En un rincón del mundo

701 70 31
                                    

Hace un tiempo, cuando aún estaba con Itachi, una de las tantas noches que él se marchaba dejándome sola, empecé a buscar lugares donde irme, donde poder desaparecer

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Hace un tiempo, cuando aún estaba con Itachi, una de las tantas noches que él se marchaba dejándome sola, empecé a buscar lugares donde irme, donde poder desaparecer. Encontre un bonito pueblo de esos olvidados por el mundo.

Cuando decidí por fin largarme, supe que queria venir a este lugar, subi al taxi y le pedi que me llevara a la estación de trenes, deje todo atrás, no podía cargar con mucho equipaje asi que sólo tome lo necesario.
Retire todos mis ahorros del banco, cerre mi cuenta y compre el pasaje en efectivo para no dejar rastros de mi huída. Pensar que siempre elegí las comedias por sobre las películas de acción, pero las pocas que habíamos visto juntos, me dieron buenas ideas para planear una fuga sin dejar cabos sueltos.

Al llegar me aloje en un hotel sencillo, podia pagar uno bueno pero debia pensar a largo plazo. Lo primero y mas importante fue buscar Obstetra, di con una doctora muy amable en una salita médica y empecé los controles.
Pase un mes en reposo, dentro de la habitación, pagaba extra para que la encargada me hiciera las compras ya que yo debia permanecer recostada, fue el peor mes de mi vida, y no era lo mas difícil que iba a pasar...
Empezaron las perdidas de sangre, el reposo se prolongo, tanto estrés que sentía ponia en riesgo mi embarazo, sin duda mis cuidados se intensificaron.
No podia hacer mucho estando sola, asi que por el bien de mi bebé solicite a la doctora que me ingresara en el hospital local, no me salía nada barato ocupar una cama en maternidad, pero al menos no estaba sola. Muchas mujeres llegaban daban a luz y se iban a los dos días, felices con sus parejas. Otras solas como yo, pero acompañadas por sus familiares.

Yo seguía ahí, sin nadie mas que mi doctora, se volvió una buena amiga. Cada día al terminar sus tareas pasaba por mi habitación a preguntarme como estaba.

-Izumi, ¿Cómo estas hoy?

-¡Doctora!, acá... aburrida, sin mucho que ver, o hacer...-
Mei Terumi era una peliroja muy bella, pero sobre todo era una mujer calida, amable y me había dado su amistad sin dudarlo.

-Mañana te realizaré una ecografía de rutina, descansa-

Fue cuándo me entere que esperaba una niña. La felicidad me embriagaba y sin querer pensé en Sasuke, en aquella noche que me descompuse por primera vez, cuándo entre risas me dijo que le gustaria que fuera niña. Una lágrima rodo por mi rostro.

Asi pase el quinto mes de embarazo. Internada en un hospital, al cuidado de enfermeras que no conocía pero eran lo único que tenia.

Llamando a mamá a diario, para que supiera que estaba bien, no le habia dicho donde me encontraba, queria esperar al menos hasta que mi bebé estuviera fuera de peligro.

Adaptarme fue muy dificil.
Solá y sin ayuda de nadie, tuve que meter mano a mis ahorros, que eran considerables, pero se acababan rápido.

En cuánto el riesgo se fue, regrese al hotel.
No podia buscar un trabajo, porque en mi estado nadie se atrevia a contratarme, sabiendo que en tres meses tendria que tomar licencia por maternidad.
Las consultas médicas las vitaminas, la habitación, los taxis, uf... Todo el maldito mundo se mueve con dinero. Debería haber tomado algunas joyas. Al menos hoy podría venderlas.

Mi Decisión (Ita-zumi +18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora