Capítulo 35

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No temas a ti mismo a tus fuerzas, no dudes de ti, eres la fuerza con la que un día volarás muy alto
SM

Estaba de rodillas, me tape la boca con las manos, sentí impotencia, toque el suelo lentamente tratando de recordar, tenía miedo, un miedo tan tétrico que me carcomia los huesos, no quería olvidarlo, quería que estuviera siempre en mi y tenía miedo de perderlo de que solo se quedara como un recuerdo.

-no, déjame! - le grite a Erik cuando me estaba agarrando por la espalda, me safe volví al lugar las piedras del suelo estaban negras aún - que me dejes - volví a gritar estaba desesperada.

Erik me tomó aún más fuerte y me arrastró en sus hombros mientras yo pataleaba, me conducía por los pasillos bien gastados y lúcidos de la mansión, me pregunté si yo no era lo suficientemente gorda como para llegar a pesar algo más, me cargaba con tanta facilidad que me asombre, nunca dejaba que nadie me y cargará, no jugaba a guerra de caballos o dejaba que me alzará a caballito por las calles, me daba vergüenza, mi peso siempre significó eso para mi, aunque no reniego así he sido siempre, la mierda  que me metieron en la cabeza arruinó mi autoestima, me dejó en un cuarto más claro de lo acostumbrado con grandes persianas y una vista hermosa, las paredes eran igual que lo demás en tonos neutros, blancos y negros, la habitación solo tenía una mesita, un par de sillas adornaban algo más el lugar y cuadros de paisajes al atardecer alegraba el triste ambiente.

Goldberg me bajo y me dejó en una de las sillas acolchadas, me miró por un momento me irrito tanto que le escupi la cara y me arincone en una orilla no quise prestarle más atención al idiota y me fije en el día en el cielo en lo que estaba afuera a todo eso que se había vuelto para mi un sueño interpuesto por alguien.

-tienes que dejar de actuar así - dijo desde la otra esquina pero yo solo guarde silencio a él no le basto y se me acerco se arrodilló a mi altura y me toco los hombros con delicadeza - te amo.

Sus palabras fueron como un vacío tan crudo como el mismo infierno, no poseían mediocridad y esperaba que solo fuera una mentira, mis lágrimas bajaban aún más

-tu no puedes amar - susure - tu no sabes qué es amor Erik y yo nunca amaría a una bestia Cómo tu.

Todo se hizo un silencio eterno y aturdido y a través  del cristal podía ver a los pocos pájaros que sobrevolavan el horizonte, Goldberg solo salió del cuarto sin decir una palabra más.

Dibague, me pasé por la habitación y pedí un chocolate caliente, encendí la chimenea y me sente en el suelo con una cobija alrededor de mi, cada día era más frío que el anterior el invierno se estaba acercando y cada día veía más fría y oscura la casa.

-quién? - suscite al oír los golpes en la puerta.

-puedo pasar, soy yo - baje la guardia y volví a dirijir mi mirada al fuego.

-si - las palabras se me atravesaban de a poco y se quedaban a mitad.

-como estas..? - entro como escabullendose entre las paredes y se sentó junto a mi.

-como pretendes que este Karla, se supone que este enamorada de este imbecil, arcaico y gruñón, el no tiene poder sobre mi.

-si eso lo se, pero puedes confiar en mí lo sabes cierto? - me toco los hombros mientras yo sorbia más de mi taza.

-si claro como no si se que tu lealtad está con el alfa, confiare en ti para que le cuentes todo a él no ?, muy lista debo abmitir- dije con brusquedad  todo era una treta y yo no iba a caer más.

-soy tu amiga Lara - me miró como un cachorro regañado -

-claro que no, tu al igual que los demás me tienen miedo y lastima, no me pueden tocar por que temen por sus vidas y no los culpo con semejante mounstro que no me deja en paz.

-eso no es cierto, y el alfa no siempre fue así, hace unas cuantas décadas era el líder más próspero que había, era decidido y ofrecido a su pueblo, se enamoró, samanta lo cambió sólo vivía por ella, le daba todo y la trataba bien, el mundo ya lo había castigado lo suficiente y aunque samanta no fue su mate, desde el principio se sintió así, pero ella quería más, más poder más cosas y digamos que eso no resultó nada bien.- las palabras se sacudía en mi cabeza formando más preguntas ¿ el mundo lo había castigado lo suficiente? Pero que paso entonces, la historia de Erik Goldberg solo estaba inconclusa y yo no podía encontrar las fichas del rompecabezas.

- y que pretendes que lo justifique - bufé - no pues pobrecito entonces, pero sabes cada quien se busca sus males y me alegro por eso por lo menos ha sentido un poquito de lo que me ha tocado a mí.

-no lo estoy justificando, solo que tú también estás siendo demasiado dura-me miro afligida.

-entonces Karla como debería actuar ante el hombre que mató a mi hermano, torturo a mis amigos - las lágrimas se incrustaron en mis ojos listas para salir - ah y me pego todas las malditas noches de todos los días desde que he estado acá, que quieres  ¿que lo ame? y ¿por qué? Esa bestia no merece amor y no por que una estúpida luna lo diga significa que así será.





Gracias por leer
Espero les guste y me tengan algo de paciencia
Voten y comenten si lo desean los leeré.
SM

¡EN SUS GARRAS! (terminada) ♥️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora