Mi Querido Amor [MoonSun] Completa

Capítulo 19

Luego de escuchar las inquietantes palabras de la pelinegra diciéndole que ella misma se estaba encargando de matarla lenta y dolorosamente, Byul sintió como su propio dolor la carcomía por dentro. Toda su culpa se elevó al ver como Yongsun se alejaba con esa expresión de derrota y de suma tristeza, le partía el alma saber el tremendo daño que le estaba causando, no quería verla sufrir y mucho menos si ese sufrimiento era por su culpa. Se hallaba acorralada entre la espada y la pared, su corazón le gritaba que fuera tras de ella y le dijera que también la amaba con locura, que sus duras palabras no concordaban para nada con el inmenso amor que le tenía, pero la razón le repetía que debía estar alejada, que si lo hacía terminaría haciendo aún más grande su sufrimiento porque de cualquier forma no podría estar con ella como se lo proponía.

La impotencia cada vez se hacía más grande y la desesperación era sofocante, el saber que Yongsun cancelaría la boda con Minhyuk acrecentó su angustia a niveles alarmantes. La agobiaba imaginar el dolor que esto causaría a su hermano y mucho más el saber que ese dolor sería por su culpa, por haberse interpuesto entre él y la mujer que había elegido para su vida. Sentía que estaba a punto de entrar en un laberinto sin salida, en el cual terminaría perdiendo para siempre a esas dos personas que tanto amaba, a su hermano quien la odiaría de por vida en cuanto se enterara de su traición y a Yongsun cuando tuviera que alejarse de ella al no sentirse capaz de luchar por su amor. Era un enorme peso el que llevaba a cuestas.

Durante todo el día no hizo más que pensar y pensar en que era lo que debía hacer, cuáles eran las alternativas que le quedaban para detener el desastre que se avecinaba, pero entre más pensaba más impotente se sentía, en verdad parecía no haber nada que pudiese evitarlo, aunque quisiera era imposible hacer cambiar los sentimientos de Yongsun, en sus manos no estaba el lograr que ella sintiera amor por su hermano, era algo que en definitivo no podía controlar.

Intentaba concentrase en disfrutar los últimos momentos de tranquilidad que le quedaban al lado de Minhyuk, lo complació en su deseo de ir todos juntos a un recorrido por los alrededores del resort, pero a pesar de que su cuerpo estaba allí con él su mente se hallaba muy lejos, pensando en la dueña de los hermosos ojos verdes que tanto adoraba. Cuanto deseaba poder estar con ella y poder consolar todo el dolor que su negativa le causaba, si pudiera dejar de lado su temor al menos por un instante, si pudiera desconectar por un momento la razón y dejarse caer en el profundo amor que se empeñaba en apresar a como diera lugar. Era poco el tiempo que le quedaba antes de que todo se derrumbara, después de eso Yongsun ya no haría parte de su vida ni la de su hermano, ¿En verdad era así como quería que todo terminara? ¿No volver a verla jamás sin antes devolverle un poco del amor que esta le profesaba? ¿Sin antes remediar un poco la estela de dolor que le había causado con su cobardía? ¿Así era como quería que ella la recordara?

No, definitivamente ese no era el final que deseaba, quería tener al menos un recuerdo de tan inmenso amor, cuando en la lejanía empezara a extrañar a ese hermoso ser que sin avisar se había metido en su alma. Sentía como sus emociones se revelaban por encima de sus pensamientos, como le ordenaban que no cometiera la estupidez de quedarse con la duda de saber qué hubiese pasado, de descubrir por ella misma que se sentía el dejarse llevar por sus sentimientos.

Casi podía asegurar que lo que estaba a punto de hacer sería el error más grande de su vida, pero era como si una extraña fuerza se hubiese apoderado de ella derrumbando la pared de autocontrol que la protegía. Con paso rápido se acercaba a la habitación de Yongsun dirigiéndose a un punto de no retorno, hacia un límite que una vez haya sido cruzado era imposible retroceder, donde la consecuencias se harían más grandes y las circunstancias más graves, aun así ella estaba decidida a no dejarse intimidar, por primera vez quería dejar de pensar.

Llegó a la puerta contigua, sintió como su cuerpo empezaba a temblar y su corazón a latir desbocado, cerró los ojos pensando si en verdad eso era lo que quería, pero de nuevo escuchó esa voz que le pedía que siguiera, que le hiciera caso a sus sentimientos y no se detuviera. Como si de un robot se tratara hizo caso a aquella orden y empezó a tocar la puerta con insistencia, tocaba una y otra vez buscando una respuesta antes de que su determinación se quebrara, antes de que sus miedos regresaran y terminara arrepintiéndose de nuevo. Empezaba a desesperarse al ver que nadie contestaba su llamado, poco a poco la tristeza se apoderaba de ella creyendo que todo terminaría de esa manera, pero de repente vio como la puerta se habría apareciendo frente a ella ese ser que se había convertido en la razón de su pensar y su sentir, aquel que solo deseaba amar hasta que el aliento se le agotara y su último suspiro la abandonara.