"Toda eleccion tiene su precio"
Decidí convertirme en su sugar baby. Siempre disponible, siempre fiel, a cambio, él no me dejaría faltar nada.
Era simple, debía ser fácil, pero me enamore. Como una verdadera estúpida, perdí mí cabeza y mí corazón p...
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Izumi me daba una oportunidad de arreglar todo. Y estaba decidido a aprovecharla. Volver a sentir su cuerpo, había sido como un regalo del cielo. Su piel suave, pegada a la mia, el calor brotando de nuestros cuerpos, la sensación de paz. De nuevo disfrutar de su compañía, pero esta vez sin tensiones, siendo yo como jamás habia podido, sin horarios, ni trabajo, ni una esposa a la cual regresar, sólo yo, dispuesto a servirla. Sin dejarla llorando por tener que partir. Estaba a su lado y no me movería de ese sitio.
En la consulta con su doctora, al día siguente de su desmayo, no pude contener las lágrimas delante de la pelirroja y de ella. Ahora era yo quién lloraba, pero a diferencia suya lo estaba haciendo de emoción y felicidad. Ver a mi bebé moverse en aquel monitor, no espere que me afectara tanto. Seria padre. Ya lo tenia asumido, pero esta era la primer maldita cosa que haciamos juntos en relación al embarazo. Tantas otras citas al médico, su reposo obligarorio, por mis dudas y estupidez me había perdido de tanto a su lado.
Salimos de aquel lugar de la mano, como una feliz pareja, y me llevo a un bonito café, donde disfruto dos porciones diferentes de pie y la acompañe con un cafe fuerte. Teníamos aún mucho de que hablar. Durante ese momento sentí que debía sincerarme con ella, no dude y le conté lo dolido que estaba conmigo mismo, por haberme perdido todo el embarazo, por no haber podido acompañarla cuando más me necesito, cuidar de ellas como correspondía. Aquella culpa me iba a perseguir por mucho tiempo. Izumi acariciaba mi mano tendida sobre la mesa y entrelazaba nuestros dedos.
-Eres una mujer increíble, siempre lo supe, pero no tenia el valor de aceptarlo. Lamento haber sido un imbécil.
-¿Crees poder dejar de culparte algún día? Sabes yo acepte tu propuesta, por eso nunca me queje de como se dieron las cosas. Nuestra bebé no se planeo, pero de algún modo me hizo dar cuenta que mi vida cambiaba.
-Y a mi me hizo dar cuenta que sino me jugaba por ti te perdería.- reconocí sonriendo. >> No voy a negar que me sorprendi al saber que estabas embarazada. Nunca imagine que tus pildoras fallaran, y sabia que no me la jugarias de esa forma. Creo que me dolio saberlo por recursos humanos y no de tu boca.
-Sasuke me convenció de tomar la licencia, yo estaba asustada, quería decírtelo primero pero tu hermano insistió en que debia cuidarme y hacer el reposo que pedia el médico- me sorprendi al escucharla. Pero conociendo a mi hermano, pude entender porque lo hizo. De ese modo me empujo. Volvi a sonreír.
Dos días después estaba hablando con Sasuke por teléfono. Manteniamos una divertida conversación clásico de nosotros según Izumi.
-¡No me jodas Itachi! ¿Cómo que no vas a volver? - Sasuke resoplaba enojado.
-Ya te lo dije hermanito, Izumi no quiere dejar a su Doctora. La bebé va a nacer acá, luego regresaremos.- por mi parte estaba muy tranquilo. Mi venganza personal por manipularme sin escrúpulos. Aunque le estaría agradecido eternamente. Pero no se lo diria, su ego ya es demasiado grande.
