Capítulo 39

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Se encontraba rumbo a Mokpo, habían pasado dos semanas desde su salida del hospital y podía decirse que físicamente ya estaba completamente recuperada, lista para ir a cumplir la promesa que le había hecho a su hermano.

Preguntas como ¿Qué le diría? ¿Cómo reaccionaría? y ¿Qué respuesta recibiría? no dejaban de revolotear en su cabeza.

Parecía adolecente a punto de asistir a su primera cita, una crucial, nada más y nada menos que con el amor de su vida. En ese momento sintió envidia de Yongsun, ya que ella no tenía idea alguna del reencuentro que se avecinaba.

Mientras más se acercaba a su destino su ansiedad también se incrementaba. Un taxi la esperaba en la estación para llevarla hasta la dirección que le había dado WheeIn, la cual se encontraba a las afueras de la ciudad.

Llegó a una zona boscosa, el aire que se respiraba era fresco y el sonido de las aves era lo único que se escuchaba alrededor, un ambiente bastante apacible que trasmitía suma serenidad. Se imaginó la infancia de Yongsun en medio de tan hermosos paisajes, la rubia conocía la historia trágica que la había marcado desde muy niña debido a la perdida de sus padres, pero también sabía que si ella escogió regresar a ese lugar era porque sus recuerdos allí eran felices.

El automóvil se detuvo en frente de una cabaña bastante acogedora, Byul la observó por un instante y el solo hecho de imaginar que detrás de esa puerta se encontraba Yongsun la hizo estremecer, provocando que los nervios la invadieran nuevamente.

-Hemos llegado señorita– Dijo el conductor sacándola de sus pensamientos.

-Eh si… Tome, muchas gracias– Respondió sacando dinero de su chaqueta y entregándoselo al hombre, luego se bajó del auto cargando su pequeña maleta.

Escasos tres metros la separaban de esa puerta, pero sus pies parecían estar estáticos en el suelo sin poder moverse. Sabía que no era tiempo de acobardarse, pero lo que más la atemorizaba era la incertidumbre de no saber lo que le esperaba, y peor aún, miedo de darse cuenta que había llegado demasiado tarde.

Los minutos pasaban y ella seguía sin moverse del mismo sitio. ¿Qué tan difícil podía ser caminar hasta ese timbre y esperar a que la hermosa pelinegra apareciera del otro lado de la puerta?

Por más sencillo que pareciera ella sentía como si se tratara de una misión aterradora, algo totalmente ilógico cuando por dentro era lo único que su corazón deseaba.

"Vamos ByulYi, no te quedes aquí parada como idiota cuando ya estás a punto de conseguirlo"

-...

"Ya deja de comportante como una cobarde"

-...

"¡Demonios ByulYi reacciona!"

Autoreproches se repetían una y otra vez pero estos no parecían tener efecto alguno, se hallaba paralizada, jodidamente intimidada y asustada.

De repente algo que no se esperaba sucedió, la puerta se abrió y a través de ella apareció lo más hermoso que sus ojos pudieron apreciar. Allí estaba ella, mirándola con la intensidad de sus preciosos ojos verdes, con su piel más rosada que de costumbre, con su cabello negro recogido, como siempre bellísima, como siempre perfecta.

Byul quedó casi sin aliento, su corazón latía acelerado y solo rogaba para no quedar desmayada en ese momento. Yongsun por su parte la observaba completamente sorprendida, era como si no creyera lo que estaba viendo.

-¿Byul?-

La rubia ni siquiera era capaz de articular palabra.

-¿Qué haces aquí?– Volvió a preguntar la pelinegra.

Mi Querido Amor [MoonSun] CompletaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora