Capítulo 30

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Los rayos de sol impactaron contra su cara haciendo el dolor de cabeza aún más insoportable, escondió su cabeza debajo de la almohada como si la luz fuera su peor enemiga, solo quería dormir y no saber nada del mundo exterior, pero cada timbrada de su celular aumentaba su fastidio de manera considerable. Se paró sumamente molesta de aquella cama y tomó el aparato que se encontraba sobre su escritorio, miró la pantalla y confirmó que efectivamente se trataba de WheeIn que como toda mañana la despertaba para darle el sermón matutino que últimamente no faltaba.

-¡Dios WheeIn! ¿Por qué simplemente no me dejas dormir?-

-¡Porque deberías estar trabajando Yongsun, no durmiendo!-

-¡Ya te dije que no tienes porque encubrirme, soy capaz de asumir las conciencias de mis actos!-

-¡En este momento tú no eres capaz de nada, te comportas como una adolecente y no como la adulta que eres!-

-¡Tú no eres mi madre, deja de darme sermones como si lo fueras!-

-¡Si lo hago es porque te quiero y no deseo que destruyas tu vida, así que no seas malagradecida y escúchame antes de que sea demasiado tarde!-

-¡Si destruyo mi vida es asunto mío, así que deja tú de entrometerte en mis asuntos!-

-¡Pues lo seguiré haciendo, te guste o no condenada testaruda!-

-¡Déjame en paz WheeIn, no te lo volveré a repetir!-

Colgó el teléfono importándole muy poco el hecho de dejar a su amiga con la palabra en la boca, lo apagó y se fue a recostar nuevamente en su cama.

Cuatro horas después se levantó sintiendo un hambre voraz, parecía como si no hubiese comido en años. Fue a la cocina y buscó en el refrigerador algo que saciara su apetito, pero su decepción fue total cuando no encontró más que un frasco con poca leche y un pan rancio que por su apariencia debía tener días allí.

-¡Rayos!... McDonald's tendrá que empezar a considerarme cliente fiel...-

Fue a darse un baño y a los pocos minutos salió en busca de comida.

Llegó al McDonald's más cercano y pidió el mismo combo de siempre, luego se sentó en una de las mesas a esperar que su pedido fuera despachado. Revisaba las redes sociales en su celular para pasar el tiempo, cuando de repente una risa que recordaba a la perfección retumbó en sus oídos sacándola de su concentración en el acto. Esas carcajadas eran inconfundibles para ella, giró su vista hacia el lugar de donde estas provenían y confirmó lo que tanto temía, allí se encontraba de nuevo ese hombre, ese al que no sabía si odiar o agradecer por abrirle los ojos y lo peor de todo era que este no estaba solo, era acompañado nada más y nada menos que por los Moon, las personas a las que menos quería ver en esos momentos, como si fuera broma de mal gusto todos ellos se hallaban reunidos justo en ese mismo lugar, departiendo como toda una familia feliz.

De nuevo esa horrible sensación empezó a rebasarla, podía sentir su corazón inundado de resentimiento acelerarse a causa de la rabia que empezó a fluir dentro de ella. Que ironía, mientras ella se sentía morir la causante de su dolor estaba feliz, disfrutando de la compañía de los suyos como si nada hubiese sucedido. Apretó sus puños con fuerza canalizando toda su ira, intentando contener las inmensas ganas que tenía de ir hasta allí y gritar todo lo que tenía atorado en su garganta, porque de la admiración y estimación que algún día llegó a sentir por esa familia ya no quedaba nada.

Siguió observándolos fijamente desde la distancia, su mirada llena de enojo se paseaba por cada uno de ellos grabando sus risas, su semblante tranquilo, su regocijo, su felicidad, todas esas cosas de las que ella ahora carecía.

Mi Querido Amor [MoonSun] CompletaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora