65•

169 16 1
                                    

- ¿Has logrado que Suguru diga algo?- Oikawa negó mientras reía - Estás mintiendo, llevas casi un año intentándolo, el no diria nada -

- Claro que puede, vamos Daishiō, dilo - tanto Bokuto como Tōru estaban curiosos por lo que iba a decir el otro sin embargo solo hubo un silencio.

El castaño soltó una enorme carcajada burlándose del otro, Bokuto negó y revolvió los cabellos de Daishiō.

- Kurō, no sigas intentando - fue lo que menciono el búho antes de irse con Oikawa a ver una película estúpida en la sala.

Tetsuro frunció su entrecejo apretando su agarre en los brazos de Suguru - ¡¿Por qué no has hablado?!, ¿Ya se te olvidó?-

Suguru se sintió como un pequeño niño siendo reprendido por su madre.

Otra vez le tenía miedo a Tetsuro.

- Acabo de quedar en ridículo por tu culpa -

- Y-Y-YO - el otro negó de inmediato.

- Ya no necesito que hables, no me interesa -

- Lo siento - intento disculparse para arreglar su supuesta metida de pata.

- Como sea quítate, eres un caso perdido - el menor de los dos entre abrió sus labios queriendo decir algo pero nuevamente su voz dejo de salir.

No sabía cómo arreglar las cosas, quería estar bien con Kurō, esa persona había confiado en el, se esmero por el, así que no deseaba verlo enojado.

Ese mismo día Daishiō arranco unas cuantas flores del jardín del dueño de esa casa, fue a la habitación de Tetsuro quien le dejo entrar aún molesto.

- Y-Y-Yo, quiero - le extendió las flores cortadas al otro - Lo siento - volvió a disculparse con los ojos un tanto llorosos - Lo siento - repitió una segunda vez.

El mayor abrió enormemente sus ojos al darse cuenta de su error, estaba presionando al otro, y no se había dado cuenta de ello.

Se acercó a él y lo abrazo - Disculpame tu a mi, no debí presionarte, después de todo debe de haber una razón por la cual no quieres hablar - con cariño acarició sus cabellos y el otro se dejó dar cariño, volviéndose a sentir lleno.

...

El sonido insistente de la puerta siendo tocada terminó por hacer que la víbora se levantará del sofá llendo a abrir la puerta.

Allí estaba el chico que amaba, con la respiración agitada, con sudor en la frente y los cabellos revueltos.

- Yo - Daishiō dio un paso atrás - Lo siento - Se disculpó - No entiendo el por qué... Estas... Enfadado - retomo un poco más su respiración y se enderezó en su lugar - Pero, quiero arreglar las cosas... Permíteme hacerlo -

El menor se dio la vuelta volviendo a ingresar a su departamento, Tetsuro tomo aquello como una aprobación.

Conocía a Suguru, sabía sin palabras que era lo que quería y que no.

- ¿Por qué estás molesto?- fue directo al punto, el otro tomo asiento en el sofá negado a decir algo - ¿No hablaras de nuevo?- no hubo respuesta - No puedo arreglar las cosas si no me dices que sucede -

- Kurō estúpido -

- ¿Solo dirás eso?- en parte le alegraba escuchar su voz pero necesitaba más que eso para resolver las cosas - ¿Hice algo mal?, ¿Que te molesta tanto?, Se que es grave para que estés en el punto de no querer hablarme - se sentó a su lado y tomo sus manos dando caricias sobre ellas - ¿Realmente no quieres hablar de esto? -

- Se que te drogas - murmuró bajo, aunque apenas se le entendió lo que dijo.

- ¿Quien te ha dicho eso?- cuestionó confuso - No me drogo -

- ¿Vas a mentirme?- Tetsuro terminó por soltar un suspiro resignado a tener que ser sincero con el otro.

- Bien, tuve una recaída, hace mucho no lo hago, realmente solo fueron estos días - soltó una de las manos del otro pasándose está por su rostro - Fue una metida de pata, por curiosidad volví a intentar fumar marihuana -

- ¿Y que sucedió?-

- Al principio me negué, solo le di una calada, no quería volver a ese mundo, pero, las veces incrementaron... Paso de ser una calada por curiosidad a un cigarro diario -

- ¿Por qué no me lo has dicho?-

- Sabía que ibas a molestarte, y entiendo tu enojo, yo también estoy molesto por lo que estoy haciendo, no es correcto, decidí dejar ese mundo por qué no quería volver a él -

- Kurō... Me has mentido... -

- Lo se muy bien, de hecho no debía de pedirte que me perdones, o que intentes estar conmigo, con alguien dependiente de la droga... Aun así - mordió su labio inferior y alzó su mirada - No quiero que te alejes, soy más dependiente de ti que de la droga - buscando convencer al otro dio besos sobre sus manos.

Suguru desvío su mirada avergonzado, iba a caer de nuevo por el otro, detestaba cuando eso pasaba, no tenía tiempo de razonar y dejaba que su corazón se apoderará de sus decisiones.

- Con una condición -

- ¡¿Cuál es?!, Voy a cumplirla -

- No vuelvas a usar eso... -

- Sabes que será difícil ¿No?- obtuvo un asentimiento como respuesta - Está bien, si es lo que quieres, procuraré no volver a hacerlo... A cambio, necesito mi medicina cerca -

- ¿Medicina?- el gatuno asintió atreviéndose a darle un beso en la frente al otro.

- Claro, Te necesito a ti -

Daishiō negó mientras reía - Eres estúpido -

- Bueno, esperaba esa respuesta -

- Tonto -

- Nunca me cansaré de ser llamado "tonto", "estúpido", u "idiota," por ti -

- ¡Cállate!- las mejillas del peliverde tomaron rápidamente un color rojo, ante la vergüenza - Besame de una buena vez -

- A sus órdenes - obtuvo como respuesta y seguido de ello obtuvo lo que quería tanto.

Prisionero De Tu CuerpoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora