TXT ❥Es mejor si te evito【 YeonHyun/ YeonTae🎔】

❅Capítulo 41❅

☙【 Pov. Yeonjun 】❧

Salía de mi habitación. Me había quedado dormido mientras trataba de calmarme así que tenía dolor de cabeza indescriptible, además de que mis ojos estaban algo hinchados. Tenía hambre por lo que decidí ir por algo y luego regresar a mi habitación, pero me encontré con mi mamá hablando por teléfono con alguien.

—No...Sé que él no se atrevería a anunciar su relación...es muy tímido para esas cosas, pero tengo la esperanza de que si le damos un empujoncito si lo hará.

«¿Habla de mí?»

Duró varios segundos en silencio hasta que volvió a hablar, diciendo lo siguiente:

—Bueno, solo llamaba para eso, pero si no puedes ir lo entiendo.

—Si llegas a venir, quiero que me llames para estar al pendiente.

Entonces colgó la llamada. Como si ya lo hubiese sabido, ella giró hacia mi dirección, yo no sabía cómo reaccionar así que me escondí a pesar de que era evidente que ya sabía que me encontraba ahí.

—Quiero que salgas de tu escondite...

Me rendí. Salí de aquel rincón en donde me había escondido y caminé hacia ella, eso sin mirarla a la cara y totalmente apenado.

—Lo siento. No quería ser metiche, pero tenía hambre y quería sacar algo del refrigerador sin interrumpirte.

—...nunca te le declaraste, ¿cierto?

Preguntó de repente. No quería responderle, tampoco quería que me ayudase, ya que eso era problema mío y no quería que se preocupara.

—Tu siempre me has tenido confianza —dijo desanimada.

—Es que...es algo que no puedes entender.

【⚝⚝⚝】

Miré la hora en mi reloj; Faltaban dos horas para la hora de salida de los entrenamientos. Quería alcanzar a Tae, quería disculparme una vez más, aunque ya haya olvidado la cuenta de las veces en que lo he hecho. Después de la plática que tuve la anterior noche con mi mamá tenía más seguridad con ese tema.

Tomé los buses que normalmente tomaba cuando iba a los entrenamientos. Luego de una hora con varios minutos pude llegar. El lugar todavía estaba vacío —pues todavía no era la hora de salida—, pero no importaba, esperaría los minutos que fueran necesarios para arreglar la situación, no importaba si fallaba, estaba dispuesto a hacer lo posible. No me importaba llegar tarde a la cena familiar.

Entré al lugar. Al entrar me encontré con la señora de siempre, estaba con el ceño fruncido, pero al verme cambió su expresión a una más amable.

—Buenas tardes —saludé a la señora haciendo reverencias.

—¡Chico! Ya extrañaba verlo por aquí. Fue el único chico en el que vi su potencial, no como los demás —se cruzó de brazos—, todos son una bola de inútiles malolientes—masculló lo último.