1 (Sacha)

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Empecemos el final de esta trilogía me dio loca... Estuve viendo que Bastián tenía para más... Pero en la edición que le haga le meteré cosas que le faltaron y así... Pero primero empezaré con Axel. El trabajo de un escritor nunca termina.

Bueno y sobre este fin... Sara ya no es la Sara que conocen, ella va a sufrir y confundirse...

Le diremos adiós a un personaje a lo largo de los capítulos, también voy a hacer mierda en Axel, Bastián y Sacha. Tranquilos... Les daré otro villano... Pero de este no sé sabrá nada hasta casi al final.

Besos mis amores y disfruten el último libro de la trilogía ABS.

Ladeó la cabeza con una sonrisa mientras lo escucho frente a mí, es lo mismo cada vez que nos vemos para hablar sobre la mercancía que vendemos. Cruzo una pierna por debajo de la mesa mientras escucho sus palabras, doy un bostezo cuando veo a Gato hacer la seña de que ya es hora de irnos.

—Bueno, te mandamos lo acordado en una semana—estoy por levantarme cuando el mismo se levanta y saca un arma para apuntarme directamente a la cabeza.

He aprendido a no temerles a no dejarme mangonear desde que soy parte de la mierda en la que me metí por culpa de Nicolás, pero es algo que me reservo solo para mí.

—Guarda eso—digo tranquila.

—Tú y el estúpido del León, me tienen hasta la puta madre—doy un bostezo, mientras mi acompañante sonríe y se aleja despacio a la puerta.

Puedo sola con él, y con otros perros que he bajado del cielo a punta de balas. Me levanto tranquila mientras él sigue apuntándome con esa cosa que suelta metal a gran velocidad.

—Dispara—digo con una calma que asombrería a muchos—. Vamos, Cariño, dispara que no tengo todo el día.

Traga al ver la determinación en mis ojos, como veo que no dispara sonrío antes de dar un paso a él.

—Cuando tengas los huevos para dispararme... Háblame. Vámonos Gato, es hora de irnos.

Asiente antes de abrirme la puerta del lugar, eso me saco por ser buena vendedora, puedo acomodar casi cinco mil kilos en un rato pero me la hacen difícil por ser mujer.

Aunque en el bajo mundo de América se sabe que soy la esposa del León y que el Halcón ya floreció, nadie sabe de mis hijos o de Bastián y es algo de lo que me he encargado en mantenerlo en secreto. Subo a la camioneta y esta arranca a la vez que yo estoy bien acomodada en mi asiento.

—Nicolás me va a arrancar la cabeza si sigo dejándote hacer eso—niego ante el Gato que se queja de nueva cuenta por el arriesgarme a qué metan una bala en la cabeza.

—Deja de quejarte—tomo un cigarro y dudo en encenderlo, sólo lo hago cuando estoy estresada, pero estoy por tomar un avión y eso no es bueno. Así que cambio de opinión y dejó el cigarro en su lugar—. Ya te dije que Nicolás no te hará nada en tanto yo, no lo deje.

—A veces no entiendo porque te dejó entrar—es lo mismo que él se pregunta de vez en cuando.

La camioneta estaciona en la entrada de mi edificio, me bajo deseándole buena suerte a Gato, yo tengo cosas que hacer en Canadá. Siempre tomo un vuelo privado, de la compañía de Bastián, a veces la alterno con la de Axel, pero casi siempre es este vuelo. Camino a tomar mi auto cuando aparece María junto a él, me dice que Nicolás quiere verme antes de irme.

Las dos subimos por el ascensor que nos lleva a nuestro piso, María es la mujer que se encarga del aseo de mi hogar, ella es quien me cuida cuando me dan ataques de cólicos, claro, que Nicolás también lo hace pero cuando él no está ella es la que me cuida. Abro la puerta del departamento y ella me da la respuesta que necesito para ir a buscarlo. El departamento no es tan de lujo como esperaba hace casi seis meses, pero vale la puta pena del mundo. Es grande, espacioso y perfecto para una pareja de recién casados. Abro la puerta del estudio. Me topo con su espalda, el resto de su cuerpo da a la ventana, el cabello castaño claro resalta de todo su conjunto, además del humo de tabaco que sale libre al aire de la habitación.

Sacha (Detenida Indefinidamente Y +18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora