-Si claro... hasta luego...Draco...- se despidió la joven para marcharse con su amiga.
Las dos chicas se fueron hacia el comedor, dejando al muchacho rubio a sus espaldas. En aquel momento el joven Draco estaba deseando que cierta comadreja pelirroja no hubiera aparecido pues se había quedado con la miel en los labios por segunda vez en el mismo día. Mientras Ginny y Hermione se dirigían al comedor, la pelirroja miraba a su amiga con una sonrisa de oreja a oreja.
- Bien hecho Herms... - le dijo con una sonrisa pícara, mientras apoyaba su mano en el hombro de la castaña.
- Déjame Ginny. – le respondió ella aún con las mejillas rojas, después ambas empezaron a reír.
Una vez llegaron al comedor, las cuatro largas mesas estaban llenas de comida, y casi todos los alumnos ya estaban sentados en ellas, al fondo del gran salón, detrás de la mesa de los profesores, Dumbledore procedía a levantarse para acercarse al atril dorado, esperando la llegada de todos los estudiantes.
- ¡Atención! – alzó la voz el anciano cuando todos ya estaban en sus sitios. – Durante los próximos días, Hogwarts no solo será vuestro hogar, sino también el de unos viejos amigos, que vendrán para acudir al baile de máscaras. – informó el viejo. – Así que, sin más dilación, démosle la bienvenida a los decoradores y ex estudiantes, los hermanos Fred y George Weasley. – al terminar sus palabras todo el comedor se inundó de los aplausos de los estudiantes, y las puertas se abrieron de golpe dejando entrar numerosos cohetes que se dirigieron a lo alto de la estancia, para luego estallar y sumergir la sala en diversos colores brillantes, en la puerta se diferenciaban dos siluetas que iban avanzando en dirección a Dumbledore, cuando el humo de los cohetes se diluyo, todos los presentes vieron a dos jóvenes con un distinguido cabello naranja, altos y delgados, con el rostro un tanto cubierto de pecas, ambos vistiendo trajes negros, Fred con una corbata verde y una camisa naranja, a juego de su cabello, y George con una corbata y camisa en tonos morados, tanto uno, como el otro llevaban dibujada una gran sonrisa en el rostro, contentos de regresar a su viejo colegio. Una vez llegaron al final de la sala, los cohetes habían desaparecido formando una gigantesca uve doble, y Dumbledore les recibió a los dos con una cálida sonrisa y un abrazo.
- Tus hermanos siempre marcando estilo Ginny. – decía entre risas la castaña a su amiga.
Mientras tanto en la mesa de las escurridizas serpientes, algunos de los chicos no celebraban la llegada de dichos pelirrojos.
- Pensaba que nos habíamos librado de los gemelos pobretones cuando se graduaron... - dijo con el ceño fruncido la chica Parkinson.
- Este colegio esta infestado de comadrejas... - respondió riendo Goyle.
- ¿Para qué prestar atención a los pobres y traidores a la sangre? Así se creerán importantes. – les respondió el rubio, mientras jugueteaba con una manzana, todos los de su alrededor le rieron el comentario, sin embargo, el chico, parecía bastante serio.
- Muy bien, muy bien. – siguió hablando el anciano director interrumpiendo las conversaciones de los alumnos. – Ahora démosles una calurosa bienvenida a las encantadoras señoritas de la academia de magia Beauxbatons y su atractiva directora madame Maxime. – seguidamente el hombre empezó a aplaudir, haciendo así que los alumnos le siguieran, de pronto la puerta se abrió dando paso a unas bellas jóvenes vistiendo su uniforme ceñido de seda azul, que atravesaban el pasillo con delicados pasos y movimientos, los cuales, que tenían a todos los jóvenes varones despistados, pues la mayoría de los muchachos perdían la vista entre los movimientos de cadera de las chicas.
- Wow... - suspiro el pelirrojo Ronald, mirándolas. – Nunca me cansare de verlas. - decía ganándose así una mirada fulminante de la que era su novia, es decir, Lavander.
