Capítulo 10: Regreso

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Naruto se volvió a sentar en su lugar, enfrente de Sasuke, y el azabache tomó la palabra.

-¿Terminaste tu paseo, galán?- le preguntó Sasuke.

-Ya deja eso...- dijo el rubio, que comenzó a tomar un poco de su refresco.

-Te recuerdo que en nuestra casa solo hay 2 habitaciones. Dejaré que duerman juntos, pero pongan sellos de silencio...- dijo el azabache, haciendo que el ojiazul casi se atragante con su refresco.

-¡Te dije que dejes eso!- le dijo el rubio, haciendo sonreír a Sasuke.

-Sigues siendo igual de idiota que el primer día que te conocí...- dijo el azabache, mirando a la gente bailar.

-Y dime, ¿Acaso no conseguiste ninguna chica por ahí...?- le preguntó el rubio.

-No quiero tener pareja por el momento. El día que encuentre a la mujer de mi vida, te lo haré saber...- dijo el ojinegro.

-A mí se me hace que eres marica...- dijo entre risas el rubio, que recibió un golpe en la cara por la lata que le lanzó el azabache.

Ambos siguieron hablando tranquilamente, mientras que el festival siguió pasando.

Llegada una hora determinada, Naruto buscó a Erza, y la llamó para que se acerque a ellos. Naruto tenía puesta su camisa azul con detalles amarillos, pantalones color crema y botas negras; y Sasuke vestía su atuendo completamente negro, vendas en los tobillos, y su capa negra hasta la mitad de los muslos y abierta en la parte frontal.

-¿Tienes que recoger algo?- le preguntó el rubio.

-No, guardé todo en un sello de almacenamiento...- dijo la pelirroja.

-Nos vamos a casa...- le dijo Sasuke.

-¿Pero no sería mejor quedarnos a dormir? Tardaríamos varias horas caminando...- dijo la pelirroja.

-Es que no vamos a ir caminando...- dijo el rubio, mientras se despedía de todos los aldeanos.

Erza tomó la mano del rubio, mientras Sasuke apoyaba su mano en el hombro de su amigo.
Los 3 desaparecieron en un destello blanco, y reaparecieron en la casa de los chicos.

-¡¿Que acaba de pasar?!- preguntó la pelirroja.

-Es un jutsu espacio-tiempo, se llama Hiraishin. Vamos a dormir, mañana acomodamos tus cosas...- le dijo Naruto a la pelirroja.

Sasuke se fue a su cuarto, mientras que Naruto y Erza se acostaron en el del rubio. El ojiazul puso un sello de silencio, por las dudas, y comenzó a desvestirse. Erza simplemente se reequipó con su pijama, y se recostó en la cama del rubio.
Naruto se recostó a su lado, y la pelirroja lo abrazó.

-Gracias por llegar a mi vida...- le dijo Erza, abrazandolo con intensidad.

-Erza, debo contarte algo...- dijo el rubio.

-¿Qué ocurre?- le preguntó la pelirroja.

-Mi nombre no es Sting, y Sasuke no se llama Rogue. Esos son nombres falsos que nos pusimos cuando comenzamos a trabajar de mercenarios. Yo me llamo Naruto Uzumaki, y él se llama Sasuke Uchiha.- dijo el ojiazul.

-Entiendo. No te preocupes, me parecía raro que no uses el apellido de tu clan...- dijo entre risas la pelirroja.

-¿No estás enojada?- le preguntó el Uzumaki.

-Es completamente normal que no me hayas dado tu nombre ni el de tu compañero...- dijo amablemente la ojimarrón, besándolo en la mejilla y recostandose en su pecho.

Naruto simplemente sonrió, le dio un pequeño beso en la frente, y ambos se durmieron.

Pasaron rápidamente los 6 meses restantes. Erza y Naruto se volvieron novios, noticia que le comunicaron a Sasuke. El azabache estaba feliz por su mejor amigo, y también por su nueva compañera. Erza se integró al equipo, y Naruto le dio un breve entrenamiento de Fuinjutsu y Jutsu médico. Ni Sasuke ni Naruto habían podido dominar el arte de curación, ya que ellos tenían demasiado chakra y no lo podían dominar por completo. Erza tenía menos reserva de Chakra que ellos, así que no le tomó mucho tiempo aprender Jutsus médicos para apoyar a los chicos.

Llegó el gran día, en el que los chicos regresarían a Konoha con una nueva compañera.
Los 3 fueron caminando, a paso lento, hasta la aldea. Naruto y Sasuke vestían igual que siempre; por el lado de Erza, ella había modificado un poco su armadura. La parte superior de la armadura le recorría desde la cintura hasta la mitad del pecho, cosa que remarcaba y dejaba ver gran parte de su escote. Por debajo de la armadura vestía unos atuendos negros pegados al cuerpo (dejando al aire libre su escote). Tenía hombreras de metal, conectadas en la parte del cuello, y también tenía unos protectores de brazos que le recorrían desde el codo y terminaban en guantes metálicos. Sus prendas inferiores consistían en una continuación de los atuendos negros de la parte superior, hasta la mitad de los muslos; y su falda azul más oscura, y con 2 cortes para poder mover libremente sus piernas. Tenía botas metálicas que le cubrían hasta las rodillas, y por debajo, atuendos negros a modo de medias, de la misma tela que los que usa en la parte superior. Tenía una capa negra conectada a las hombreras, en cuyo borde inferior había una franja amarilla.

Los 3 llegaron a Konoha, y según sus informantes, quedaban 2 horas antes del inicio de la última prueba. Al entrar en la aldea, explicaron el motivo de su visita, y fueron derivados a la Torre Hokage. Al ingresar, Hiruzen quedó boquiabierto.

-¡Naruto! ¡Sasuke!- dijo sorprendido Hiruzen.

-Hemos regresado para convertirnos en ninjas de Konoha. Necesitamos un permiso para dar el examen...- le dijo el ojiazul.

-Entiendo, ya se los preparo... Supongo que la muchacha es Titania, la chica que fue líder de la Resistencia del País de las Olas y los liberó del tirano aquel...- dijo el Sarutobi.

-Me llamo Erza Scarlet, soy compañera de estos dos idiotas...- dijo con una sonrisa la pelirroja, golpeando las espaldas de los dos chicos.

-He oído que ustedes tres han causado algunas revueltas por el mundo...- dijo entre risas el viejo, mientras firmaba un certificado para que los 3 puedan dar el examen, justificando que estaban en un viaje de entrenamiento y que estaban más que capacitados.

-¿Nos reconociste?- le preguntó Sasuke.

-Principalmete a Naruto... es el único idiota que sonreiría en una fotografía para el Libro de Recompensas...- dijo entre risas el Sandaime, molestando un poco al rubio, y entregándoles el permiso.

-¿Todavía tienes las llaves de mi departamento?- le preguntó el rubio.

-Y lo he mantenido hasta tu regreso...- dijo el Sarutobi, lanzándole unas llaves.

Naruto las recogió en el aire, y los 3 se marcharon de la oficina. Sasuke se marchó para la residencia Uchiha, y Naruto condujo a Erza a su viejo departamento. Al llegar, Naruto dejó sus cosas de valor, y las protegió con varios sellos.
Erza se reequipó, y se puso una musculosa gris, una falda azul y unas botas negras.

-¿Cómo me veo?- le preguntó Erza a Naruto.

-Preciosa, como siempre.- le dijo el ojiazul, dándole un pequeño beso y tomándola de la mano, para llevarla a recorrer la aldea.

Los Dragones Gemelos de KonohaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora