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Lisa había dado vueltas quinientas veces en su habitación.

No quería las manos de Jennie sobre su cuerpo. Solo quería las de Roseanne.... pero su cabeza hacía un excelente trabajo recordándole el maldito video que su esposa tenía en su Mac.

Jennie se había ido temprano, después de haber amenazado a su esposa. Ahora solo quedaba una hora para que llegara y la tailandesa no había hecho más que caminar en su habitación..... la individual, claro. La que tomó para ella.

¿Por qué le hacía aquello? ¡Justo ahora que quería tomarlo después de años de haberla cambiado por zorras!

-Oh por Dios.....- susurró bajo al momento de haber pensado aquello.

Miró el reloj y faltaban exactamente cuarenta minutos para las once de la noche.... ¿Acaso valía la pena? ¡Acaso valía la pena desnudarse y dejarla entrar en su cuerpo? ¡El gemir su nombre era un maldito insul....!

Lisa chasqueó los dedos cuando sus ojos miel fueron atrapados por su móvil.

La castaña quería una mujer marioneta ¿no? Una que solo la recibiera pero que no fuera un problema con los sentimientos, uno que solo fuera su muñeco pero que siempre lo alabara, así que, ¿Que sería lo pero para una mujer así?

Lisa rió y caminó hasta su closet para tomar un pantalón de cuero y una camisa con la espalda transparente (Rosé había halagado su espalda la penúltima vez). Se dirigió a la ducha y se quitó todo.

Se bañó, se colocó aceite después de secarse, se arregló lo suficientemente decente y sexy para los ojos de la surcoreana recordándose que para aquella chica solo era un trofeo que mostrar con ego y orgullo.

Cuando el reloj marcó las once y la puerta de entrada se abrió, Lisa saltó a la cama y se acomodó en medio de esta, esperando que su cabello tuviera las ondas y el despaeinado necesario para causar la imagen que quería.

En el momento en que aquella puerta se abrió, la más alta se lamió los labios y sonrió divertido.

-Que buen que volviste, estaba esperándote.

Jennie ubicó los ojos sobre su esposa y constantemente, tuvo que aceptar que su garganta se secó como un jodido desierto; piernas torneadas, muslos fuertes, aquella camisa que acariciaba su pecho, sin sostén cabe decir, casi de manera sexosa.... y estaba empezando a sentirse húmeda.

-¿Esperándome?- Jennie elevó una ceja mientras se quitaba su blazer.

-Solo a ti, bebe- Lisa rió divertida, alejándose de la cama para acercarse a ella- Por lo que veo estas un poco ansiosa...- llevo una mano a su pecho y notó los duros pezones de su esposa.

Eso fue todo...

Jennie la tomó de la cintura y la pegó a su cuerpo. Sus labios se pegaron más rápido de lo que la tailandesa quiso aceptar y los brazos fueron a su cuello. Dio un salto y sorprendentemente la surcoreana la sostuvo de los muslos para tirarla a la cama y colocarse sobre ella.

Un jadeo fue arrancado del cuerpo más grande cuando literalmente, Kim, rompió su camisa. Ella no estaba para ser dulce.

Aquellos labios atraparon sus pezones. Mordiendo, chupando y lamiendo.

-Joder... Joder...- gimió Lisa, arqueándose hacia su boca y enredando sus dedos en el cabello castaño oscuro, ahora que lo veía bien.

Jennie mordió un poco más fuerte el pezón que tenía en su boca , aunque sin hacerle daño, se ubicó entre sus piernas y empezó a frotar sus centros, aún por encima de la ropa.

-Tu pantalón me molesta- gruñó Jennie antes de desprenderlo y empezar a jalarlo para tenerlo fuera en menos de diez segundos.

Fue entonces cuando Kim se dejó caer un poco por el momento.

Lisa desnuda.

Lisa en la misma cama jadeando con los ojos cerrados.

Lisa deseándola.

Lisa era sexy..... y en ese momento detuvo sus pensamientos.

Se quitó la ropa al rito de su pulso; lo necesitaba... necesitaba sentirse tan adentro de la menor que ésta última lloraría de dolor, porque no merecía otra cosa. Lalisa Manoban la había desafiado.

Cuando llevó sus manos al centro de la contraria, las alejó y le jaló las caderas. Lisa estaba ansiosa, era toda la respuesta para aquellos ojos cerrados y labios mordidos tan excitantemente.

Fue entonces cuando entro por primera vez al cuerpo de su esposa y un jadeo suave y manos recorriendo todo su pecho hizo a Jennie enfurecerse... enfurecerse por lo ''puta'' que era y no exclusivamente por escuchar un ''Jennie espera... Es mi primera vez... Duele...''.

Jennie gruñó y la embistió lo más fuerte que pudo, sorpresivamente para Lisa fue muy duro... La embistió otra vez tocando ese punto sensible.

Para Lisa fue muy sorprendente la fuerza con la que la castaña la embestía... Nunca pensó que alguien la podría tomar así.

-Sí.... Oh si...- gimió la pelinegra, clavando sus uñas en la espalda de su mayor- Más rápido..... Más..... No me rompo...

Aquello descolocó a Jennie... lo hizo de tal manera que su contraria gimió fuerte al sentir a la surcoreana lo suficientemente adentro para sentir su punto sensible. Las embestidas fueron más rápidas, unas nalgadas que dejaron rojiza esa zona, aquellos labios mordiendo y marcando su piel.

Y cuando tocó su punto una vez más.... pudo jurar estar en el cielo.

La cama golpeó incontables veces la pared mientras que Lisa gemía alto, sentía su boca ser violada por la de Jennie y, cuando el orgasmo las golpeó, la tailandesa decidió derribar un poco aquel ego.

-Rosé...- gimió, más bien gritó, mientras se corría y Jennie solo apretó sus puños hasta dejarlos blancos.

Y Lisa sonrió en medio de las nubes del placer; eso era solo el inicio.

Matame Lento (+18) (Adaptación Jenlisa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora