaron a caer lágrimas, al ver que el herido no era otro, que el chico por el que últimamente había empezado a sentir cosas por él y se podría decir, que se estaba enamorando. Ron estaba allí frente a un Draco tirado en el suelo, con todo el torso lleno de sangre tras las profundas heridas de la maldición que el pelirrojo en pleno ataque de ira le había lanzado, Draco se estremecía de dolor, y respiraba pausadamente, en símbolo de que otra vez estaba a punto de perder la vida, a su alrededor yacía un largo charco de sangre que llegaba hasta los pies de Hermione, que con los ojos llenos de lágrimas fue y apartó bruscamente a Ron, se arrodillo junto al cuerpo del chico y coloco su cabeza en sus piernas, cogiendo su mano.

- Shhh, tranquilo, tranquilo, shhh. - decía con una voz temblorosa a causa de las lágrimas. - Todo saldrá bien...

- Hermione yo...

- ¡Fuera! Id a buscar a la enfermera mientras, le paro la hemorragia. - grito la castaña hacía el pelirrojo y el azabache.

- Pero...-dijo Ron con la cabeza medio agachada, antes de que le interrumpiera Harry.

- Vamos...será mejor que le hagamos caso...-le respondió el azabache con una voz pausada para tranquilizar a su amigo.

Hermione saco su varita y temblando la agito por encima de las profundas heridas que había causado la maldición de Ron, mientras murmuraba un conjuro.

- Vulnera...Sanentur...Vulnera Sanentur. - repetía una y otra vez, en voz baja y temblorosa, casi parecía una canción.

La hemorragia se redujo poco a poco, evitando que Draco se despidiera de la vida, aún con lágrimas en los ojos, cogió un pañuelo y suavemente le limpio la cara de sangre, y repitió de nuevo el contra hechizo, las heridas casi estaban cerradas, y Draco empezaba a abrir los ojos.

- Herms...- dijo el rubio con la voz baja y los ojos entreabiertos.

- Shhh, calla, no digas nada, ahora vendrán a por ti y te llevaremos a la enfermería y la señora Pomfrey terminara de curarte. - el chico levanto poco a poco la mano hasta acariciar la cara de la castaña y le limpio las lágrimas, luego volvió a cerrar los ojos, mientras, Hermione seguía repitiendo el hechizo.

- Vulnera...Sanentur...

- Muy bien señorita Granger. - dijo una voz masculina y vieja, cuando la muchacha se giró vio al director Dumbledor con la profesora McGonagall y la enfermera Pomfrey. - Ahora la señora Pomfrey se encargará de él, y usted puede ir a limpiarse. - dijo el anciano mientras las dos mujeres adultas se acercaban y cogían a Draco. - Por lo que veo sus habilidades mágicas no dejan de crecer, una vez más ha demostrado ser la bruja más dotada a tan corta edad. - dijo orgulloso el viejo con una pequeña risa. - Y por eso, le otorgo... 100 puntos a Gryffindor, por el uso de la fría lógica incluso en un caso de vida o muerte...nunca mejor dicho, ahora, el señorito Malfoy está en buenas manos, vaya a cambiarse los ropajes que ligeramente se han teñido de rojo, y...si no recuerdo mal, tiene una clase de encantamientos en breves momentos, debería ir a prepararse. - el anciano acompaño a Hermione hasta la puerta y ella obedeció sus órdenes.

Hermione se dirigió a su habitación, y al abrir la puerta le dio la bienvenida Crookshanks, el gran felino rojizo que estaba recostado en la cama de la leona, Hermione se deshizo de la ropa manchada y, la camisa blanca que ahora tenía rodales rojos de la sangre del rubio, los pantalones grises, y los zapatos, se fue al baño, y se limpió la sangre de los brazos, seguidamente junto las manos bajo el grifo acumulando la mayor agua posible y se lo hecho en el rostro, aún tenía los ojos un poco rojos de haber llorado, respiró profundamente y se quedó pensativa mirando al espejo, minutos después se vistió con ropa limpia, una falda plisada gris y una camisa blanca, que se puso por dentro de la falda, luego se levantó el cuello de la camisa y se puso alrededor la corbata de colores rojos y amarillos, se la anudo y terminó de arreglarse, posteriormente cogió los libros y su varita, y se fue en dirección a la clase de encantamientos con el profesor Filius Flitwick. El pequeño profesor empezó la clase como siempre dando la bienvenida a sus alumnos, y explico un nuevo encantamiento.

𝑩𝒆𝒇𝒐𝒓𝒆 𝒚𝒐𝒖 𝒈𝒐 /ᴹᵘᵈᵇˡᵒᵒᵈ/Donde viven las historias. Descúbrelo ahora