dom/sub | rogar

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craig x sid

—¿Recuerdas las palabras de seguridad, verdad? —Craig pregunta para asegurarse de que no haya algún problema más adelante, a lo que Sid responde con un asentimiento de cabeza.— Palabras, Sid.

Aunque la voz de Craig es baja y suave, mantiene un tono autoritario que deja a Sid sin otra opción más que obedecer; incluso si ahora mismo le ordenase vestirse e ir a conseguir algo de comer, Sid está seguro de que lo haría con gusto.

Y no es que él sea alguien que suele obedecer, porque realmente nunca lo hace, pero Craig es la única excepción. O al menos lo es desde que comenzaron esta relación... rara. Sid se arrodillaría fácilmente frente a Craig para darle la mejor mamada de la vida y solo se necesitaría un gesto autoritario por parte de Craig para que eso suceda (y en realidad ya ha pasado, varias veces).

—Las recuerdo. —Sid habla entre suspiros, mirando a Craig mientras espera a que este continúe.

—Muy bien... —Craig lleva una mano al cuello de Sid, envolviéndola alrededor sin presionar del todo, simplemente para atraer a su pareja y darle un beso sucio y húmedo.— Ahora acuéstate, manos arriba de la cabeza y no las muevas, ¿oíste?

—Entendido... —La voz de Sid sale más como un gemido lastimero, pero obedece a la orden y alza los brazos por sobre su cabeza, esperando emocionado.

Craig mira desde arriba el cuerpo desnudo de Sid; indefenso, tembloroso y completamente listo para ser destruido. Entonces escupe en una de sus manos antes de estimular el miembro del menor. Un par de movimientos rápidos y erráticos son suficientes para que esté erecto por completo, así que Craig procede sin perder más tiempo.

Es rápido y Sid apenas reacciona cuando un objeto frío y realmente delgado se envuelve alrededor de su miembro hinchado. El anillo de acero brilla en la base de su miembro y Sid cierra los ojos para enfocarse en la sensación de dolor placentero. Cierra las manos en puños, hasta que sus nudillos se blanquean, pero no las baja en ningún momento.

—La última vez te corriste sin mi autorización, así que tuve que recurrir a esto. —Craig explica con fingido arrepentimiento en la voz, pero Sid sabe que lo está disfrutando.— ¿Cómo se dice?

El mayor toma entre su mano la cabeza del miembro de Sid y roza con el pulgar la punta, hasta que el roce deja de parecerle suficiente y presiona contra la uretra levemente.

—G-Gracias... —Responde Sid mientras una fuerte y placentera corriente eléctrica le recorre el cuerpo ante el tacto del mayor—. Muchas gracias.

—Tengo un regalo más para ti, y luego podrás tenerme dentro. —Dice Craig sin esperar respuesta.

Toma un estuche pequeño de la mesita de noche y saca de este un estimulador de uretra. Sid abre grande los ojos al reconocer el objeto y Craig está atento a esa reacción, así que habla primero:

—Cállate.

Sus ojos oscuros logran el efecto deseado en Sid; así que, el menor solo puede sentir su cuerpo temblar por la anticipación y esperar a que no sea tan malo. Cuando Craig vuelve a estar entre sus piernas, este las dobla en un acto de reflejo, pero de inmediato vuelve a su posición inicial y "relajada", derritiéndose ante la mirada molesta del mayor.

El necesitado miembro de Sid vuelve a ser presa del agarre de una mano de Craig, mientras la varilla se acerca con cuidado. Es la primera vez que Craig va a usar un estimulador de uretra con Sid, así que realmente no quiere ser brusco. Primero se asegura de lubricar bien el pequeño objeto y la zona, luego roza la punta con el metal delgado y enseguida ingresa al menos un centímetro, atento a las reacciones de Sid.

Sin embargo, Sid solo logra dejar salir un jadeo, sin saber si realmente odia o ama la sensación; arde, es algo nuevo, pero decide tomar un poco más antes de concluir algo. Craig toma eso como una luz verde para continuar, así que lentamente logra meter la varilla hasta la mitad. Sid respira hondo, sintiendo el dolor recorrerle la espalda y el vientre en forma de espasmos de placer, y decide que ama ese nuevo juguete.

Craig puede ver la pequeña sonrisa de satisfacción en el rostro del menor, así que decide girar un poco el objeto para estimular un poco más su interior. Sid jadea violentamente y se sujeta de la cabecera para no bajar las manos, realmente no quiere desobedecer. Un leve dolor punzante recorre su verga hinchada pero eso solo lo hace mejor.

—Parece que realmente te gusta... —Craig mueve la varilla hacia afuera, sin sacarla del todo, solo para volver a meterla. Una y otra vez, follando lentamente la uretra de Sid. Y Sid no sabe qué hacer con esa nueva sensación abrumadora que su cerebro no parece procesar. Los dedos de sus pies están tensos y su vista no enfoca por más que trata, y todo su cuerpo está tres veces más caliente que antes y su verga duele, duele tan deliciosamente. Craig vuelve a dejar el pequeño juguete dentro; hasta la mitad. —En cuatro. Rápido.

Sid tarda unos segundos más en procesar la orden, pero de inmediato se acomoda, dejando su trasero totalmente para uso del mayor. Su mente está en blanco, totalmente arruinada por el juguete en su uretra que no se da cuenta cuando Craig se acomoda para follarlo. No es hasta que el usual ardor alrededor de su entrada le avisa que, efectivamente, Craig está dentro suyo. Los golpes violentos y rudos contra su interior no tardan y Sid no es consciente de que su voz es más fuerte de lo usual mientras se aferra a las sábanas, buscando algo a lo que agarrarse.

Todo es demasiado para Sid; quiere correrse, necesita hacerlo, pero el anillo en la base de su miembro se lo impide y también lo hace el estimulador dentro de su verga. Pero el dolor que viene con ello es muy bueno, y es cien veces mejor con Craig llenándolo con fuertes embestidas. No es capaz de formar siquiera una palabra que tenga sentido, pero está bien porque Craig sabe que no necesita parar.

Por un momento Sid pierde la noción del tiempo, hasta que una calidez lo inunda y deja de sentir los movimientos erráticos. Craig se corrió dentro, y el semen caliente le causa un escalofrío tan intenso que sus piernas tiemblan y lloriquea por la necesidad de querer liberarse también.

—P-Por favor... —Sid gimotea débilmente cuando Craig sale de él— Déjame correrme, duele...

Craig disfruta de sus súplicas y deja un beso en la espalda del menor.—¿Por qué debería?

Sid alza las manos débilmente y voltea por sobre el hombro, mirando a su pareja de manera sumisa.

—No desobedecí... por favor.

Su cuerpo débil y sobreestimulado es volteado con un firme movimiento, dejando a Sid en la posición inicial, boca arriba.

—Realmente te lo ganaste hoy.

Reafirma el mayor mientras retira el juguete de la uretra de Sid, haciendo que este ahogue un grito, y entonces retira el anillo también. Un par de movimientos sobre el miembro necesitado bastan para que Sid se corra tan intensamente que casi se siente desmayar.

Apenas siente cuando Craig lo limpia, y apenas es consciente cuando el mayor se recuesta junto a él para darle unos cuantos mimos. Dormir después de algo tan intenso es realmente tentador.

📍

una personita lo pidió, así q busqué entre los borradores para terminar esto y al menos darles algo decente qwq

ahora sí m despido, byebye

kinktober¿? ⚠ [ slipknot ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora