Engañando al corazón;Sekaiichi Hatsukoi (Yaoi) #SA2017

18. Karma is a bxtch.

18. Karma is a bxtch.

La mañana había llegado más rápido de lo esperado. No puedo creer que hoy sea el día, es decir, ¿Alguna vez imaginé que me encontraría en esta situación? Mantenía los ojos cerrados, siendo consciente que dentro de unos minutos la alarma debería sonar. Ni siquiera he comenzado mi día y ya me siento nervioso. Sentí ese cuerpo removerse junto a mi, deslizando su mano por mi cintura, abrazándome al darse vuelta. Desperté, girando con cuidado de no despertarlo, alzando un poco su delgado brazo. Verlo dormir tan tranquilo me llena de paz, pensar que podríamos estar de esta manera ¿No es algo gracioso? besé sus labios sin poder evitarlo, viendo cómo abría sus ojos algo adormilado al término de este.  —Buenos días Ritsu— Susurré.

—Buenos días—balbuceó al tallar sus ojos, recibiendo otro pequeño beso sin chistar, tratando de despertar. Acaricié sus cabellos, acomodándolos un poco mientras seguíamos acostados.

Se que deberíamos darnos prisa en un día tan importante pero solo me gustaría estar así un momento más. Después de todo, estos serán nuestros últimos momentos como prometidos. Siendo hoy nuestra boda.

El timbre comenzó a sonar, y con ello la alarma del celular. Supongo que es momento. —¿Quién será?—preguntó al sentarse sobre las sábanas al yo hacer lo mismo para quitar la alarma. Demonios, ¿En serio está pasando?

—Debe ser Akihiko, dijo que pasaría temprano por mi—expliqué al ponerme de pie. Sólo me vió caminar de un lado a otro en la habitación, luciendo aún algo adormilado. Tan lindo.

—¿Nos veremos allá?—Preguntó.

—Claro, no se te ocurra plantarme—Sonrío tras mi broma, me incliné hacía él, besándolo por unos segundos como despedida. Atacarlo de esta manera cuando aún está algo dormido, sin duda será la mejor manera de iniciar mis mañanas de ahora en adelante.

—No llegues tarde—

Salí de la habitación, escuchando el crujir del colchón. Seguramente volviendo a acostarse. Tomé mi chaqueta, colocándome mis zapatos para así abrir la puerta y ver a mi mejor amigo con esa sonrisa plasmada en su rostro. Casi puedo escuchar sus burlas por al fin llegar a este día, un momento que ninguno pensó que experimentaría. —¿Listo para huir?—reí por ese mal chiste. Decir que él estaba tan feliz por mi, así como lo estaba yo era ideal. Nuestra amistad había empezado de lo más extraño pero sabía con seguridad que siempre estaríamos para el otro.