- Dicen que en Beauxbatons, acuden todas las chicas de Francia, y sus alrededores, España, Portugal, Bélgica... – susurraba Theodore, a sus compañeros viendo como las damas avanzaban a través del pasillo.
- Pues vaya...vaya...no está nada mal la sangre del sur...
- Agg, por favor Blaise se te está cayendo la baba. – decía celosa Pansy.
- Estoy teniendo alucinaciones, la famosa Pansy Parkinson no es el centro de las miradas masculinas...- reía el rubio. ¿Qué se siente Parkinson? – la chica no dijo nada al comentario del rubio, porque sabía que no sería buena idea. –Venga no te pongas así Pansy... - decía el chico de ojos grises. – Ten en cuenta que las muchachas son sangre nueva, ¿me entiendes? – le decía con su mano en el hombro de la joven. – A ti...bueno...ya te a catado casi todo Hogwarts, y a los chicos ahora se les alegra la vista al ver nuevas presas. – le dijo, con su mueca característica, a lo que la joven le respondió con una mirada de desprecio, que poco a poco fue pasando a una de tristeza.
- Venga Pansy...no me hagas pucheritos. – le dijo Blaise intentando imitar la cara de un bebe. – Luego si quieres te doy mimitos... - le decía el muchacho con cara de querer más que cariñosos roces.
- No les hagas caso. – decía Greengrass, apoyando a su amiga. – Son chicos, ven a una chica con una falda corta, y ya no les funcionan bien las neuronas.
- Continuemos...- interrumpía Dumbledore. – Démosle la bienvenida a nuestros amigos del norte, el instituto Durmstrang, con su director Igor Karkarov.
Las puertas se abrieron dando paso a jóvenes estudiantes del norte, todos lucían un cabello corto, y vestían con una indumentaria en tonos tierra, los muchachos avanzaban reflejando fuerza en sus firmes pasos, mientras sujetaban altos bastones, con cabezas de dragón plateadas en la punta. Al llegar al final del pasillo el director Karkarov saludó con un abrazo a su amigo Dumbledore finalizando así su entrada.
- Y no olvidar a dos de loscampeones del torneo de los tres magos, Fleur Delacour y Viktor Krum. – dicho,esto de inmediato se puso a sonar la melodía del torneo, dando paso a los jóvenes,primero entró la chica, una muchacha alta y esbelta, con largo cabello rubio queparecía emanar un tenue resplandor plateado, la belleza de Fleur después de losaños había aumentado, dejando fascinados a todos los presentes, detrás de ella,el campeón de Durmstrang, un chico delgado, moreno y de piel cetrina, con unanariz grande y curva, de cejas negras y muy pobladas avanzaba con pasos firmesmirando al frente, el muchacho parecía una ave de presa con su profunda mirada,a mitad camino con una media sonrisa, miro de reojo con sus ojos oscuros aHermione que observaba la entrada de la pareja de campeones, este acto hizo aDraco ponerse alerta , y después durante unos minutos se quedó mirando a lacastaña, deseando que esta le mirara.
- Herms... - susurró la pelirroja. – Tienes a dos dioses olímpicos mirándote. – le decía esta con una sonrisa picarona.
- ¿Te refieres a Krum?
- Y cierto rubio también... - rio la pelirroja, Hermione se giró despacio para comprobar lo que decía su amiga, y en ese momento vio como el muchacho de ojos grises alzaba la mirada para cruzarla con la de ella.
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¡Hola querid@s!💚
Siento que este cap. sea más corto, pero espero que les guste.
Como siempre os digo, estoy abierta a opiniones y sugerencias, así que ya sabéis, si queréis decirme alguna cosa os leo.🙈😍
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𝑩𝒆𝒇𝒐𝒓𝒆 𝒚𝒐𝒖 𝒈𝒐 /ᴹᵘᵈᵇˡᵒᵒᵈ/
RomansaEl amor prohibido es la tentación más deseada y la dulzura más peligrosa, el castigo que se vuelve perdición, abriendonos paso al deseo y la pasión... ¿Porque los romances prohibidos siempre son los más cortos? O...puede que no... La diferencia de e...